El miliciano 'que fue adorado como santo'

En plena defensa antifascista en un pequeño pueblo de Huesca, los milicianos, arrestan a un grupo de fascistas que se habían levantado en armas contra la República
 
El miliciano 'que fue adorado como santo'
Maité Campillo


Riqueza. Según los ricos, no produce la felicidad. Según los pobres, produce algo bastante parecido. Pero las estadísticas indican que los ricos son ricos porque son pocos, y las fuerzas armadas y la policía se ocupan de aclarar cualquier posible confusión al respecto (Eduardo Galeano).

En plena defensa antifascista en un pequeño pueblo de Huesca de nombre Siétamo, un 13 de septiembre d`1936, los milicianos, arrestan a un grupo de fascistas entre ellos el cura que se habían levantado en armas contra la República. Entre los republicanos andaba el fotoperiodista alemán Hans Gutmann Guster que castellanizó su nombre como Juan Guzmán (ya`aaaa..., mucho mejor, dijo, del que se cuenta había llegado con las Brigadas Internacionales) autor de algunas fotos como la de la miliciana catalá María Ginesta, e hizo célebre, “supongo que por despiste la imagen del sacerdote”, sonriéndose instantes antes de ser fusilado convirtiéndola en foto icónica de los tres años de lucha a muerte contra el golpe de estado fascista a escala internacional -el símbolo equivalente de 'Muerte de un miliciano' ,para la iglesia, de la polémica foto atribuida a “Robert Capa”. Se identificó pues al apuesto cura fusilado sonriente de pelo alborotado bajo el nombre de Martín Martínez Pascual (el que se supone sea del verdadero cura detenido). Aprovecharon la oportunidad del miliciano convertido en cura lanzándose como fieras al negocio como caracteriza a la santa madre iglesia, entre campañas de sensibilización a la captura de feligreses, además de copiosas limosnas generosas explotando la impactante “imagen Santa”. Imprimieron su foto en miles de estampitas, portadas de libros, y hasta se filmaron reconstrucciones de su muerte por lo que “su historia” llenó páginas y más páginas hagiográficas. Dado el imán inquebrantable de su atractiva mirada así como su atrayente sonrisa superó por entonces más atracción que la propia estampa de Jesús en la cruz. El golpe de estado avanzaba por lo que el tal Juan Guzmán (Hans Gutmann), viendo que la cosa se ponía fea por toda Europa; tras caer la República vencida por tres ejércitos, tomó las de Villadiego y dejó de jugar al gato y el ratón yéndose al sugerente y prometedor México, allí se quedó, entre tequila y tequila foto por aquí y más allá hasta su muerte. Parece ser que en 1986, ya muerto “Juan el alemán”, la agencia vampiresa, tramposa además de mentirosa llamada EFE, compra todo su archivo a los herederos, y cómo no, en él aparece la imagen del miliciano convertido en cura, iniciándo una explosiva difusión pensando en las grandes retribuciones que les acarrearía el “identificado como Martín Martínez Pascual”, fusilado a los 25 años y beatificado como mártir de la Guerra el 1 de octubre de 1995.

Su historia corrió como dinamita, se contó en iglesias y colegios en derroche de invenciones, se imprimió en libros y folletos, se ilustraba en dibujos y películas e hicieron miles de estampitas del “ángel celestial incorrupto”. Los beatxs lloraban y lloraban e imploraban milagros... Ayyyy Santo Martín de la hermosura, cúrame los dolores que brotan de mi espaldica doblada por el trabajo, haz que me toque la lotería para salir de esta miseria y cura a mi Charo del mal de ojo que la hostiga, mira que nos hemos portado bien delatando a todo el que hemos podido [Mientras el miliciano inconsciente de los beneficios que se le atribuían seguía en los frentes de lucha revoloteando como los pájaros y mariposas meciéndose junto a las amapolas al runrún del viento, sobre los campos preñados de trigo mordisqueándole entre sonrisa y sonrisa de admiración y sosiego del saber dónde se encuentra y por qué apuesta por ello nadando a lo buzo por el campo elegido, hoy tan ajeno, que envidió su afortunada cercanía, el sabor y su aroma, de la que gozaron las brigadas internacionales]. En 1995, el Papa anticomunista,Wojtyła, dado a declarar beatos y santos a todos los fachas de la tierra lo declara “beato por la gracia de Dios”, casi, santo, pues para ser “Santo total” hay que hacer por lo menos un milagrillo, y éste, el real no el supuesto, al parecer no había hecho ninguno ¡Pero cómo adoraban a aquel “Dios” reencarnado en aquella sonrisa!!! ¡Cómo adoraban aquella empatía que trasmitía como jamás ningún santo lo había logrado hasta ahora!!! ¿Y aquél atractivo, aquél cuerpo si lo hubiera descubierto Sor Teresa de Jesús, de un atracón de suspiros hubiera subido al cielo impulsada por las llamas que hubieran surgido de sus plegarias y desazón de su irradiado cuerpo!!!

