Los dulzaineros republicanos de Baltanás, fusilados por los franquistas en Palencia en 1937

En la familia de dulzaineros que formaban “Los Adrianes”, dulzaineros no solo de Baltanás y del Cerrato, sino afamados en las provincias de Palencia, Burgos, Valladolid y algunas más de Castilla y León, destacaba el dulzainero D. Ramón Adrián. Nació en Baltanás (Palencia), construyó dulzainas muy perfectas de sistema Bohem que copió de un clarinete; estaban afinadas en sol, una tercera más baja que la dulzaina normal en Fa, lo que hacía que pudieran tocar acompañados de otros instrumentos. Sus dulzainas de llaves eran un poco más largas que las normales, con medidas de 46 cm. de largo y hechas con madera de ébano que adquiría en el puerto de Bilbao, torneándolas con una máquina de coser reconvertida en torno.

Ramón fundía las llaves en alpaca en crisoles de barro con un soplete de boca (debido a lo cual enfermó del pulmón). La terminación de las llaves la hacía repasándolas a lima y puliéndolas posteriormente, proporcionándole la herramienta de precisión un amigo relojero. Fue director de orquesta, compositor e intérprete con sus hermanos. Hizo composiciones para cuarteto de dulzainas (3 dulzainas y una tenora). Toda su obra se perdió en la Guerra Civil. Se decía que Ramón Adrián, incluso estaba desarrollando una familia de instrumentos basados en la dulzaina, igual que en Cataluña existe la tarota y la tenora. Hizo composiciones para cuarteto de dulzainas (tres dulzainas y una tenora).

Eran simpatizantes comunistas. Siendo dulzainero en Castilla era complicado ser de izquierdas porque les causaba muchas broncas en los pueblos. Los adrianes no solían tocar en la procesión religiosa, limitándose normalmente a tocar para el baile. En una fiesta, la procesión es una representación del orden establecido, de hecho en el orden en que salen sus componentes se muestra la estratificación de la sociedad y su orden de importancia, y por eso sale al final el pueblo, supeditado a ese orden, considerado “superior”, y más en una provincia tan conservadora como Palencia.

En esos pueblos cualquier cosa que alterara ese orden establecido era especialmente perseguido por los poderosos y sus esbirros. Según contó el ya fallecido Jose María Silva Naveros, gran dulzainero y mejor folclorista de Palencia, y que siguió sus pasos pues tocó en cada pueblo donde ellos tocaban, eran buenos músicos, muy admirados, pero a los caciques no les gustaba que solo tocaran para el disfrute del pueblo, no para los poderosos. En algún pueblo salieron a tortas, por no querer tocar en la Iglesia ni procesión y si para el baile.

Eso no justifica lo que les pasó, al contrario, demuestra que había una sociedad plural. Ni las “rencillas” ni las “envidias” explican su asesinato sino su militancia de izquierdas. Tiene gracia que algunos sigan llamando guerra civil a un golpe de Estado. En media España no hubo ni un solo combate, ni una iglesia quemada ni un cura muerto. Solo golpe de Estado y represión fascista; en la página web de Baltanás se limita a decir que “toda su obra se perdió en la guerra civil”.

Ramón Adrián y sus hijos, músicos de Baltanás, eran considerados los mejores dulzaineros de Castilla la Vieja. En Baltanás no hubo ni un solo tiro tras el 18 de Julio. A pesar de ello, los 3 hermanos dulzaineros, Domingo, Antonio y Jesús Adrián Vega murieron fusilados por los franquistas en Palencia el 10 de marzo de 1937 tras un consejo de guerra. Con ellos, también fueron fusilados ese día los vecinos naturales de Baltanás Julián Diago Espina, Máximo Calleja Espina, Segundo Calleja Calvo y Terencio Cabestrero Ortega. Los 7 fueron arrojados a 2 fosas comunes.

Documentos: Cervantes virtual (Antonio Bellido Blanco). Ayuntamiento de Baltanás. Facebook (Asociación Recuperación Memoria Histórica Aranjuez; Yolanda Moreno Casado). Proyecto de la Carcavilla (Almudena García-Rubio Ruiz y Luis Ríos Frutos)

Fuente: Tulio Riomesta: documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com