Un grupo de mujeres de la anteiglesia vizcaina fue encarcelado por
sus simpatías a ideologías del bando republicano el 29 de julio de 1937
Las Trece Rosas de Mañaria
Iban Gorriti
Iban Gorriti
Las Trece Rosas fue el nombre colectivo dado a un grupo de trece jóvenes republicanas, la mitad de ellas militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas
(JSU), fusiladas por la ya en funcionamiento dictadura de Franco en
Madrid el 5 de agosto de 1939, cuatro meses después de finalizar la
guerra. Sentencia: "Son responsables de un delito de adhesión a la
rebelión".
En Bizkaia, el pueblo de Mañaria
también cuenta con sus Trece Rosas, así lo están documentando en el
último año la asociación Gerediaga Elkartea de Durango y el ayuntamiento
de la anteiglesia. A diferencia de las madrileñas, las vascas no fueron
fusiladas, pero sí sufrieron cárcel y represalias. Diez de ellas fueron apresadas el 29 de julio de 1937
cuando avanzaba aquella guerra militar (que no civil) y el general
golpista Franco ya estaba al mando del bando sublevado contra la siempre
legítima Segunda República.
Recordemos a las unas y a las
otras. Las Trece Rosas españolas fueron Carmen Barrero, Martina Barroso,
Blanca Brisac, Pilar Bueno, Julia Conesa, Adelina García, Elena Gil,
Virtudes González, Ana López, Joaquina López, Dionisia Manzanero,
Victoria Muñoz y Luisa Rodríguez. En realidad, las mujeres fusiladas
fueron catorce, porque a las anteriores debe sumarse Antonia Torre,
ejecutada por los ya franquistas el 19 de febrero de 1940.
De
las Trece Rosas vascas fueron detenidas en un principio diez, y a
continuación otras tres el 29 de julio: Clara Goiti, Ageda Goiti, Teresa
Subinaz, Máxima Arteaga, Antolina Gorospe, Carlota Goiti, Angela
Aldekoa, Salomé Arteaga, Julia Bizkarra e Irene Bizkarra. Las otras tres
apresadas fueron: Ramona Basterretxea el 24 de julio de 1937; Jesusa
Kapanaga apresada dos veces en Durango, el 15 de octubre de 1937 y el 17
de octubre de 1938; y, por último, Miren Edurne Bustinza, apresada en
Bilbao el 30 de julio de 1937.
A juicio de EH Bildu
Bizkaia, que difunde un proyecto de documental al respecto, "como sucede
en la mayoría de lugares y en la mayoría de contextos, de aquel
episodio se habló poco en Mañaria". "Los comentarios quedaron
exclusivamente en el ámbito íntimo o familiar, y en general, estas
mujeres no hablaron sobre aquella experiencia", dicen. Por todo ello, el
Ayuntamiento de Mañaria ha decidido no posponer más el recuerdo de
estas mujeres. "Es hora de reconocer lo vivido por aquellas mujeres y
homenajearlas por lo que sufrieron ellas y sus familias", valoran. El
proyecto audiovisual encargado a Bideografik llevará por título Atearen ostean, Mañariko 13 alabak.
El
mes pasado, por lo tanto, se cumplieron 83 años desde que, como explica
el ayuntamiento de Mañaria, "las fuerzas militares detuvieron y
encarcelaron a 10 mujeres de Mañaria". "En la primavera de 1937 las
tropas de Franco ya tenían bajo su control a la mayor parte de
territorio vizcaino, y en junio del mismo año, Bilbao caerá en manos de
los sublevados contra la República. Para ese momento la represión contra
la gente de Euskal Herria ya había comenzado en nuestras tierras y,
justo tras pocos días de la toma de Bilbao, Mañaria vivió uno de los
episodios más tristes de su historia moderna", analizan.
Fue
aquel 29 de julio cuando los jueces militares que actuaban bajo las
consignas de Franco dieron la orden de apresar y encarcelar a la larga
lista de mujeres de Mañaria. En este momento, los impulsores del
documental están recogiendo testimonios directos e indirectos de aquel
día. De este modo, "se reconstruirá lo que sucedió, se contextualizará
la represión franquista en el pueblo y se obtendrá información en torno a
cómo vivieron aquellos días". Asimismo, con este proyecto se detallará a
la ciudadanía del municipio lo sucedido y el consistorio rendirá un
homenaje a estas mujeres y a sus familiares, para ofrecerles "memoria,
reconocimiento y reparación".
El acto público se
pretende celebrar el 24 de octubre, si las condiciones sanitarias lo
hacen posible, y se llevará a cabo en el frontón de la anteiglesia. En
ese encuentro, proyectarán el documental titulado Atearen ostean, Mañariko 13 alabak.
La asociación Gerediaga
ha hecho un gran trabajo de documentación para que el trabajo sea aún
más redondo con una persona que se ha encargado de ello. De esta
investigación, se deduce que, como sucede en la mayoría de lugares y en
la mayoría de contextos, "de aquel episodio se habló poco en Mañaria.
Los comentarios quedaron exclusivamente en el ámbito íntimo o familiar, y
en general, estas mujeres no hablaron sobre aquella experiencia".
Por
todo ello, la administración local ha decidido que "es hora de
reconocer lo vivido por aquellas mujeres y homenajearlas por lo que
sufrieron ellas y sus familias". Y es que la mayoría de mujeres
apresadas el 29 de julio eran "amas de casa" y "labradoras" (solo una de
ellas regentaba un bar en Mañaria), según recoge el expediente
redactado por los tribunales militares obtenido por Gerediaga Elkartea.
"Eran
madres y se dedicaban, fundamentalmente, al cuidado del caserío y de la
familia. Algunas admitieron durante su declaración que dieron el voto a
los nacionalistas o mostraron simpatía por ellos durante la República, o
que formaban parte del grupo de mujeres denominado Emakume Abertzale
Batza", avanzan.
El franquismo también empleó
acusaciones como haber hablado mal sobre las fuerzas sublevadas o que
insultaran a la aviación a su paso por Mañaria. Sin embargo, "lo que
tenía claro el franquismo es que, después de ganar en el frente militar,
era fundamental reprimir también a quienes, a través de su labor
productiva y reproductiva, sostenían a la sociedad vasca. El ser mujer y
el no compartir los valores franquistas era motivo suficiente para
reprimir a este colectivo y para amedrentar a toda la sociedad".
El nombre
Parte del título del documental, Atearen ostean,
hace referencia –según fuentes del Ayuntamiento– a la labor y a la
aportación que las mujeres de aquella época hicieron dentro y fuera, en
el espacio íntimo y familiar, así como en el espacio público. "Las
puertas son un elemento simbólico que conecta espacios y ofrece una
transición entre esos espacios", dicen. En el contexto de la Guerra
Civil se ha hablado principalmente sobre el frente. Sin embargo, la
organización del audiovisual estima que "detrás de esa puerta hubo otro
espacio donde se desarrolló una labor fundamental, y que también fue
duramente reprimida. Detrás de la puerta que conectaba el frente con la
retaguardia, hubo mucha gente como las mujeres de Mañaria y de otros
pueblos de Euskal Herria que lucharon por sus valores y que sufrieron la
represión militar del franquismo".
A
diferencia de las Trece Rosas madrileñas, las vascas no fueron
fusiladas, pero sí sufrieron cárcel y represalias por su ideología
Las mujeres de Mañaria eran madres y se dedicaban al cuidado del caserío y de la familia, y admitieron votar a los nacionalistas
Fuente → deia.eus
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