El caso es que el cura no fue fusilado en el pueblo de Siétamo, en Huesca, por lo que hete ahí la cuestión del asunto ya que hubo algunas voces, que dudaron desde el principio de la datación señalando que el verdadero Martín Martínez Pascual, había muerto en Valdealgorfa, de Teruel. Mientras que, la foto expandida estaba datada en Siétamo, un mes después del encuentro con los ángeles ¡Abracadabra!!! O sea, que el fiambre había aparecido un mes después... rejuvenecido, radiante, vital, contagioso de estrellas y vestido de guerrillero, ñoooo con la corte de los milagros, ajusticias a un fascista y resucita comunista!!! PERO NO. Hace unos años saltó el gran notición, el hombre de la foto ni era cura ni estaba por morirse ni por avenirse a santo. Se supo cuando apareció el libro 'Almas vivas', con las fotos tomadas por un miembro de la ayuda médica británica, el inglés Alec Wainman, destacado en Aragón en esos primeros días del golpe militar; allí, en una imagen datada con certeza el 23 de septiembre, aparece el miliciano ¡vivo, sonriente y vestido de miliciano con la cartuchera al cinto!!! (El fotógrafo alemán, el que se cambió el nombre ¿se habría equivocado en la leyenda de su foto?). El caso es que la adoración crecía y crecía del lado de la España insaciable de sangre, patéticamente oscura, aborrecidamente inquisitorial y vacía de entendimiento, ramera y falsa... y, había una imagen que ayudaba tanto... tanto... ¡Porque no es lo mismo adorar a un santo feucho y fascista, que a un atractivo y sugerente miliciano, claro!!! Aquella foto, tomada por Hans Gutmann, lo mostraba según su leyenda tranquilo “minutos antes de enfrentar al pelotón” (Por lo que el pobre padre Martín, resucitó como obra de los milagros celestiales con un esplendor que ni los ángeles de la basílica de Roma: pelo rizado y revuelto a lo “diablillo”, atractiva barba tupida y gesto decidido, con ojos claros limpios centelleantes de optimismo: ¡claro, era la viva imagen de alguien a quien la muerte no asustaba lógico, por qué estar triste, lo llevaría ante el propio creador en persona!!!

 

“El hombre que parece interpelar al lector desde la portada de éste libro es Martín Martínez Pascual, un sacerdote de veinticinco años” [El 18 de agosto de 1936, instantes después de que Hans Gutmann Guster “le hiciera ésta fotografía” fue fusilado en su pueblo Valdealgorfa (Teruel)]. Santiago Mata presenta en este libro, por primera vez las biografías de las más de 1500 personas que 'como este sacerdote', han sido proclamadas por la Iglesia «mártires del siglo xx en España». Esto dice La Casa del Libro... ¡trampa ramera, tanto de la editorial como del autor del libro, que les aseguró esplendidos beneficios económicos!!! Así es como EL MILICIANO, adorado, más por sugerente de una energía natural innata, atractiva, con una fuerza irresistible e envidiable... apareció en estampitas, revistas y libros como beato cristiano por la gracia del Papa Wojtyła. Lo que sí sabemos es que al auténtico cura Martín Martínez Pascual, lo fusilaron los milicianos no por cura sino por fascista, y por supuesto, en nada, absolutamente nada, se parecía al vigoroso y resplandeciente guerrillero miliciano. Decía entonces el periodista y escritor Martín Caparrós <<Debe ser raro descubrir de pronto que uno ha adorado al enemigo, a un combatiente ateo. Si yo le hubiera rezado, si yo le hubiera pedido alguna cosa me sentiría, supongo, defraudado. Pero quizá sea un error mío. Me dirán que, con la misma fe, millones desde hace dos mil años han adorado imágenes de un muchacho rubio que debería ser un campesino palestino que resucitó y de unos bebés con alas que lo cuidan y de una señora que lo dio a luz tan virgen: que así es la fe y que, frente a esas cosas, un santo que en realidad era un demonio es muy poquita cosa>>.

En resumen, el miliciano embellece nuestra historia que no la del fascismo, como un repulsivo anti-corrosivo. Sin él, digo, sin ellos como historia no somos nada todo con ellos: fusilados, condenados, exiliados, milicianos de la guerra de guerrillas, partisanos, victoriosos del maqui. Por eso nos dividen y cuartean por secciones y fracciones en categoría económica y profesional para convertirnos en nada y en nadie. Pasa el anzuelo por una de tus uñas compa, si ves que el oxido se va incrustando toma una piedra de afilar de grano muy fino, afila sin demora, tu dignidad está en juego. Sigue oteando, observa como una rutina activa dónde saciar tu esperanza, tus sueños e ilusiones ¡Ojito con los recortes que están ajustando tras el telón de la Pandemia!!! No lleguen a impedir la medida de tu cama, el descanso es básico, sin él, no hay lucha que valga. Unas preguntitas: ¿creen que se puede pedir -o mendigar “reparto de la riqueza”- a éstos ejemplares del exterminio de millones de ciudadanos aquí y más allá de “nuestras” fronteras? ¿Quien engorda alternativas capitalistas, y dice, luchar por la independencia y soberanía de los sin tierra, sin voz ni derecho al trabajo, cómo se come eso, te lo has preguntado?.

