Pedagogía republicana

La Tercera República no llegará de la mano de un nuevo Frente Popular, necesita también del apoyo de sectores conservadores.
 
Pedagogía republicana 
Luis Arias Argüelles Meres

“La República, ¿qué República?, me preguntan algunos. República, en esencia, como forma de Gobierno, no hay más que una, la que se funda en la libertad del hombre, la independencia de las naciones y la soberanía del pueblo. La República no es una palabra, sino una idea y un contenido. Esos regímenes espúreos, como el de Portugal de Salazar, o el de los coroneles griegos, o el de los dictadores sudamericanos, que se ponen la etiqueta republicana, pero que en realidad son monocracias u oligarquías, usurpan nombre prestigioso que no les pertenece”. (Fernando Valera).

Varios medios digitales, entre ellos, éste al que usted decidió asomarse y espero que a leerlo, publican una interesante encuesta sobre un debate que se ha venido negando a la ciudadanía en torno a la forma de Gobierno, esto es, la disputa dialéctica entre monarquía y república. Y, miren ustedes por dónde, aunque el número de indecisos sería muy considerable, aunque los resultados no arrojen una apuesta mayoritaria por la República como forma de Gobierno –que no de Estado- no es de recibo seguir sosteniendo que se trata de un asunto que apenas importa a nadie. Y es que a nuestra derecha patria le gusta mucho poner de manifiesto qué es lo que interesa y lo que no a la ciudadanía, y lo hace con criterios muy burdos, es decir, lo que no quiere que se debata forma parte de aquello a lo que el conjunto de votantes no le preocupa demasiado. Desde luego, el rigor no los pierde.

Gráfico elaborado por 40dB.

Miren, no sería del caso, según creo, que yo les resumiese los resultados de la encuesta que este medio hace públicos. Sírvanse ustedes mismos y pregúntense qué es lo que toca, antes debatir, poner sobre la mesa.

Lo tengo escrito muchas veces: para que se proclame un Estado republicano, lo primero que hace falta es que haya una parte no desdeñable de la ciudadanía conservadora que apueste por ello. No es el caso de una suerte de Frente Popular que excluyese a medio país de un proyecto político con voluntad de quedarse.

En este sentido, creo que es muy significativo, si se detienen en la lectura de la encuesta, que un partido como Ciudadanos, que no dudó en formar frente con la ultraderecha en Andalucía y en Madrid, cuenta entre sus votantes con no pocos potenciales partidarios de un Estado republicano. El dato es tremendamente significativo a mi entender. 

La República necesita que una parte de la ciudadanía conservadora apueste por ella

¿Y qué decir del PSOE, así como de lo que votaría mayoritariamente su militancia en el caso de que, de una vez por todas, se convocase ese referéndum sobre la forma de Gobierno? A poco que reparen ustedes en la encuesta que publica este medio, la mayoría de votantes socialistas están por la República, algo que es completamente lógico a poco que se conozca la historia de este partido, por mucho que la mayor parte de sus dirigentes, desde Felipe González en adelante, decidiesen en su momento abandonar el legado moral e ideológico del PSOE, apostando por lo que se llamó “el abrazo aristocrático” y el enriquecimiento rápido.

Gráfico elaborado por 40dB.

Dicho todo ello, son varias las cuestiones que se deben poner de manifiesto sobre este asunto y que, al final, todas ellas tienen mucho que ver con la pedagogía política, con la pedagogía republicana en este caso.

Lo primero de todo sería debatir sobre el tipo de República nos decantamos: unitaria, federal, confederal, etc., sin perder de vista en ningún momento que sería necesario el concurso de las formaciones políticas nacionalistas, soberanistas incluso, para saber hasta qué extremo darían su conformidad a un nuevo modelo de Estado en el que todos pudiésemos tener cabida. Es complicado, muy complicado, pero, a mi juicio, sería imprescindible esa negociación.

Hablemos claro al respecto: ya no es posible, en el caso de Cataluña, de aquella “conllevancia” de la que hablaba Ortega. Lo que toca es alcanzar un acuerdo de mínimos, por complejo y duro que sea.

En mi forma de entender la pedagogía republicana, yo no concibo un Estado en el que se rompa unilateralmente la legalidad, sea ese Estado monárquico o republicano.

Gráfico elaborado por 40dB.

Pedagogía republicana, digo. Toca, que ya va siendo hora, acabar para siempre con esos topicazos que insisten en que las dos experiencias republicanas que tuvimos resultaron un fracaso. ¿Acaso no fue el país en su conjunto el que fracasó? ¿Acaso se puede considerar que los reinados borbónicos en España desde Felipe de Anjou en adelante fueron exitosos para el país? ¡Por favor, menos falacias!

Pedagogía republicana que tiene que plantear, de entrada, tres cuestiones fundamentales: Primera, lo atípico que resulta vivir en un país que se reclama democrático en el que, sin embargo, el tirano nombró sucesor, algo que nunca se sometió a plebiscito. Segundo, que el principal partido conservador tenga sus raíces en una dictadura a la que la derecha europea democrática nunca pudo aceptar. Tercero, al igual que en la Restauración canovista, hemos vivido en un bipartidismo caciquil y corrupto, y de esto último no se libró la Monarquía.

Gráfico 40dB.

Pedagogía republicana que tiene que recuperar la memoria de lo que fue la mejor España intelectualmente hablando, y esa mejor España fue republicana, fue perseguida, tuvo que exiliarse y, en muchos casos, sufrió una brutal represión. Esto que escribo no es rencor, no es afán de venganza, son datos históricos. 

Un Estado republicano no puede garantizar que no haya corrupción, pero sí que no haya impunidad

¿Y qué decir de la situación en la que se encuentra la Monarquía, apasionadamente apoyada por los partidos más derechistas, en un momento en el que el Rey Emérito resulta un estorbo para la institución y abandonó el país? ¿Acaso no se trata de una situación límite?

También lo escribí más de una vez: un Estado republicano no puede garantizar que no haya corrupción, pero sí que no haya impunidad, y que la ciudadanía pueda, con sus votos, hacer que el o la dirigente de turno tenga que abandonar la Jefatura del Estado.

Pedagogía republicana. Tomemos el asunto muy en serio, démonos tiempo para debatir y divulgar nuestro ideario republicano, sin sectarismos, con claridad y apertura de miras.

Creo que el texto de Fernando Valera que encabeza este artículo puede ser un buen punto de partida.


Fuente → nortes.me 

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