Madrid: ¿comunismo o libertad?

Madrid: ¿comunismo o libertad?
Jon Ibaia

Incluso aceptando que en definitiva no sea más que “una farsa burguesa”, lo cierto es que el triunfo electoral del bloque reaccionario y de derechas en Madrid, va a significar dar continuidad a un modelo neoliberal profundamente desigualitario, crecientemente autoritario y reaccionario y estructuralmente corrupto.

Diferentes estudios confirman que la Comunidad Autónoma de Madrid es la región más desigualitaria de todo el Estado español y de la Unión Europea. Una desigualdad que incluso puede ser territorializada, con una frontera entre municipios en el norte, con rentas de entre 50.000 y 72.000 euros (Alcobendas, Boadilla del Monte…) y municipios del sur y el este (Parla, Móstoles…) por debajo de los 25.000 euros. Tras la crisis del 2008 y la ofensiva de la oligarquía y el bloque en el poder contra el proletariado, en todo el Estado español aumentaron las desigualdades y la pobreza absoluta y relativa, pero en la C.A.M., el 20% de la población con menos ingresos, vio reducidas sus rentas en un 30% frente a un 13% de la media estatal.

Las diferencias de renta entre los más ricos y los sectores de rentas medias no han aumentado en exceso, pero entre los más ricos y clase media de una parte y las capas más empobrecidas, se ha generado una brecha con repercusiones tan graves, como es la de tener una esperanza de vida inferior en hasta 7 años.

En el 2019, antes de la pandemia, la C.A.M aumento su P.I.B. un 3%, un punto más que la media estatal, y con unos niveles de desempleo comparativamente más bajos (10% frente al 16% medio). Un modelo económico en el que en Madrid capital el 20% más rico, ostenta el 50% de la renta;, amparado por un proyecto muy ideológico en el que, al margen de las “ayusadas”, hay un plan coherente y planificado de guerra de clases contra el proletariado, que con la pandemia se ha recrudecido y se va a recrudecer aún más.

Pero no nos engañemos. Esto no es algo tan sencillo como una oligarquía imponiendo su modelo sobre la mayoría social madrileña, no es “el 1% frente al 99%” con gente “alienada” o imbécil que vota a la derecha. En las elecciones de 2019, un 50% del electorado apoyó al Bloque reaccionario integrado por PP, C´S y VOX, con una alta conciencia de su voto y de sus intereses.

Ni mucho menos es casual que sectores de la clase media, no hayan visto reducidos sus niveles de ingresos. El bloque de poder político-empresarial en la C.A.M, ha construido un espacio político e ideológico con capacidad de acumular fuerzas para afirmar y reproducir su poder, creando un estatus de clase media, con capacidad de consumo y que puede seguir disfrutando de derechos esenciales como el de la salud y la educación privatizadas o concertadas, frente a un creciente sector social que sufre las consecuencias de una sanidad y educación públicas, cada vez más esquilmadas en recursos materiales y personales.

La transformación de la C.A.M. en una especie de paraíso fiscal dentro del Estado español, con una fiscalidad regresiva, que favorece a las grandes fortunas, ha atraído sedes empresariales y capitales, para desarrollar un proceso de acumulación y especulación, en un espacio de “libertad” para la recalificación de espacios, la privatización de servicios esenciales y el negocio fácil, facilitado por los intereses cruzados de especuladores y políticos que establecen las condiciones legislativas necesarias para ello.

Pero lo realmente dramático, es que además de los sectores sociales medios que, de una forma directa o indirecta participan en el negocio, se ha generado una matriz ideológica reaccionaria que otorga sentido a las desigualdades en base a planteamientos meritocráticos, clasistas y con grandes dosis de aporofobia, reproducidos desde la infancia en los centros educativos concertados. El Madrid que nos dibuja la inimitable Ayuso, con su libertad, su forma “madrileña” de vivir, es el de gran parte de sus electores, a los que se les ha inoculado un feroz anti-comunismo y anti-socialismo, pero no es la forma de vida de una parte del proletariado empobrecido, al que se dibuja como vago, fracasado y que gusta vivir del asistencialismo y de la envidia hacia los que están en mejor posición. Una libertad que ha establecido un principio de jerarquía, entre los sectores que pueden ejercerla y los que no.

Si en 2014, el gasto en sanidad se encontraba ya un 5% por debajo de la media estatal española, en 2019 llegó a un 14%, mientras se procedía consolidar un sector sanitario privado, por supuesto con profesionales mal pagados y explotados -más aún que en la sanidad pública-.La atención primaria, dentro del gasto sanitario, también se ha visto esquilmada, desde un 13% en 2010, a un 12% en 2016 y un 10% en 2019. La diferencia entre poder pagar un seguro médico privado o no, es la “libertad” que propone el Partido Popular para poder garantizar el derecho a la salud.

Otro dato relevante es que en 2019, los alumnos matriculados en centros concertados, superaban a los de los centros públicos que sin medios y sin recursos, aumentan la brecha entre una educación pública cada vez más deficiente y una privada en expansión.

El laboratorio neoliberal y reaccionario madrileño, está siendo la prueba piloto de lo que tras la pandemia y la crisis actual podemos encontrarnos. Desde la derecha, la Comunidad Autónoma de Madrid, comienza a tomarse como modelo de referencia exportable a otros lugares del Estado español, incluso a lugares en los que hoy pareciera inconcebible.

Con un bloque reaccionario y de derechas movilizado y que su triunfo puede significar amparar una nueva vuelta de tuerca al modelo de exclusión social y de guerra al proletariado, la movilización de los sectores populares en torno a las candidaturas de izquierdas, no sólo es necesario, sino una obligación. Cualquier planteamiento político que pretenda ver en el triunfo del bloque reaccionario y de derechas “una ventana de oportunidad” para que el proletariado asuma planteamientos de ruptura, no entenderá nada. Cuidado con los tontos útiles de la burguesía.


Fuente → herrigorri.com

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