
En realidad, las informaciones de los últimos días, relacionadas con la comisión de 65 millones de euros recibida de Arabia Saudí, no suponen más que un 3% del dinero total de Juan Carlos, que se estima superior a los 2.000 millones,
pero ha sido suficiente para que varios medios vuelvan a plantearse
cómo un niño de 10 años llegado a España sin dinero en los bolsillos y
bajo la tutela de Franco ha podido amasar tal fortuna.
La primera respuesta que se viene a la cabeza es casi obligada:
«Porque es rey y los reyes son ricos». Pero, lejos de quedarse en lo
básico, mejor hacer un viaje por el amplio caudal del rey
emérito, sus propiedades, el origen de la parte más conocida de sus
posesiones y su comparación con otros monarcas del mundo.
Ganó sus primeros millones cuando todavía era príncipe bajo la tutela de Franco.
Durante la crisis del petróleo de 1973, Juan Carlos firmó un acuerdo
con Arabia Saudí para cobrar una comisión por cada barril que los Al
Saud vendieran a España.
Esta comisión, de entre 1 y 2 dólares por barril, fue amparada legalmente por todos los Gobiernos hasta 1996. Por poner en contexto: un petrolero de 200.000 toneladas lleva entre 1.400.000 y 1.600.000 barriles a bordo.
Años más tarde, en 1977, recibió 10 millones de euros de otro amigo
de sangre azul, el Sah de Persia, para «ayudar a la democracia»… lo dijo
el ex presidente Adolfo Suárez en sus memorias. Nunca se ha sabido dónde fue a parar el dinero… y otros 100 millones del entonces príncipe saudí Fahd Bin Abdulaziz.
Debido a su buena relación con esta familia, que mantendría con los
años, la Casa Real saudí le obsequió con multitud de regalos con el paso
de los años, como el famoso yate Fortuna (1979) que utilizó hasta el
año 2000.
En 1993 recibió 376 millones de pesetas como herencia de su padre, Don Juan de Borbón, guardados en una cuenta en Suiza.
Años más tarde, -momento actual- de su relación con
los Al Saud también surge uno de los últimos escándalos del monarca: la
presunta comisión por el AVE a la Meca, de 100 millones de dólares (65
millones de dólares al cambio de la época).
Este dinero se habría transmitido por la puerta de atrás a través de
varias operaciones internacionales y bajo la treta de una donación.
Entre ellas una transferencia de 100 millones de dólares a la cuenta del
banco suizo Mirabaud.
El titular de esta cuenta era una sociedad panameña (Lucum) cuyo mayor beneficiario era el rey Juan Carlos a través de uno de sus últimos testaferros y ex amante, Corinna Larsen. Y a partir de ese episodio, viene lo que todos estamos prácticamente descubriendo a diario por los medios. Pero hay mucho más.
Hasta aquí la primera parte, de otras aún más interesantes sobre el rey emérito, que iremos publicando. Dar las gracias a Businessinsider por los detalles aportados en la extensa información sobre el tema.
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