Acciona trata de borrar el pasado de la compañía durante la posguerra en su página web

Acciona trata de borrar el pasado de la compañía durante la posguerra en su página web / Dani Dominguez

“En los años de la posguerra, la compañía fue muy activa, consolidando su posición como una de las compañías más innovadoras del país”. El entrecomillado estaba plasmado en la página web de Acciona, una de las empresas que forman parte del IBEX 35. La cita, recogida por Antonio Maestre en su libro Franquismo S.A., era parte del repaso histórico que la empresa hacía en su cronología. Más en concreto, en la parte dedicada al año 1931 bajo el título “Nuestros primeros pasos”. Es en este epígrafe en el que Acciona cuenta que “el ingeniero de caminos bilbaíno José Entrecanales Ibarra y el empresario sevillano Manuel Távora fundan ENTRECANALES Y TÁVORA, S.A. el 11 de marzo de 1931”. 

Entre los primeros proyectos ejecutados por la compañía, se encuentra “la renovación del puente de San Telmo en Sevilla (España) que se llevó a cabo por sugerencias de S. M. el Rey D. Alfonso XIII para evitar que se ocultara la vista de la Torre del Oro, y obras en el muelle de Cádiz”. Estos últimos entrecomillados pueden seguir leyéndose en la web a día de hoy. El primero, dedicado a la actividad durante la posguerra, ya no. Esa frase ha desaparecido del recorrido histórico de Acciona, en el que se produce un salto que va desde 1931 a 1948, el año en el que la compañía firmó “su su primer contrato en el extranjero y emprendió proyectos en Portugal, Marruecos y Guinea Ecuatorial”. 

Acciona ha sido preguntada por este medio sobre el momento en el que fue eliminada dicha frase sobre la posguerra y la motivación para hacerlo, sin obtener ningún tipo de respuesta por parte de la compañía.

Ni la República, ni la guerra civil ni la postguerra existen para Entrecanales y Távora –conocida de manera despectiva entre determinados sectores de la población como “Entrecanallas y Távora”–. Una zancada de 18 años en los que pareciera que nada pasó. Aunque, por supuesto, el periodo dio para mucho. Algunos años después del nacimiento de la empresa, durante la guerra civil, el Ayuntamiento de Sevilla –en manos de los golpistas– encargó a la compañía la canalización de las aguas fecales de un par de barrios ricos construidos unos años años antes, en 1929. En ellos “vivía la alta burguesía y los dirigentes del nuevo orden”, según explicaba Cecilio Gordillo, representante del grupo de Memoria Histórica de CGT Andalucía, en 2015.

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Comparación entre la página web de Acciona en 2016 y 2020

Según Gordillo, Entrecanales y Távora solicitó al alcalde de la ciudad, Ramón de Carranza, poder utilizar a presos para llevar a cabo la obra al no encontrar mano de obra suficiente. Fue el propio edil el que se paseó por las diferentes prisiones para elegir uno por uno a los reos obligados a trabajar: “Ninguno de ellos era libre de elegir su destino, aunque siempre preferían optar por la redención de penas por trabajo que quedar largos años encerrados en una celda”, apuntaba el experto en memoria democrática. Aun así, según explica Maestre, en aquel momento ni siquiera existía el Patronato para la redención de penas, que fue creado en octubre de 1938.

Para poder acoger y controlar a los presos, ahora reconvertidos en trabajadores sin sueldo –lo que sin eufemismos se conoce como esclavos–, se creó el campo El Colector, donde estuvieron ubicados los primeros 250 prisioneros que pusieron en marcha una obra que comenzó el 7 de julio de 1937. Esa cifra acabó triplicándose, viniendo de numerosas regiones, según un estudio del grupo de Memoria Histórica de la CGT. “Hacinados en literas, sin apenas espacio, vivían en una especie de fuerte que se encontraba a escasos metros de la obra que estaban realizando muy cerca del río”. Así era la vida de los reos, de acuerdo con Gordillo.

Un campo de concentración

Ni colonias penitenciarias militarizadas ni otros conceptos ambiguos: El Colector fue definido en su acta de creación firmada por Queipo de Llano como “Campo de Concentración”. En él se pedía “solicitar de la autoridad competente que la mano de obra sea facilitada por los prisioneros sometidos al régimen de regeneración por el trabajo, estableciendo, con cargo a los fondos de estas obras, un campamento o campo de concentración para dicho personal cuyo emplazamiento se fija en el terraplén de la margen izquierda de la Corta de Tablada, en la extensión del antiguo cauce del río Guadaira”.

En ese lugar se ubica en la actualidad una nave de Acciona, a menos de 100 metros del monolito que honra desde 2016 a los primeros presos utilizados como esclavos por los golpistas. Los “méritos y circunstancias” del empresario y fundador de la posterior Acciona, José Entrecanales, le valieron la Gran Cruz de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas, concedida por el propio Francisco Franco el 18 de julio de 1969, en el aniversario del golpe de Estado.

Ese mismo día también recibieron el distintivo –el de mayor rango durante el franquismo– varios políticos, empresarios y militares de la dictadura como Blas Tello y Fernández-Caballero, gobernador civil de la provincia de Toledo y director general de Política Interior, o Javier Ybarra Bergé, presidente de los diarios El Correo y de El Diario Vasco y procurador en las Cortes, además de alcalde de Bilbao.


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