A 35 años del referéndum seguimos diciendo: OTAN no, bases fuera
A 35 años del referéndum seguimos diciendo: OTAN no, bases fuera

Manuel de la Rosa Hernández 

El 12 de marzo de 2021, se cumplen 35 años del tramposo referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, convocado por el gobierno de Felipe González. Los desorbitados gastos militares, la implicación en conflictos militares de agresión a otros pueblos, los retrocesos en derechos y libertades en los países miembros o el apoyo a regímenes autoritarios como el de Erdogán en Turquía, como antes hizo con los de Franco o Salazar en Portugal, exigen reforzar el rechazo a formar parte de esta alianza militar. Hoy como ayer seguimos diciendo, OTAN no, bases fuera.
 

Antecedentes

La OTAN es una organización militar que desde su fundación en 1949 tras la Segunda Guerra Mundial justificaba su existencia en mantener el equilibrio de Europa frente al Pacto de Varsovia. En realidad ha servido para mantener un bloque militar con los EEUU que favorecía los intereses de la industria armamentística, bajo el mando militar estadounidense, al servicio además de su afán de control internacional, especialmente de los países del Sur, en aras de saquear sus recursos e imponer gobiernos, como hace en el continente africano o en Oriente Medio.

A pesar de que en 1991 se disolvió el Pacto de Varsovia tras la caída del muro de Berlín en 1989, la OTAN lejos de disolverse continuó, ahora la justificación va a ser la “amenaza del terrorismo islámico”, expandiéndose también hacia el Este europeo.

Recodemos que de manos de la UCD al frente del gobierno del Estado, España se convirtió en el miembro número dieciséis de la Organización del Tratado del Atlántico Norte el 30 de mayo de 1982, sin consulta a la ciudadanía y con un apoyo social según las encuestas de solo el 18%. En aquel momento el PSOE, al igual que amplios sectores populares, estaba en contra de la OTAN, se comprometió en las elecciones legislativas del 28 de octubre de 1982 en las que ganó por mayoria, a convocar un Referéndum sobre la pertenencia a la OTAN. Pasando en poco tiempo de un tibio “OTAN, de entrada NO” a un “OTAN SÍ”, poniéndose al servicio de las multinacionales, de las grandes oligarquías y de los intereses imperialistas que se encuentran detrás de la alianza atlántica.

Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y ministro de exteriores con el PSOE entre 1992 a 1995 señalaba que “La permanencia de nuestro país en la Alianza Atlántica supuso la ruptura con el aislamiento del pasado y permitió defender los intereses de España e influir en la toma de decisiones en el escenario internacional.” El tiempo no ha hecho sino que desmentirlo, así hemos retrocedido en derechos, en libertades y tropas españolas están de soldados de servicio de los intereses imperialistas europeos y de EEUU en varios lugares.

La cuestión de la OTAN, junto con el neoliberalismo brutal, los autoritarismos y la represión, las guerras por petróleo, los desastres medioambientales y el riesgo nuclear son parte del desorden mundial de la globalización capitalista. Las misiones de la OTAN, la injerencia militar estadounidense, francesa, inglesa o rusa en los conflictos que desangran Oriente Medio y África con resultados de muerte, destrucción y dramáticas migraciones masivas son muestra del mundo injusto en que vivimos. Ya fuese con Donald Trump antes o ahora con Joe Biden como jefe político en la Casa Blanca, en la Organización del Tratado del Atlántico Norte las cosas no parece que vayan a cambiar demasiado. Ahora con Biden tuvimos el reciente bombardeo de USA en Siria, su apoyo y sostenimiento al régimen de ocupación israelí en Palestina o las recientes maniobras militares en aguas cercanas a Canarias con las que se situa claramente en apoyo tácito a Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental.

La lucha contra la OTAN y por el Referéndum

En la década de los ochenta comenzaron las marchas contra las bases USA en España (Rota, Morón, Torrejón y Zaragoza) y contra los polígonos de tiro como el de las Bardenas. El 25 de enero de 1981 se realizaba la Primera Marcha a Torrejón contra la OTAN y las bases, en octubre del mismo año se producía la entrada en la OTAN. Y con ello se empezó a plantear en la izquierda la petición de un referéndum sobre la cuestión.

