Chats de militares retirados que sueñan con fusilar a 26 millones de españoles y loan los golpes de Estado de Primo de Rivera y Franco. Cartas al rey Felipe VI explicando sus desvelos ante las políticas del gobierno “social-comunista”. Vídeos de algunos soldados cantando un himno de la División Azul, la agrupación de militares españoles que combatió junto a Hitler. En las últimas semanas se han hecho públicas varias muestras de la existencia de núcleos de extrema derecha en el interior de las Fuerzas Armadas.
Partidos como Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu o el Partido Nacionalista Vasco (PNV) han pedido explicaciones a la ministra de Defensa, Margarita Robles, que se ha mostrado esquiva. “No voy a aceptar que por prejuicios de algunos pongan en tela de juicio a los 120.000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas”, subrayó Robles en sede parlamentaria. El pasado 6 de enero, durante la Pascua Militar, la titular de Defensa volvió a hacer referencia a este tipo de acontecimientos de manera indirecta, mostrándose mucho más contundente que en ocasiones anteriores, aunque recalcando que se trata de una “minoría” cuyos “delirios” lo único que hacen es “perjudicar el inmenso prestigio” del Ejército.
Solo un día después de estas palabras, el teniente general retirado Emilio Pérez Alamán mandó una carta a la propia Robles para corregirle en sus palabras: “No somos una minoría”, asegura. “No mire con los ojos de su vicepresidente segundo a los militares, ni en activo ni retirados. En todos ellos solo encontrará verdadero amor a España y espíritu de sacrificio por todos los españoles”, dice en la misiva, en la que exige “un buen giro al timón y cambiar de rumbo” del Gobierno.
Desde dentro, pocas voces han dado un paso adelante para valorar la situación o las posibles medidas ante este tipo de hechos por parte de determinados miembros del Ejército, muchos de ellos en activo. Enrique Vega Fernández, coronel de infantería retirado del Ejército de Tierra, sí ha accedido a hablar con este medio. Vega Fernández, que además es el portavoz de Asociación por la Memoria Militar Democrática, defiende que, con diferencias sobre todo de edad, en las FFAA hay un peso superior a la media nacional de nostálgicos del franquismo. “Lo tenemos que reconocer. No implica esto que todos los militares lo sean, ni siquiera que sean conservadores. Pero que los hay, es evidente. Y cuanto más aumenta la edad, más proporción hay”, explica.
En términos similares se expresa el teniente Luis Gonzalo Segura, denunciante de corrupción expulsado del Ejército por “insultos y descalificaciones” hacia mandos y autoridades a los que atribuyó “comportamientos corruptos y conductas contrarias a la ética y a la disciplina”. Para Segura, las informaciones publicadas en las últimas semanas demuestran “un problema estructural” dentro de unas FFAA donde “el relato predominante es el de la ultraderecha”, ha afirmado en conversación con lamarea.com. «Evidentemente, no todos los efectivos son de extrema derecha y de Vox”, dice Segura, aunque defiende que el poder de la derecha radical es muy importante en el ámbito castrense.
El teniente es, además, autor de una trilogía de libros sobre las FFAA españolas. El último, El ejército de Vox (Akal), muestra cómo en las zonas en las que se ubican los cuarteles militares, el voto a la formación liderada por Santiago Abascal crece. “No solo es que haya un ascenso de la derecha sino que el ascenso más pronunciado se produce en Vox, en la ultraderecha, cuando lo normal es que lo hubiésemos encontrado en el Partido Popular, que para eso fue el primer partido de la derecha. No es que se esté escorando hacia la derecha, sino hacia la extrema derecha: es decir, el Ejército es principalmente ultraderechista, aunque haya personas de todos los colores”, sostiene.
Vox, de hecho, incorporó a numerosos militares retirados en sus listas electorales para las últimas elecciones generales e incluso ha utilizado simbología militar en el Congreso de los Diputados.
Mirar hacia arriba
Otra fuentes contactadas por lamarea.com, y que prefieren hablar de manera anónima, aseguran que son algunos mandos de la Academia General Militar los que enseñan canciones como el himno de la División Azul y otros de índole similar en plena democracia sin explicar el contexto ni el porqué del mismo. Defienden que los soldados lo cantaban cuando se les ordenaba, normalmente durante algunas marchas o durante la realización de maniobras. Sin embargo, todo cambiaba si se entonaba la letra en un acto público. En esos casos se ordenaba silencio, añaden las mismas fuentes, que piden mirar hacia las altas esferas del ámbito castrense.
