El falangismo en el seno de Vox (II)

A pesar de las diferencias ideológicas entre la formación de Santiago Abascal y la doctrina joseantoniana, diversos cargos de Vox han sido candidatos de partidos falangistas en el pasado

El falangismo en el seno de Vox (II) 
Dani Domínguez

“Yo os lo confieso, que José Antonio Primo de Rivera para mí es uno de los grandes hombres de la historia, un magnífico abogado, un magnífico patriota, un gran ideólogo político y que […] se enfrentó, como nos estamos enfrentando todos, a los enemigos de la patria”. Rodeado de miembros de la Fundación Nacional Francisco Franco, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, pronunciaba estas palabras en una cena con simpatizantes en 2018, tal y como desveló en exclusiva el periodista Antonio Maestre en lamarea.com.

Este episodio, sumado a los artículos publicados durante su juventud en revistas falangistas, indicaban una cercanía del dirigente de Vox con la doctrina joseantoniana. De acuerdo con el periodista experto en ultraderecha Xavier Rius, “el falangismo es una de las almas de Vox” en la que se encuentra Ortega Smith, entre otros, aunque la ideología que actualmente predomina es conservadora ultraliberal y la encabezan el matrimonio compuesto por Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros.

Para el profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) Miguel Madueño “es normal que en Vox haya militantes muy diversos” debido a que carece de un tejido ideológico, lo que provoca que confluyan en la formación diferentes tendencias: “Hay miembros de Vox que provienen del falangismo, como los hay que provienen del PP o de C’s o incluso del PSOE”, explica. Autor de la tesis El falangismo durante la democracia actual (1977-2019), defiende que hay “grandes diferencias” entre Vox y las diferentes formaciones falangistas aunque, en algunas ocasiones, “la coincidencia en las protestas, la simbología o la coligación electoral hace que se confundan y que el votante no encuentre las diferencias”.

Sin embargo, Madueño sí reconoce que la irrupción de Vox ha sido “devastadora” para el falangismo y para los partidos de extrema derecha en general. Así, mientras esperaban un gran resultado electoral con la coalición ADÑ –creada para las elecciones europeas de 2019 por FE/La Falange, FE de las JONS, Democracia Nacional y Alternativa Española–, apenas consiguieron 12.000 votos y, por supuesto, ningún eurodiputado. “La extrema derecha ha carecido de un líder y de una unidad y VOX proporcionó eso, por lo que muchos militantes de estos partidos terminaron por votarles”, explica el profesor de la URJC.

El falangismo se cuela en las instituciones de la mano de Vox

Los símbolos falangistas son repudiados por una parte importante de la población, que ven en ellos reminiscencias de un pasado fascista y autoritario. De esta forma, los partidos que han enarbolado banderas con yugos y flechas se mueven en el ostracismo desde la Transición. A pesar de ello, a mediados de febrero, la insignia rojinegra falangista acabó colgada del despacho de una de las diputadas del Parlamento andaluz.

Se trata de Luz Belinda Rodríguez, quien consiguió su acta de diputada en las elecciones autonómicas de 2018 como cabeza de lista de la formación de Santiago Abascal por la provincia de Almería. Tras denunciar mobbing por parte de algunos compañeros de partido, decidió darse de baja de Vox pero mantuvo el escaño.

En su nueva etapa como diputada no adscrita tiene al jefe nacional de FE de las JONS, Norberto Pico, como asesor. Y en su despacho –compartido con otros diputados– decidió colgar la bandera. Para Madueño, la situación no es nueva y recuerda que el propio José Antonio Primo de Rivera ganó su escaño en el Congreso en 1933 por la provincia de Cádiz bajo el partido Unión Agraria y Ciudadana y, después, “utilizó su posición privilegiada en el congreso como líder de Falange”, explica.

