La gran invasión de fincas del 25 de marzo de 19361 fueron unos sucesos ocurridos dicho día en la región española de Extremadura, durante los cuales alrededor de 80.000 yunteros realizaron una serie de ocupaciones pacíficas de fincas, en un total de 250.000 hectáreas de tierra. Distintos partidos políticos, movimientos sociales y colectivos proponen el 25 de marzo como Día de Extremadura, en homenaje a este suceso.
A principios del año 1936 el desempleo del campo sube al 20%, coincidiendo con la crisis y un periodo de lluvias que impedían realizar las labores. Una de las regiones más afectadas fue Extremadura, muy dependiente del campo, y castigada duramente por las circunstancias ocurridas años antes.
La FNTT fue quien mandó iniciar, en la mañana del 25 de marzo de 1936, la ocupación de los campos de Extremadura. Siguiendo sus instrucciones, unos 80.000 yunteros extremeños ocuparon ese día casi 250.000 hectáreas; de forma pacífica y sin incidentes con los latifundistas ni con las autoridades, en más de 280 pueblos simultáneamente. Provistos de azadas y demás herramientas, delimitaron los bordes de la nueva tierra incautada, tal y como había ordenado la FNTT. Luego regresaron ordenadamente al pueblo, al ayuntamiento, haciendo firmar al alcalde, concejales y demás funcionarios un acta de comparecencia. A la mañana siguiente continuaron sus jornadas habituales, como cualquier día.
La táctica no podía haber obtenido mayor éxito. Con una única acción, los campesinos habían ocupado mucha más tierra de la que se les había entregado en los últimos cinco años.
Repercusiones
Evidentemente la sublevación unánime de los campesinos de Extremadura produjo un verdadero pánico en los círculos gubernamentales, temiendo que la "revolución" se extendiera al resto de campos.
Produjo alarma en la prensa. Al día siguiente, el titular de apertura del diario Hoy, de Badajoz, aseveró que «El Gobernador ordena [que] se desalojen las fincas invadidas». «Azaña afirma que no puede tolerar las invasiones de fincas». También se informó sobre el gobernador civil de Badajoz Miguel Granados, máxima autoridad provincial: Por ello se ha visto obligado a imponer sanciones y advierte, una vez más, que el Gobierno no tolerará más asentamientos que los autorizados por la Reforma Agraria. Salvo pequeños incidentes, la tranquilidad es absoluta». Hay que tener en cuenta que, por la vigencia del estado de alarma, existía una censura previa en los medios de comunicación; el diario Hoy de Badajoz apareció con espacios en blanco de informaciones que nunca aparecieron.
Desde el Gobierno Civil de Badajoz se radió un telegrama circular a todas las localidades de la provincia en ese día 25 de marzo. Esta orden exhortó a los alcaldes «el deber en nombre del Gobierno de oponerse a ello». Sin embargo, muchas autoridades accedieron a firmar las actas que los campesinos pedían.
Pero en vez de emplear la fuerza, el Gobierno se vio obligado a enviar un equipo de ingenieros y de funcionarios del Instituto de Reforma Agraria para dar una apariencia de legalidad a la apropiación de la tierra.
Consecuencias
Dos meses después, en mayo, un grupo jornaleros en paro de Yeste (Albacete), siguiendo el ejemplo de Extremadura, ocuparon una finca y empezaron a ararla. Esto provocó los Sucesos de Yeste. La Guardia Civil acabó matando a un total de 17 personas y arrestaron a 50 miembros de la FNTT, entre ellos Germán González, el alcalde socialista de Yeste.
En julio de ese año, 1936, comenzó la Guerra Civil, iniciando rápidamente la Campaña de Extremadura. Se cree que la invasión de Extremadura no fue tanto estratégica, sino en venganza de las ocupaciones de fincas. Se llevó a cabo la masacre de Badajoz: Entre 1.800 y 4.000 personas fueron asesinadas sólo entre el 14 y 15 de agosto, los días posteriores al finalizar la batalla de Badajoz. El método para las ejecuciones fue el fusilamiento, sin juicio previo, de personas participantes en la defensa de la ciudad o sospechosas de simpatizar con la República. Se produjeron asesinatos por las calles de la ciudad, incluso de niños. El mismo día 14, el general Yagüe ordenó el confinamiento de todos los prisioneros -la mayoría civiles- en la plaza de toros y su fusilamiento. Algunos cadáveres se situaron junto a la carretera de circunvalación de Badajoz.
Buena parte de aquellos campesinos que participaron en las pacíficas ocupaciones el 25 de marzo de 1936 fueron asesinados o encarcelados por la represión franquista como castigo. La historiadora Candela Chaves ha documentado que Badajoz fue la segunda provincia más afectada por la represión franquista.
Fuente → eulixe.com
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