«Ni Rey, ni Jefe de Estado, solo Heredero Complaciente»
 
Ya son demasiados los silencios que da el Rey ante situaciones y circunstancias que merecían una locución pública.

«Ni Rey, ni Jefe de Estado, solo Heredero Complaciente» Viñeta de Elkoko Artículo de Puño en alto / @puno_en:

Lo que está pasando es grave y no deberíamos tomarlo a chanza, por mucho que se preste a ello ver como militares ya retirados aduladores del franquismo advierten por carta al Jefe del Estado de los peligros para la unidad territorial del país que supone el actual gobierno, así como para mostrarle su preocupación por una supuesta deriva antidemocrática y de hasta de la instauración de un pensamiento único. Ver a ex militares condenados por golpistas y descendientes del dictador mostrar dichas preocupaciones puede sacarnos una risa, pero que ello no nos sirva para olvidar el pasado.

Hay dos instituciones en este país incapaces de desligarse del legado franquista, como son la Iglesia y el estamento militar. Ambas, o al menos en su cúpula, llevan más de 40 años disfrutando de los privilegios obtenidos durante la dictadura y ahora que creen ver peligrar dichos privilegios están, en su demencial deriva obstruccionista, intentando utilizar la figura del Jefe del Estado para sus fines. La Iglesia de manera indirecta ha sacado sus huestes a las calles con motivo de la nueva ley de educación, en la que creen ver peligrar su mayor fuente de adoctrinamiento, como son los centros educativos concertados.

Creíamos que el ruido de sables y las rancias corrientes de aire de las apolilladas sotanas eran de épocas pasadas y las nostalgias de unos y la decrepitud intelectual, moral y ética de otros nos recuerdan que siguen y quieren seguir siendo poderes fácticos desde el que imponer su trasnochada e involutiva visión del mundo.

El intento de involucrar al Jefe del Estado, en una visión trastocada de la realidad, por parte de la Casa Real no puede quedar sin la cumplida respuesta de rechazo y condena a la involución democrática del calibre que se plantea, de lo contrario no seremos pocos los que podamos pensar aquello de quien calla, otorga.

Ya son demasiados los silencios que da el Rey ante situaciones y circunstancias que merecían una locución pública. Los líos de faldas y económicos de quien recibió por la dudosa legitimidad democrática de la herencia la Jefatura del Estado no se puede solventar con un silencio y no dar explicaciones de las decisiones tomadas, sobre todo cuando algunas de las actividades de su progenitor le han podido involucrar personalmente.

De la misma manera que cuando la Generalitat catalana proclamó su efímera independencia, el Rey estuvo solícito para salir públicamente en una lamentable condena de la deriva secesionista, muchos españoles esperan, desean y exigen que el Rey salga públicamente rechazando y condenando la deriva anti democrática que supone el contenido de las misivas epistolares de militares que ha recibido, que aunque ya retirados y caducos en pensamientos, deben tener una respuesta contundente para que no cunda el ejemplo entre el estamento militar y lleguemos a una situación insostenible que tengamos que lamentar más aún si cabe. No podemos olvidar que como Jefe del Estado es también Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y ahora más que nunca es oportuno que así ejerza, poniendo en su sitio a los firmantes de las cartas, a los que puedan estar pensando firmar otras nuevas y a aquellos que por cobardía o temor de perder privilegios no se atreven.

Un Jefe del estado, por herencia o no, no puede ni debe mostrarse ajeno, ni mucho menos supuestamente complaciente con determinados acontecimientos de su país y no limitarse a oportunos tours por el mismo para conseguir aplausos que, si fuesen en blanco y negro, recordaría lamentablemente otros tiempos, precisamente a los que algunos quieren volver.


Fuente → la-politica.com

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