Los casos de Ortega Smith y Rodríguez no son, sin embargo, lo únicos que pueden encontrarse en Vox. Jorge Buxadé, cabeza de lista de la formación ultraderechista al Parlamento Europeo en los comicios de 2019, también se había presentado en listas falangistas en los años 90: primero al Parlamento de Catalunya en 1995 como parte de FE de las JONS y en 1996 como parte de Falange Española Auténtica al Congreso de los Diputados. En una entrevista en El Mundo, remarcó que no se arrepentía de su paso por el falangismo, pero sí “de haber sido militante del PP”.


Javier Ortega Smith declarándose admirador y seguidor de José Antonio Primo de Rivera y de su acción política contra los enemigos de España.

En el estudio de la Fundación Rosa Luxemburgo De los Neocon a los Neonazis: la extrema derecha en el Estado español se recogen otros casos como el de Álvaro Leal Baquero, candidato número 24 de Vox en Alcalá de Henares para las elecciones municipales de 2019, que fue número 2 de La Falange por Murcia al Congreso de los Diputados, tal y como desveló este medio; o Juan García Sentandreu, en su momento militante de Vox e incluso aspirante cabeza de la formación en Valencia, quien fue candidato de Falange Española de las JONS por Valencia en 1982 y se ha visto inmerso en diferentes altercados.

Asimismo, en el estudio se cita el caso de otros excandidatos del partido verde con relaciones falangistas: “Uno de los más polémicos fue Fernando Paz, candidato por Albacete, un conocido seudohistoriador que ha participado como tertuliano en varios medios de comunicación y en diversos actos de grupos neonazis como Alianza Nacional (AN) o la Falange”, se explica en el trabajo coordinado por Miquel Ramos. Vox acabó prescindiendo de candidato después de que la Federación de Comunidades Judías recordase que Paz “ha calificado de farsa los juicios de Núremberg a los jerarcas nazis, ha cuestionado el asesinato masivo de seis millones de judíos, ha dejado claras sus sospechas de que los judíos no murieron en las cámaras de gas, sino a manos de los habitantes de Europa del Este y ha negado el origen racista del Holocausto”.

A pesar de estos casos, desde Falange Auténtica (FA) defienden que sus diferencias con los afines a Abascal son claras y que no tienen constancia de un trasvase de su militancia hacia la formación verde: “Vox es un partido de derecha conservadora, aderezado con un toque social, y nosotros no somos de derecha ni de izquierda”, explica el secretario general de los falangistas, Antonio Pérez Bencomoso. Según sostiene, Vox “es un partido más de este sistema” con el cual pueden tener coincidencias programáticas: “De la misma manera que también podemos tenerla en materia social con partidos de izquierda que están en las antípodas de ellos”.

Extracto de la página donde publicó su artículo de gloria a Falange el actual candidato de Vox al Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith Molina.

Que el antisemitismo no sea un delito de odio

Tras el acto homenaje a la División Azul en el que una joven con la camisa azul falangista lanzó proclamas antisemitas, el portavoz adjunto de Vox en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, consideró el evento como “legítimo”: “Tienen todo el derecho del mundo a hacerlo”, defendió.

No obstante, evitó referirse a la investigación iniciada por la Fiscalía de Madrid para tratar de dirimir si existió delito de odio en las soflamas vertidas por la oradora, en las cuales la policía sí encuentra indicios delictivos. De acuerdo con el informe policial, la joven neonazi infringió el artículo 510 del Código Penal, dirigido a quienes fomenten “odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias”.

Apenas un mes después de dicho acto en el que se señalaba al judío como “el culpable”, la formación ultra ha pedido eliminar la mención que se hace en este artículo a los “motivos racistas y antisemitas”. Lo han hecho en una enmienda presentadas al proyecto de Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia y, según su explicación, para “evitar una redundancia” puesto que el artículo ya se refiere a la “raza”. Para la abogada Nora Rodríguez, coautora del informe de la Fundación Rosa Luxemburgo, este caso, sumado a la utilización del artículo para proteger a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o incluso a organizaciones neonazis es una perversión del objetivo inicial del tipo delictivo: «Es bastante preocupante porque se creó para proteger a grupos vulnerables pero ha acabado por servir a grupos que no lo son”.


Fuente → lamarea.com 

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