La guerra infinita. Antoni Campañà

La guerra infinita. Antoni Campañà | Museu Nacional d'Art de Catalunya

La guerra infinita descubrirá las diferentes facetas de la obra del fotógrafo Antoni Campañà (Arbúcies, 1906-Sant Cugat del Vallès, 1989), poniendo el foco en las fotografías que realizó durante la Guerra Civil española, fotografías que la familia encontró fortuitamente en 2018. Este conjunto de imágenes, de gran calidad artística y relevancia histórica, fueron escondidas por el propio artista en una caja, y en ella permanecieron durante más de setenta años, desde el final de la Guerra Civil hasta su hallazgo.

Esta caja, con centenares de imágenes inéditas, es ahora conocida como “la caja roja” y supone una nueva aportación de gran relevancia para el patrimonio fotográfico del país, especialmente en lo que concierne a la Guerra Civil, al mismo tiempo que resitúa a Campañà como uno de los grandes nombres de la fotografía catalana y española del siglo XX.

La muestra descubrirá un número importante de estas fotografías inéditas, jamás positivadas ni por el propio fotógrafo. La mayoría de las piezas de la exposición proceden del fondo de la familia del artista, que ha decidido hacer un importante depósito al museo de 63 fotografías de la etapa pictorialista anterior a la guerra.

Una parte de estos materiales se mostrarán también por primera vez en la exposición.

Campañà se puede definir como un fotógrafo de contrastes. Se inició muy pronto en la fotografía y se convirtió en uno de los fotógrafos pictorialistas más premiados en todo el mundo. De hecho, su obra ya formaba parte de la colección del museo como representante del pictorialismo catalán.

Se integró bien pronto en las corrientes estéticas de la vanguardia europea y utilizó las técnicas pigmentarias del pictorialismo pero con una mirada que bebe de la Nueva Visión. Las diagonales, los picados y unos encuadres atrevidos pasan a ser su manera de plasmar la realidad.

El fotógrafo mantendrá esta mirada durante la Guerra Civil, a pesar de que la crudeza de la realidad que le rodea hará que su fotografía sea más directa y rápida.

Campañà realiza más de 5.000 fotografías durante los años de la guerra, capturando todo lo que ve en un intento de superar el trauma del conflicto a través del visor de la cámara. Fotografía la complejidad de su tiempo sin autocensura ni concesiones a ninguna causa determinada.

Las milicianas, los refugiados que llegan de Málaga a Barcelona en enero de 1937, las ruinas después de los bombardeos, los comedores populares, el entierro de Durruti o la exhibición de las momias de las monjas de las Salesas en el paseo de Sant Joan estuvieron bajo su objetivo. Campañà recoge escenas de la vida diaria, entre lo cotidiano y la violencia de la guerra y, finalmente, en 1939, la retirada del ejército republicano y los desfiles franquistas. Es entonces cuando el fotógrafo decide encerrar la guerra en una caja para intentar comenzar de nuevo, a pesar del contexto.

La postguerra supondrá para Antoni Campañà una adaptación traumática, y la recuperación y dedicación intensa a temas como los deportes, los paisajes o escenas de la modernidad, cuando ésta empezó a llegar al país.

Vista en su globalidad, la obra de Campañà recorre el siglo XX en su complejidad y con sus contradicciones. La exposición descubre a un artista incansable que intentó llegar a todos los ángulos del mundo de la fotografía.


Fuente → museunacional.cat

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