
La sociedad española cada vez quiere menos la monarquía. Cada día que pasa es mayor la indignación ante la huida en secreto del país protagonizada por el Rey Emérito Juan Carlos I el pasado domingo 2 de agosto. Fuga realizada bajo el amparo de su hijo Felipe VI. Estos días se están sucediendo las concentraciones contra la monarquía y en favor de una República en toda España.
Una marcha forzada por las continuas informaciones facilitadas por la
prensa sobre las comisiones ilegales que Juan Carlos de Borbón percibió
por cientos de millones de euros, de manos de la corrupta monarquía de
Arabia Saudí, en agradecimiento por su mediación ante las empresas
españolas constructoras del AVE de La Meca a Medina.
Una fuga forzada por la presión de la justicia suiza que investiga el rastro del dinero negro que el Emérito Juan Carlos “regaló” a su examante y presunta cómplice Corinna Von Larsen.
Capital que buscó refugio en paraísos fiscales de Centroamérica y el
Caribe, a través de diversos testaferros y empresas fantasmas.
Todos estos hechos se han conocido por las filtraciones interesadas de las grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo,
que ha ido soltando cuales perlas, como venganza a su encarcelamiento.
En ellas la princesa Corinna pone al descubierto estos delitos
financieros y fiscales cometidos por el ex-Rey Juan Carlos.
Es una vergüenza que la justicia española no actúe contra Juan Carlos de Borbón
En septiembre de 2018 el Juez español que asumió la investigación de este caso la archivó, escudándose en una falta de indicios y en la inviolabilidad de la que gozaba el ex monarca hasta 2014, fecha de su abdicación al trono.
Este juez basaba su decisión en lo que antidemocráticamente se
establece en el Artículo 56, punto 3 de la vigente Constitución
monárquica de 1978:
“La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.”
Queda pues en evidencia la gran mentira que contiene el Artículo 14 de esa misma Constitución monárquica: “Los españoles son iguales ante la Ley”.
“Es una vergüenza que sea finalmente la justicia suiza quien primero
emprenda acciones penales contra el clan de Juan Carlos, Corinna y demás
testaferros”, han denunciado desde la Asociación Plataforma Unitaria
Provincial por una Málaga Republicana.
Gracias a la fiscalía de Ginebra que ha abierto la vía penal para
juzgar a todos esos presuntos delincuentes, la policía judicial española
se ha visto obligada a enviar a Ginebra las pruebas de estos delitos
existentes en España. Esta circunstancia ha sido aprovechada por el juez
de la Audiencia Nacional española Manuel García Castellón para reabrir
una causa judicial contra ellos por presunto delito de cohecho. De esta
manera, Corinna, Villarejo y demás testaferros del Borbón están llamados
a declarar los días 7 y 8 del próximo septiembre ante ese juez de la
Audiencia Nacional. ¿Y Juan Carlos de Borbón?
Investigan el rastro del presunto dinero negro que el Emérito Juan Carlos “regaló” a su examante y presunta cómplice Corinna Von Larsen
Como se ha señalado, el Borbón es inviolable y no responde de sus
actos ante la ley por su condición de Rey… Pero, al abdicar en 2014 Juan
Carlos perdió su condición de Jefe del Estado, ¿podría ser llamado a
declarar ante la Audiencia Nacional?
La respuesta vuelve a ser NO. Cuando en ese año Juan
Carlos I abdicó, su hijo Felipe VI, con la colaboración inestimable del
Gobierno de Rajoy y de su mayoría parlamentaria, otorgó al flamante Rey
Emérito la condición de aforado. Y como aforado Juan
Carlos sólo puede ser llamado a declarar ante el Tribunal Supremo, que
está formado por jueces en su mayoría nombrados a dedo por el PP.
El juez de la Audiencia Nacional podrá llamar a declarar el 7 de
septiembre a los cómplices del Emérito, pero el Emérito vuelve a
escabullirse de su jurisdicción penal.
Para las asociaciones políticas republicanas “es una vergüenza que
Juan Carlos de Borbón se escape de una investigación penal, pero,
también, de una investigación parlamentaria.
Investigación parlamentaria.
Hace muchas semanas el grupo parlamentario de Unidas Podemos propuso
en el Congreso de los Diputados la creación de una Comisión de
investigación sobre los presuntos delitos atribuidos a Juan Carlos I.
La propuesta contó con el apoyo de diversos grupos nacionalistas y de
izquierdas. Pero contó con la rotunda oposición de los grandes partidos
monárquicos de este país: PP, VOX y PSOE. Para vergüenza de esas
fuerzas mayoritarias en la Cámara, la propuesta de esa Comisión de
investigación fue rechazada. El Emérito, designado por Franco como Rey,
sigue por encima del bien y del mal, como si de un ser divino se
tratase: “Todo queda tapado y bien tapado”.
El Borbón debe pagar.
No hace muchos años, la revista Forbes incluía al Rey Juan Carlos I
como propietario de una de las mayores fortunas del mundo. ¿De dónde
nace esa impresionante riqueza?
No de sus retribuciones (cuantiosas) como Jefe del Estado. Tampoco de
la herencia recibida de su padre el Conde de Barcelona. Para responder
con total claridad a esa pregunta sería preciso resolver dos cuestiones
previas:
Que se levante la actual Ley de Secretos Oficiales,
que hoy deja en la oscuridad absoluta los actos del Monarca en la esfera
de las relaciones y comercio internacional de España con otros países
como, por ejemplo, las monarquías árabes.
Que oscuros personajes como Corinna y Villarejo pongan al descubierto
testimonios y documentos que aclaren el papel durante décadas del
Monarca en los ámbitos internacionales.
Cuando esas circunstancias se den, estaremos cerca de poder
establecer el oscuro origen de la inmensa fortuna de Juan Carlos I y dar
respuesta a estas espinosas preguntas:
¿Nace su fortuna de la vergonzosa venta del Sáhara Occidental
a Marruecos, efectuada en los llamados Acuerdos secretos de Madrid de
1975, que Juan Carlos gestionó como Dictador interino de España con
Franco aún vivo?, se preguntan desde la Asociación Plataforma Unitaria Provincial por una Málaga Republicana
¿Nace su fortuna del cobro de posibles comisiones ilegales por las
ventas de armamento español a Marruecos, durante los largos años de la
Guerra de Marruecos contra la República Árabe Saharaui Democrática? o
¿de su estrecha amistad personal con el Sr. Colón de Carvajal, condenado
a la cárcel en el Caso KIO por apropiación indebida de 100 millones de
dólares, en los días en que Irak invadió Kuwait?
El día que todas estas cuestiones puedan quedar al descubierto
estaremos en condiciones de declarar rotundamente si la gran fortuna de
Juan Carlos de Borbón tiene un origen criminal de sangre y cieno.
Una fortuna en gran parte escondida en paraísos fiscales, pero que el
Emérito en parte necesita lavar aprovechando sus testaferros en Europa.
Y que se afirma se acogió a la “Amnistía fiscal española”, que en 2012 decretó el ministro del PP Cristóbal Montoro, mientras el país se hundía en la crisis económica y social.
Preguntado al respecto, el Ministro de Hacienda Montoro se negó
entonces a facilitar información sobre este extremo, alegando que había
que “preservar la confidencialidad” de esos datos.
Fuente → diario16.com
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