La Crisis en el Sáhara Occidental: Por la liberación del pueblo saharaui
 
El pueblo Saharaui hace décadas que exige un referéndum para poder decidir constituirse como Estado independiente y poner fin a la ocupación de las fuerzas represivas marroquíes. Recientemente saltó la noticia de la violación del alto el fuego del gobierno de Marruecos iniciando así un conflicto con el Frente Polisario, el movimiento político representante del pueblo saharaui.

La Crisis en el Sáhara Occidental: Por la liberación del pueblo saharaui / Toni Horrach

Contexto histórico

Para entender el conflicto en el Sáhara Occidental hay que remontarse a los tiempos del régimen franquista. El Sahara Occidental era una de las colonias españolas, pero con el ingreso de la España franquista en las Naciones Unidas en el 1955, intentando encajar con la obligación de aceptar la descolonización, la dictadura franquista modificó la organización del Estado y en el 1958 el Sáhara Occidental dejó de ser una colonia para pasar a ser una provincia más.

A finales de los años setenta en el Sáhara comenzó a surgir un movimiento nacionalista importante el “Movimiento de Liberación Saharaui”. El 10 de mayo de 1973 se fundó en la clandestinidad el Frente Polisario, empezando poco tiempo después por parte del sector militar, escaramuzas contra los intereses de los franquistas en el territorio. En este sentido, a finales del 1973 aumentaron las presiones hacia el gobierno español para que se resolviera el problema colonial concediendo el derecho fundamental de autodeterminación de los pueblos, el gobierno planteó la posibilidad de un estatuto de autonomía pero debido a la crisis final del régimen y la presión de Marruecos el estatuto quedó olvidado.

Debido a la presión popular el régimen franquista en crisis aceptó una propuesta de la ONU de iniciar un proceso de autodeterminación mediante un referéndum que debía tener lugar durante el 1975. Marruecos que perseguía intereses imperialistas en la región se opuso y solicito el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. La solicitud marroquí fue denegada, negando así cualquier posible derecho histórico que los oligarcas marroquíes quisieran imponer, reafirmando así la necesidad de un referéndum de autodeterminación.

El mismo día, que se dictó la resolución, el régimen marroquí liderado por el rey Hassan II, anunció el inicio de la “Marcha Verde” que supuso una invasión de unos 300.000 marroquíes exacerbados por discursos reaccionarios que recorrieron una larga marcha con la intención de someter al pueblo saharaui. En este contexto el gobierno español decidió firmar los Acuerdos Tripartitos de Madrid, en los cuales el Sáhara Occidental era cedido a Marruecos y a Mauritania, en este sentido tras la cobarde decisión de dejar a los saharauis sin poder ejercer un derecho fundamental, los marroquíes iniciaron una fuerte represión a la población saharaui que no quería someterse al yugo imperialista, comenzando así una guerra.

A principios de 1976 ante la dramática situación la población saharaui tuvo que abandonar su territorio iniciando un éxodo hacia el interior del país y posteriormente hacia el territorio del desierto argelino donde se estructuraron campamentos de refugiados en los que a día de hoy aún viven, los cuales fueron también bombardeados por las fuerzas del régimen marroquí. La guerra prosiguió pero en el 1979 Mauritania firmó la paz con la RASD ( República Árabe Saharaui Democrática ) renunciando a la parte del Sáhara Occidental que le correspondía por los Acuerdos de Madrid reconociendo así el derecho del pueblo saharaui al territorio, pero rápidamente Marruecos anexiono el territorio en cuestión convirtiéndose en la única potencia invasora.

El conflicto continuó, los saharauis recuperaron un pequeña parte de su territorio, hasta que el gobierno de Hassan II al no poder contener los ataques imprevistos de las milicias saharauis inició la construcción de un muro lleno de minas y con destacamentos permanentes.

Desde 1988 hasta 1991 prosiguieron las negociaciones entre las partes y finalmente en abril de 1991 la ONU puso en marcha un proceso para la realización del referéndum. Pero éste tras una política marroquí para tratar de impedir el proceso intentando boicotear los censos poblacionales nunca se llevó a cabo.

A día de hoy la población saharaui se encuentra dividida entre los territorios del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, donde los saharauis son reprimidos y discriminados como pueblo, y los campamentos de refugiados situados en la provincia de Tinduf (Argelia), donde esperan año tras año la posibilidad de volver a su tierra y tener al fin un Sáhara Libre. Pero las promesas de referéndum de la comunidad internacional no se cumplen y los saharauis siguen subsistiendo gracias a la solidaridad de la gente en el difícil ambiente de los campamentos.

Intereses en el Sahara Occidental

El referéndum de autodeterminación no llega porque la comunidad internacional ha dado la espalda al pueblo saharaui en las últimas décadas. ¿Pero por qué no se sanciona ni se exige a Marruecos un referéndum libre organizado por la comunidad internacional? Las excusas son múltiples, la realidad es una: los países occidentales tienen grandes intereses económicos en el Sahara Occidental.

En el Sahara Occidental se encuentra una gran riqueza en cuanto a la presencia de fosfato, el cual se sustrae ilegalmente de forma masiva. Los activistas calculan que en el próximo siglo las reservas se extinguirán, en este sentido la explotación de fosfato representa el 4% del PIB de Marruecos, y solo en 2016 el Estado ingresó 213,7 millones de dólares. Los principales compradores provienen de países occidentales el 50 % por ciento de las exportaciones corresponden a dos empresas PotsahCorp de Estados Unidos y Lifosa de Lituania. El pueblo saharaui no puede decidir sobre los recursos de su territorio y los capitalistas aprovechan la situación para enriquecerse.