NOTA
La Conferencia Episcopal propuso beatificar 522 curas ante la presencia de la 'Casa Real', como invitada de honor; dijeron que muertos en la Guerra Civil, publicitaron embalsamar su imagen, la de los curas en pretensión futurista (a los que acribillaban desde los confesionarios y tejados de las iglesias, patios de conventos, balcones de sus casas, plazas de toros al pueblo inocente de su desatada barbarie; tan inocente que algunos de ellos hasta llegaban a confesarse con el asesino!!! Otros como “pajarito” (personaje de la película 'Caso Sabolta') que de tan inocente que era se confesaba directamente con el asesino de los trabajadores de la empresa). Y, de súbito, tras una luz divina, dicta embalsamar la iglesia sus corderos con etiqueta “Los mártires del siglo XX en España”. Aberrante y macabra desfachatez embalsamar a un asesino como cordero!!! Egocentrismo-nazi el pretender usurpar en lo historio el sufrimiento de los pueblos y sus culturas en nombre de quien bendijo las mayores matanzas de la historia pistola bajo la sotana desmembrando vidas, alimentando listas de fusilamiento biblia en mano rematando sus cerebros ¡Coronarse así mismos de mártires, su humildad rebasa el altar mayor del führer!!! La reconciliación no existe. Es una pendejada de serviles para desviar el fondo ideológico de lucha. La historia lo acredita, jamás existirá reparación, porque entre otros descalabros siguen apuntando, disponiendo, quién debe vivir y quién no como Igor González Sola recientemente “fallecido” tras quince años en las mazmorras franquistas.

Elia Espen, una de las madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires (Argentina) declaró:

“No desvalorizo los juicios, pero dejaría de ser honesta si no dijera que me parece que están llevando de un estrado a otro a un montón de viejos moribundos. Son apenas una pequeña parte de los genocidas. La mayoría morirá libre, con tranquilidad en su casa. La no unificación de las causas no es casualidad. Tal vez por eso no se habla de las ideas de nuestros hijos. No se recuerda que murieron por marcar a fuego a esos que saquearon y saquean a nuestro país. Defender los derechos humanos queda bien, y no te cuesta la vida como por entonces. Pero de los desaparecidos y sus ideas reales no hablan”.

PD.
(Para no caer en el olvido) Si hay una persona que refleja perfectamente el atino de los jerarcas de la iglesia católica para nombrar beatas y santas, esa sin duda es la madre Teresa de Calcuta adorada por el mundo cristiano.

… En la década de 1970 era conocida internacionalmente, hasta había adquirido reputación de persona humanitaria y defensora de los pobres e indefensos, en parte por el documental y libro Something Beautiful for God, de Malcolm Muggeridge. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979, y el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna en 1980, por su labor humanitaria. A ellos se sumaron una decena de premios y reconocimientos de primer nivel tanto nacionales como internacionales.

… El Papa anticomunista polaco, Wojtyła, la nombró beata tras su muerte. Y en 2015 el “progre”, Papa argentino, la canoniza por un milagrillo que dicen ellos que hizo salvando la vida a un moribundo brasileño (¿?).

… Pero resulta que la tal Teresa, ni era santa ni humanitaria ni ayudaba a los pobres. La monjita de origen albanés era una fanática religiosa muy amiga de los dictadores fascistas, de los millonarios y de los corruptos. “A los pobres les pidió resignación, dejándoles morir sin prestarles atención sanitaria dice el doctor Aroup Chatterjee de Calcuta” (el que escribiera un libro sobre la monja y participara en un documental donde se demuestra todas las mentiras de la tal Teresa y su congregación).

… Para más datos señalar que no dudó en apoyar al régimen fascista y asesino de Duvalier en Haití, y recibió donaciones millonarias de mafiosos como Charles Keating, encarcelado por el mayor fraude financiero en la historia de Estados Unidos. Es imposible saber las donaciones que ha recibido la congregación de las Misioneras de la Caridad, fundada por Teresa, en vez de ayudar con ese dinero a los pobres como ella decía, lo que hacía, es pregonar el culto al sufrimiento o sea ¡jódete si eres pobre!!!, ¡jódete si estás enfermo y sufres hasta la muerte sin alivio y sin derecho a eutanasia!!! “A los moribundos no les daba ningún analgésico, carecían de la más básica higiene y sufrían condiciones de tortura”.

… Encabezó la cruzada del Vaticano contra el aborto y los anticonceptivos. En su discurso del premio Nobel declaró que 'el más grande destructor de la paz hoy es el llanto del inocente niño no nacido'. “En privado decía que había convertido a más de 30.000 personas que murieron en su centro, cuenta el doctor”. En un vídeo, la monja explica que les bautizó 'para que San Pedro los deje entrar en el cielo'. Y concluye que 'es muy bonito ver a la gente morir con tanta alegría'. A estos y estas fanáticas les gusta que mueras con alegría como creían que le pasó al cura, que no era cura sino comunista miliciano en lucha contra el fascismo internacional.


Fuente → lahaine.org

banner distribuidora