En octubre de ese año el PCE presenta en octubre medio millón de firmas exigiéndolo y, dos meses después, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) presenta otras tantas. En aquel momento el partido socialista mantenía la ambigua consigna “OTAN, de entrada no” y logra una rotunda victoria en las elecciones a las Cortes de 1982. El nuevo gobierno paraliza de momento el proceso de incorporación a la OTAN.

En 1983 se aprueba el despliegue de los euromisiles. En ese contexto se impulsan palataformas pacifistas, tanto el PCE como la LCR junto con el MC activan sendas plataformas pacifistas. Se producen la participación multitudianaria en eventos como la III Marcha a Torrejón o en un Festival realizado en la Universidad Complutense de Madrid, en las que aún participaría el PSOE. El Congreso de diciembre de 1984 del PSOE supone un giro. Ahora incluye en un paquete la participación en la OTAN junto con la entrada en la CEE (antecedente de la UE) y nuevas alianzas internacionales.

La confrontación del movimiento pacifista con el Gobierno se intensifica y las organizaciones contrarias a la OTAN elaboran un discurso alternativo y refuerzan su estructura interna, así como la coordinación estatal. La Marcha a Madrid contra la OTAN, con participación de gentes de territorios de todo el Estado reunió a 500.000 personas. En marzo de 1985 se celebró un exitoso II Encuentro por la Paz en Barcelona. Se celebran grandes manifestaciones en todo el Estado español contra la visita del presidente Ronald Reagan. En Canarias se celebrá un encuentro general del movimiento en Tefía, Fuerteventura.

 

La convocatoria del Referéndum sobre la permanencia en la OTAN

El movimiento popular obtuvo una primera victoria con la convocatoria del Referéndum sobre la pertenencia de España a la OTAN y que se celebrará el 12 de marzo de 1986. Pero el gobierno impuso una pregunta trampa y engañosa, pues de hecho lo que recoge como supuestos a cumplir fueron incumplidos por todos los gobiernos hasta ahora, incluido el actual de Coalición.

La pregunta tramposa con la que se encontraba quien fuera a votar en el referéndum era muy rebuscada, concebida para despistar al electorado y para que en el futuro fuera imposible exigir cuentas: “El Gobierno considera conveniente, para los intereses nacionales, que España permanezca en la Alianza Atlántica, y acuerda que dicha permanencia se establezca en los siguientes términos: 1.º La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada. 2.º Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español. 3.º Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España. ¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?”

El resultado del referéndum, con una participación del 59,4 % del electorado y con Fraga llamando a la abstención, arrojó una victoria del “sí” con el 52,53 % de los votos, frente a un 39,84 % del “no” y una suma de 7,63 % de los votos nulos y en blanco. En Canarias venció el “no”, con una participación del 50,1 %, así como en Catalunya (50,6 % de participación) y en Euskal Herria (con una participación del 65,14 % en la Comunidad Vasca y del 52,63 % en Navarra).

El papel de la OTAN ahora

En la cumbre de la OTAN de Lisboa en noviembre de 2010 se consolidó un nuevo “concepto estratégico” en el que su papel deja de ser formalmente defensivo, nunca lo fue en realidad, a una organización abiertamente ofensiva y si tapujos y además pudiendo actuar militarmente más allá de sus fronteras en un ámbito territorial ilimitado frente a cualquier supuesta amenaza (terrorismo, ciberataques, protección de rutas de comercio o fuentes de energía o países supuestamente enemigos). Este cambio se produce evitando la aprobación de los Parlamentos de los Estados miembros y de esta forma, silenciando el debate social.