Otro recurso económico que nutre a los grandes capitalistas occidentales y marroquíes es el petróleo y la pesca, en el caso de la pesca por ejemplo las aguas pertenecientes al Sáhara occidental son extremadamente ricas por ejemplo en sardinas, más del 83 por ciento de la pesca marroquí proviene de las aguas del Sahara. El principal importador de ese pescado es la Unión Europea aunque técnicamente es ilegal porque los derechos siguen perteneciendo al pueblo saharaui.

Después de haber ejemplificado este caso podemos llegar a la conclusión que los intereses de los gobiernos de los países capitalistas sometidos a las directrices de las grandes empresas de extracción mineral, pesca, etc… condicionan los derechos del pueblo saharaui, enriqueciéndose a costa del sufrimiento de un pueblo.

Análisis de los hechos recientes

El pasado 21 de octubre cerca de 50 refugiados saharauis residentes en los campamentos de Tinduf iniciaron el bloque del Guerguerat, vía de acceso comercial entre Marruecos y Mauritania protestando así contra el hecho que aun no se haya llevado a cabo un referéndum de autodeterminación pactado hace décadas, y contra el hecho que teóricamente la circulación de productos en la zona violaba los acuerdos firmados con la ONU.

Unos días después el gobierno de Marruecos respondió con el despliegue de unidades militares que atacaron y rompieron el bloqueo. El Frente Polisario apreciando que se había roto el alto el fuego, al día siguiente declaró el estado de guerra. En este contexto centenares de saharauis de los campamentos salieron a las calles para exigir el referéndum de autodeterminación y apoyar al frente Polisario ante una nueva agresión, también se produjeron manifestaciones en las ciudades del Sáhara Occidental ocupadas por Marruecos, sobre todo en El Aaiún la que los saharauis consideran su capital.

En este contexto las milicias saharauis actuaron y según el parte de guerra del Frente Polisario se iniciaron ataques a las posiciones marroquíes que luego fueron respondidos por el ejército marroquí.

Está claro que la situación es extremadamente tensa, el pueblo saharaui ya no cree en los dictámenes de la ONU regida por intereses capitalistas de las principales naciones occidentales. Consideran que la misión de la ONU se ha convertido en una organización que “custodia” el expolio por parte de Marruecos de los recursos naturales del Sáhara Occidental.

El expolio debe terminar ya, el dominio de Marruecos en el Sáhara Occidental solo beneficia a un puñado de grandes capitalistas que expolian el territorio, la clase obrera marroquí también debe tomar consciencia de la afrenta y solidarizarse con el pueblo saharaui, pues ella misma sufre la opresión de la corrupta monarquía marroquí. En este sentido las masas proletarias de ambas naciones deben unirse para golpear más fuerte y acabar una vez por todas con el régimen de Mohamed VI, la lucha de emancipación del pueblo saharaui es la lucha de todos los obreros del mundo.

Actualmente en el interior de Marruecos la lucha saharaui es apoyada por el partido de tradición revolucionaria “Vía Democrática” mientras que por ejemplo en el caso de España, Unidas Podemos se ha pronunciado a favor de las reivindicaciones saharauis instando a una responsabilidad histórica del gobierno de España en el territorio, pero la ministra de exteriores Arancha González Laya ha instado a Iglesias afirmando que esas no son sus competencias.

Las organizaciones favorables a la libertad del pueblo saharaui echan en cara a Unidas Podemos su tibieza e inacción estando en el gobierno, además de su demora en pronunciarse al respeto. Su colaboración en el gobierno con un PSOE en mayoría los ataría a los intereses del partido de Sánchez, sin embargo se trata de la enésima mimetización de la dirección de Unidas Podemos con el régimen del 78, en una lucha internacional heredada del franquismo y de represión humanitaria grave, como es la situación del pueblo saharaui.

Sin embargo como ya hemos expuesto la situación del pueblo saharaui es tan dramática que no puede lograr su emancipación con la lucha armada, el régimen de Marruecos tiene una fuerza infinitamente superior, ciñéndonos a un análisis material estamos hablando de una población de solamente unas 300.000 personas dispersas por un amplio territorio (aunque hay mucha variabilidad en los censos) además la ONU nunca permitirá un referéndum por los intereses anteriormente expuestos. Simpatizamos con la aspiración del pueblo saharaui por un Estado propio donde sea dueño de su destino, y que eso sea decidido a través de un referéndum democrático de autodeterminación, pero la cuestión es cómo conseguirlo. Incluso, en el caso hipotético de que se permitiera, un Sahara capitalista independiente se convertiría en un territorio a merced de las garras de las potencias occidentales con intereses en el territorio.

La lucha del pueblo saharaui es una lucha por la dignidad de un pueblo, está claro. Pero nunca se conseguirá la emancipación desde una perspectiva puramente nacionalista luchando de forma aislada, sino socialista. La única solución viable en el contexto material que nos encontramos es intentar tejer redes y alianzas exteriores con la clase obrera de los demás países del Magreb para derribar los regímenes de la región, comenzando por la clase obrera y el campesinado pobre marroquí en la perspectiva de crear una federación socialista del Magreb donde podrían coexistir de manera hermanada una república socialista saharaui con el resto de pueblos de la zona, como parte de la lucha por el socialismo internacional.

¡No al sometimiento al pueblo saharaui!

Bibliografía

• García Berenguer, M. (2016), Sáhara Occidental, 40 años de olvido internacional, Universidad Miguel Hernández
• Moreno Torregrosa, P. y Ouabouch, H. (2012), Marruecos y los fosfatos, incierto futuro, Agrocombustibles, Revista Ecología Política nº 43, pp. 62-64
• Sidi Hamudi, M. (2018), Sáhara Occidental: La economía desperdiciada, 2018, Valencia.


Fuente → luchadeclases.org 

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