A pesar de esto, el portavoz de la Asociación por la Memoria Militar Democrática matiza la necesidad de separar a la institución de las Fuerzas Armadas de los soldados: “Nosotros tenemos la convicción de que las Fuerzas Armadas hoy día son plenamente constitucionalistas. Y quien tiene las armas es la institución de las Fuerza Armadas, no los militares. Creemos que no existe un peligro de golpe de Estado, ni mucho menos”, explica. Sin embargo, tiene miedo de que este tipo de informaciones y de casos acaben influyendo en la percepción de la sociedad.
Tanto el coronel como el teniente ponen el mismo ejemplo para sostener la idea de la radicalización de las FFAA: el manifiesto firmado por militares en 2018 en defensa de Franco al considerar que “su figura ha sido vilipendiada hasta el extremo”. “Con el paso del tiempo, finalmente acabaron recabando más de 1.000 firmas. Y muchos de ellos eran altísimos mandos: generales, tenientes-generales, coroneles, tenientes-coroneles…”, subraya Segura. El contramanifiesto, elaborado por la asociación del coronel Vega Fernández, solo lo firmaron 30 y uno de ellos fue expulsado por manifestar de manera pública sus opiniones políticas: “Esto da una idea numérica y cuantitativa. ¿Quiere decir esto que en el Ejército hay solo 30 demócratas? Evidentemente no. Igual que tampoco quiere decir que solo haya 1.000 ultraderechistas. Pero sí revela la diferencia entre un sector y otro”, asegura el teniente.
No ha sido el único acto relacionado con el franquismo en los últimos años. En 2017, el que fuera jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, ahora secretario general de Podemos en Madrid, publicó en redes sociales una orden militar enviada desde la Agrupación de Apoyo Logística número 61. En ella se llamaba a conmemorar el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, aunque utilizando un eufemismo: “Alzamiento cívico-militar, en el que participa la mayoría del Ejército”. Aunque el Ejército de Tierra aseguró que se trataba de un “error” y pidió disculpas, la por entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal (PP), justificó la celebración de la fecha asegurando que se hacía desde 2005, año en el que gobernaba el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero.
El ejemplo alemán
Desde lamarea.com hemos preguntado al ministerio, ahora dirigido por una ministra del PSOE, su valoración de los últimos sucesos destapados. En total, cinco mails y dos llamadas telefónicas, además de varios intentos por parte de nuestro colaborador Antonio Maestre. El resultado: ninguna respuesta y un bloqueo telefónico al citado periodista.
Para Segura, el PSOE ha tenido en su mano la opción de plantear una reforma en las Fuerzas Armadas a raíz de algunos de los hechos citados anteriormente. “Nosotros presentamos una propuesta para restringir la justicia militar solo a tiempos de guerra, algo que se hace en la mayoría de los países europeos. Votaron a favor todos los partidos que han posibilitado el gobierno del PSOE, excepto el PSOE. Es obvio que el PSOE siempre está en frente cuando llega la hora de la verdad”, critica.
El coronel Vega Fernández, por su parte, cree que debe ser la justicia la que determine si estas actuaciones sobrepasan la consideración de falta disciplinaria. Y si son constitutivas de delito, “que se actúe en consecuencia”: “Creo que hay tomar las acciones que sean necesarias cuando sean necesarias”. Segura pone como ejemplo a Alemania: «Ahí se han disuelto unidades de élite por sus ideas ultraderechistas y se ha expulsado a 300 militares por ideas ultraderechistas. Por qué no lo hacemos nosotros”, se pregunta mientras recuerda: “Aquí se expulsa a los antifranquistas como el cabo Santos”, firmante el contramanifiesto.
“En Alemania se hacen las cosas bien y aquí no. En Alemania sería inconcebible que existiese una casa-museo dedicada a Hitler y, muchos menos, que sus Fuerzas Armadas acudiesen a ella. Aquí, lo habitual es parar en el restaurante franquista Casa Pepe a la ida o vuelta de los viajes del Ejército. Esa es la diferencia”, zanja.
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