Arte, cultura, y propaganda de la II República


La semana pasada se celebró el 90 aniversario de la declaración de la Segunda República en España, un período tan interesante como romantizado, pero que sin duda supuso un rayo de luz en un contexto histórico ideológicamente muy convulso. La II República dejó todo un sistema artístico y cultural propio del que aún quedan importantes vestigios
 
Arte, cultura, y propaganda de la II República
Gina Driéguez

Para comprender la vertiente estética asociada al republicanismo español debemos tener presente que Europa salía de una Primera Guerra Mundial (1914-1918), que pasaba por una enorme depresión económica rematada por el crack del 29, y que se encontraba en la era del surgimiento de las ideologías fascistas. En esta rendija se declara una República, que, con el fin de ganar la batalla cultural, requiere de todo un sistema artístico para poder articular un discurso político propio a través de una serie de ejercicios que hoy en día podemos considerar casi propagandísticos.

En este sentido, además de esta estética oficialista que podemos encontrar en las alegorías de la República o en el cartelismo de la época, la obra y los artistas de vanguardia encontraron en este nuevo régimen una oportunidad para desarrollar su obra dentro del discurso oficial y con presupuesto público. Ejemplo de ello sería la “Casa Bloc” de los arquitectos Josep Lluís Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clavé, miembros del GATCPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Catalanes por Progreso de la Arquitectura Contemporánea) que desarrollaron por encargo de la Generalitat republicana este edificio que proyectaba un conjunto de viviendas para los obreros del barrio de Sant Andreu de Palomar, donde está situada (Ayuntamiento de Barcelona, ​​sd). La obra responde a los principios de luz, ventilación e higiene, pero a la vez fue creado con un diseño limpio, claro y asequible para los obreros, siguiendo así principios racionalistas-vanguardistas y los objetivos ideológicos de la república. (Foto de portada del artículo)

Josep Lluís Sert, junto con Luis Lacasa, también participaron en la realización de otra arquitectura esencial para la historia del arte, de la arquitectura y del país: El Pabellón de la República. El edificio que representó la República Española en la Exposición Internacional de París en 1937 (con la guerra ya iniciada) y que fue utilizado como un instrumento informativo y propagandístico internacional para explicar qué era lo que estaba sucediendo en España en ese momento – la Guerra Civil – para así buscar el apoyo de las potencias aliadas.

Pabellón de la República, París 1937. Imagen del fondo documental del Museo Centro de Arte Reina Sofía.
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Tanto el pabellón y las obras presentadas fueron planteadas para crear un discurso político que, por un lado, quería proyectar la España republicana plurinacional y progresista y por otro lado criticar los horrores de la guerra y de la ideología fascista. Así por ejemplo, Pablo Ruiz Picasso presentó una serie de grabados que se vendían con la intención de sufragar los costes del bando republicano llamados y que llevaban por título: Sueño y mentira de Franco. Otra de las obras que el pintor malagueño elaboró para este pabellón acabaría convirtiéndose en una de las pinturas más importantes del siglo XX. Hablamos, claro, del Guernica, una denuncia del devastador ataque que había sufrido la ciudad vasca en abril de ese año.

Menos conocida es la presencia de Federico García Lorca en el pabellón, fusilado en 1936, y que fue presentado como un auténtico símbolo intelectual en favor de la libertad, donde se colocó un gran retrato del poeta con algunos ejemplares de sus obras. García Lorca protagonizó también alguno de los fotomontajes que presentó en el Pabellón José Renau, que eligió el “Romance de la Guardia Civil” por su obra dedicada a Andalucía. (Martín Martín, 1983)

Estos fotomontajes de Renau ponían el foco en la denuncia de los hechos de la guerra, pero también representaban las diferentes regiones de España con sus características propias. Los carteles y fotomontajes, si bien poco conocidos, manifiestan una clara voluntad socio-política y un interés por reflejar una actitud combativa antifascista, principalmente en los casos de Euskadi y de Cataluña.

La catalanidad o el catalanismo fue sin duda uno de los ejes transversales de las obras que se presentaban. Por ejemplo, el autor Julio Gonzalez presentó “La Montserrat”, una escultura de una campesina catalana con una actitud poderosa y representativa de la desesperación de la guerra. El campesinado catalán también fue el símbolo de la gran pintura que presentó Joan Miró llamada “El payés catalán en rebeldía”, ya que en palabras del propio pintor, el campesino catalán representaba el mejor símbolo de la lucha contra el fascismo: “Escogí este personaje, con una estrella azul proyectándose en la superficie, porque el payés con una hoz es un gran símbolo de Cataluña, personaje que echa sus raíces más profundas en la tierra, materializándose con ella” (Martín Martín, 1983). Bajo el mural de Miró, desgraciadamente perdido, se podía leer la letra del himno de “Els Segadors”.

Joan Miró, El payés catalán en rebeldía, 1937, interior del Pabellón de la República en París. Imagen del fondo documental del Museo Centro de Arte Reina Sofía.

La exposición del Pabellón de la República fue uno de los últimos símbolos de la República española. Allí se presentó un discurso ideológico-político a partir de un conjunto de obras que, si bien individualmente ya tienen un gran interés, leídas en el marco histórico y en el conjunto de la obra representan una de los ejercicios de propaganda política a través del arte más interesantes de principios de siglo XX, así como, también, un grito de desesperación y una reivindicación de los valores de libertad, igualdad, fraternidad y plurinacionalidad.

Utilizando, proyectando y recuperando una cita del Quijote de Cervantes: “On doit exposer sa vie pour la liberté” (Uno ha de exponer su vida por la libertad)

Referencias

Ajuntament de Barcelona. (s.f.). La Casa Bloc. Obtingut de meet.barcelona.cat

Martín Martín, F. (1983). Pabellón español en la Exposición Internacional de París (1937). Obtingut de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: cervantesvirtual.com


Fuente →  catalunyaplural.cat

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