Si del debate entre Clara Campoamor y Victoria Kent sobre el derecho a voto de las mujeres ha pasado a la historia que la segunda quería vetarlo –ellas son más retrógradas y más de derechas, mejor que no voten todavía, vino a decir la Kent–, ahora las tornas han cambiado. Hoy nosotras estamos más dispuestas que ellos a realizar un referéndum y a votar a favor de una república. Y decimos nosotras y ellos porque con ese sesgo binario se ha realizado la Encuesta sobre la Monarquía de la Plataforma de Medios Independientes y con este sesgo binario nos vemos obligadas a dar los datos.

En el imaginario popular, en el que nos incluimos un poco –¿quién puede abstraerse del todo?–, las mujeres del Estado español somos más monárquicas y más tradicionales, como nos corresponde por ser lectoras de la revista Hola, espectadoras de Sálvame y seguidoras de los vaivenes de la nobleza y las monarquías española y europeas. Hace tan solo un año, de hecho, la revista Vanitatis lanzaba los resultados de una encuesta que había hecho sobre el debate entre monarquía y república en la que afirmaba que España seguía siendo monárquica. Y que nosotras lo éramos más. Se podría concluir así que las mujeres éramos un agente clave en la permanencia de esta institución. Si bien la muestra que se tomó para esa encuesta era menor -un tercio- que la que ahora presentamos, da algunas pistas. Así las cosas, y teniendo en cuenta que tanto Sálvame como el Hola siguen teniendo tirón, parece que no está tan reñido ser fan de estos contenidos con ser republicana y reformista.

Eso es al menos lo que muestran los resultados de la Encuesta sobre la Monarquía, que ha lanzado la Plataforma de Medios Independientes de la que Pikara Magazine forma parte, realizada por el instituto de opinión 40dB., que dirige Belén Barreiro. Los resultados de la encuesta no dan una respuesta contundente sobre qué prefiere la ciudadanía. Más bien muestra una población bastante polarizada al respecto, si bien con una ligera mayoría que se decanta por el referéndum y cuyo voto sería republicano en caso de que este se diera.

Lo que sí podemos concluir es que el debate es necesario, por mucho que le pese al señor Tezanos, presidente del CIS, que considera que el tema no tiene interés y por eso dejó de preguntar por la cuestión en 2015. Señor Tezanos, al parecer, las jóvenes vienen con ganas de que se les pregunte –la encuesta también muestra afinidades entre menores de 34 y república y mayores de 40 y monarquía–, y desde 2015 aquí lo mismo la juventud ha ido creciendo y quieren votar algo diferente al “espíritu del 78”. O al menos, que se les pregunte.

Decimos que hay debate, al menos, no solo porque el 47,8 por ciento de la ciudadanía ha respondido que quiere que se le pregunte, sino porque, ante unas respuestas tan igualadas entre una y a otra opción, la decisión de todas aquellas personas que han respondido que no saben lo que votarían puede decantar la balanza de uno u otro lado. Y en esa indecisión nos encontramos, sobre todo, las mujeres.

En términos generales, las respuestas no varían mucho entre hombres y mujeres –aunque nosotras puntuamos un poquito peor todo, la verdad sea dicha, porque igual estamos un poco más hasta el tal–, pero sí es significativo que nosotras respondemos menos.

Así que… ¿y si, en el caso de que lográramos un referéndum, nosotras tuviéramos la llave? Porque la encuesta dice que somos algo más republicanas, que somos más –pocas más, pero más– las que queremos un referéndum, que lo queremos aunque creemos que ganaría la monarquía –aunque vistos los datos, somos más optimistas que ellos y parece que tenemos más esperanza en conseguir la III República–, y que, en general, valoramos un poquito más la democracia que ellos: estamos algo más satisfechas que ellos con la democracia española en concreto, aunque no la valoramos demasiado, y le damos algo más de importancia a vivir en un sistema democrático así, en general.

A pesar de este ligero optimismo –repetimos, la diferencia de respuestas respecto a los hombres es pequeña, pero constante–, la encuesta también dice que somos las más indecisas, las que más respondemos “no lo sé” y también las que decidimos no responder más a menudo. Y ahí, en ese no lo sé y en esa falta de respuesta, es donde puede abrirse una puerta a la III República. Ahí, donde esa prima, amante, novia, vecina, madre, hermana, amiga o abuela que no sabe o no contesta, podría decir sí. Es probable que todas las republicanas que aquí nos reunimos tengamos cerca a una de estas. Haced campaña, amigas, porque quizá seamos las llaves para ir a por la tercera.

El Primer DNI Republicano