La OTAN se ha caracterizado por su intervencionismo en todo el mundo practicando una política de crímenes contra la humanidad, por ejemplo en Afganistán desde 2001 hasta hoy, en Iraq en 2003 o 2011, en Sudán 2005 o 2007, en Somalia desde 2007, en Libia desde el 2011, en Ucrania en el 2014, en Siria o en Yemen . La OTAN protege por otra parte, la expansión de los intereses de los grandes monopolios como los compuestos por ExxonMobil, Texaco, Shell, BP, Boeing, Halliburton, Chase Manhattan Bank, Total, Repsol,… La OTAN es un instrumento que fomenta el crimen y constituye tanto una amenaza para la paz mundial como para la seguridad de la población de los países miembros (sostuvo dictaduras como las de Franco y Salazar, la de Erdogán e Turquía ahora o dio cobertura a los GAL en España).

La organización militar imperialista, impulsada por el gigantesco lobby de la industria militar-industrial europea y sobre todo estadounidense, incrustado en su aparato militar, fomenta un incremento constante del gasto militar, la carrera de armamentos y las intervenciones y las guerras. La OTAN oculta a las y los ciudadanos los objetivos reales y consecuencias de sus guerras y nos convierte en cómplices de sus crímenes, apoyando la matanza de civiles.

Teóricamente, la OTAN no tiene armas nucleares. Sin embargo, las armas nucleares se han movido constantemente por Europa y por los Estados francés y español. La base de Rota en el Estado español ha servido para ocultar, repostar o reparar aviones, barcos y submarinos de propulsión nuclear, una de las cláusulas del referéndum que no se cumplieron nunca.

35 años después el rechazo a la OTAN y a las bases continúa

En aquel referéndum engañoso en Euskal Herria, Catalunya y Canarias ganó la opción del NO y tuvo un importante rechazo en todo el Estado español, con cerca de los 7 millones de votos en contra, aunque se perdiera. A pesar de que todo el aparato mediático, político y económico del Estado se implicó a favor de la OTAN, con una pregunta manipulada, con unas exigencias para la participación en la OTAN que jamás se cumplirían, entre ellas, las referidas a la progresiva disminución de las bases o la no utilización de armamento nuclear en nuestro suelo.

De esas luchas masivas y de ese resultado en el Referéndum quedó un poso en una parte importante en la conciencia colectiva, que fue continuada después en la lucha por la objeción de conciencia y por el movimiento de insumisión al ejercito español, el PSOE intentó frenarlo con la Prestación Social Sustitutoria (PSS), pero ya con el PP en el gobierno los objetores eran casi 800.000 y miles los insumisos al ejército español que rechazaban el servcio obligatorio y también la PSS. En la década de los 90 con el rechazo a la participación en la primera Guerra del Golfo se fortalece el movimiento de insumisión y el 9 de marzo del 2001, un Decreto Ley supuso la abolición del servicio militar obligatorio, de lo que se cumplió ahora 20 años. Más adelante, el 15 de febrero de 2003, millones de personas de toda España y de medio mundo salíamos a la calle para denunciar la guerra de Irak. En todo estos procesos fue fundamental aquel movimiento iniciado bajo los gobiernos de UCD en la década de los 80 contra la OTAN y por el Referéndum.

Los gastos militares se han visto incrementados de forma exponencial en estos años de pertenencia a la OTAN. La entrada en la OTAN ha representado y sigue representando un enorme gasto adicional en los presupuestos generales del estado en detrimento de los gastos en partidas sociales para cubrir las necesidades de la población en sanidad, educación, dependencia.

Las críticas a la OTAN y a nuestra permanencia en ella no han cesado. Durante 35 años desde aquel 12 de marzo de 1986, día en que se celebró el Referéndum sobre la permanencia en la OTAN del Estado español, no se dejó de rechazar la permanencia en la OTAN.

La lucha contra la OTAN cobra así plena vigencia ahora. En la cumbre de la OTAN de Gales celebrada en 2014 se acordó que cada Estado debe destinar el 2% del PIB en el año 2023 a la alianza atlántica. Hoy debemos integrar en la movilización social la reivindicación de rechazo a la OTAN, a las bases y al desorbitado gasto militar español. La necesidad de la salida de la OTAN y el desmantelamiento de las Bases debe incorporarse a los debates y la acción de la izquierda y de los movimientos sociales.


Fuente → poderpopular.info

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