Resulta enternecedor que la derecha (la clásica y la neo-fascista) hayan salido en tropel a defender al exilio republicano tras lo dicho por Pablo Iglesias. La comparación que hizo el líder de Podemos del caso del que fuera President de la Generalitat, Carles Puigdemont, con la decenas de miles de personas que tuvieron que abandonar este país, puede ser más o menos afortunada, más o menos interesada en buscar el apoyo de los votos de Junts en la Cámara, pero lo que sí resulta patético es que los políticos reaccionarios y su coro mediático, acudan sin pudor ni vergüenza a recordar la tragedia que ocasionó el fascismo. Glorificar a Franco en portada, servirse de su dictadura y luego «lamentar» el exilio de familias que jamás pudieron volver, es un atentado a la Memoria histórica. Llevan horas buscando hijos y nietos de exiliados para que algún titular diga que no es lo mismo un caso y otro. Son los de siempre, la derecha monárquica que vomita sobre los pueblos y la historia, y sonríe.