El régimen del 78: La historia de una continuidad

42 años desde la aprobación de la Constitución y los pilares fundamentales del régimen siguen atados y bien atados

El régimen del 78: La historia de una continuidad
Jesús Pérez López 

España fue ese único país donde el fascismo triunfó y permaneció, apoyado por las “democracias occidentales”, que veían en el asesinato sistemático, en la represión y humillación continua y en la violación de todos los derechos humanos un aliado más en su lucha anticomunista contra la URSS.

Hoy es 6 de diciembre de 2020 y por el Real Decreto 2964/1983 del 30 de noviembre es fiesta nacional en el estado español, como conmemoración del referéndum de 1978 en el que el pueblo español aprobó la constitución que hoy sigue vigente. ¿Fue una elección libre? ¿Hubo una transición de verdad? ¿Es legítimo un régimen nacido directamente de las entrañas de una dictadura fascista?

España fue ese único país donde el fascismo triunfó y permaneció, apoyado por las “democracias occidentales”, que veían en el asesinato sistemático, en la represión y humillación continua y en la violación de todos los derechos humanos un aliado más en su lucha anticomunista contra la URSS.

En 1975, el caudillo de España, el causante de una guerra brutal tras un intento de golpe de estado fracasado y detenido por el heroico pueblo antifascista, el que permitió que España se convirtiese en un campo de pruebas militares de la Alemania Nazi y la Italia Fascista, el que permitió que estos países invadieran nuestro territorio nacional, el que nos condenó a años de atraso, el genocida Franco, por fin, moría. En su cama. ¿Pero que cambió con eso?

El pacto de la transacción, perdón Transición. No fue más que la legitimación y extensión del régimen fascista anterior, para pasar a unas formas socialmente más suaves, aunque no en su fondo. La nueva constitución se construyó a partir de las leyes fundamentales del régimen. Así, los mismos dirigentes que ostentaban el poder militar, jurídico, político y económico del estado fueron los que guiaron la transición hacia su “democracia”:

“Todo atado y bien atado”.

La jefatura del estado paso a manos del heredero de Franco, de apellido borbónico y que como hemos visto no solo impidió el avance hacia la democracia, sino que siguió el mismo estilo político mafioso típico de la dictadura franquista. Los dirigentes de la represión fascistas, los altos cargos jurídicos y todas las cloacas más oscuras de un estado fascista durante 40 años conservaron su puesto y nadie fue juzgado por los crímenes de lesa humanidad cometidos. Una ley de amnistía hecha a su medida, extendió ese terrible y solitario manto de olvido en el que hoy estamos completamente envueltos hasta ahogarnos. Y siguió extendiendo las mismas mentiras que sostuvo el régimen de Franco, tan solo con unos matices. Claro que sí, después de 40 años de fascismo resultó que el bando golpista apoyado por el nazi-fascismo alemán e italiano eran exactamente lo mismo, porque claro está todos sabemos que los extremos se tocan. Pero los acontecimientos históricos son los que son y a ellos me remito

El régimen franquista se puso una careta, ante la presión de un pueblo que tras 40 años exigía ser libre. Los poderes de la dictadura fueron lo directores de la orquesta del cambio. Un cambio de continente, que no de contenido, que nos ha traído hasta aquí. A seguir sufriendo el resultado de 40 años de dictadura y otros 40 de dictablanda, bajo los mismos poderes que dieron un golpe de estado fallido, que condujo al guerra, en la que un pueblo luchaba por su liberación y unos poderes económicos, militares y religiosos, que apoyados por fuerzas extranjeras, pretendieron ocupar España y acabar con su soberanía, con la democracia, la justicia y con el progreso cultural, científico y político, pero claro lo extremos se tocan y ambos bandos eran lo mismo.

Y vendrán a decirnos que el pueblo votó la constitución y que este régimen es legítimo. ¿Cuán legítimo puede ser un régimen nacido de un golpe de estado, cuán democrático puede ser un régimen que nació bajo una votación en la que sólo había una opción, mientras el fascismo asesinaba en la calle y los militares amenazaban con volver al ala dura de la dictadura?

Y en ese paquete venía incluido por imposición legal la forma de estado de la “nueva España” tan caduca como siempre. Por eso nos comimos la corona, aún rompiéndose nuestros dientes, pero nadie jamás se atrevió a preguntarnos ¿Monarquía o República?

Y así los nuestros, los héroes y las víctimas de la lucha por la democracia y la libertad, el pueblo antifascista, sigue en fosas comunes, olvidados. Los delitos de los que fueron juzgados siguen estando vigentes y algunos, más de 80 años después de su asesinato, siguen estando desaparecidos. ¡Verdad, justicia y reparación! Pero también y mucho más importante es continuar su ejemplo, seguir luchando por su causa porque memoria es continuar su lucha y porque lo único legítimo en este país sigue siendo la República, aquella que fue destruida por los traidores de España.


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