
Juan Carlos primero concedió una entrevista a la periodista británica
Selina Scott en 1992, permitiendo que se reuniera en varias ocasiones
con él con motivo del reportaje ‘A year in Spain’ que se emitió en otoño
de ese año en Reino Unido.
El reportaje mostraba al jefe de un Estado suelto y hablador. Se
encontraron en la Zarzuela, el palacio de Marivent en Mallorca y El
Escorial. Juan Carlos llegó a pilotar un helicóptero para Scott y su
equipo. En esa ocasión el rey mostró todos sus encantos, incluida su
Harley Davidson.
A
pesar de que en el texto Scott se deshace en halagos hacia el rey,
reconoce que este vetó un tema: el dictador Francisco Franco. «De Franco
no voy a hablar. Debe usted comprender que heriría demasiadas
susceptibilidades y removería demasiados recuerdos de la Guerra Civil»,
expresó el monarca. Llamativo esto, pues unos años antes Juan Carlos de
Borbón no dudó en llenar de elogios al genocida Francisco Franco. Estas
declaraciones las hizo en 1969 en la televisión francesa, el mismo año
en que fue declarado por el dictador como sucesor a título de rey.
Franco era «un ejemplo viviente por su desempeño patriótico al servicio
de España», señaló.
Sin embargo, en esta actualidad Real llena de maletines, amantes,
comisiones ilegales y paraísos fiscales, lo que más llama la atención de
esta entrevista son las declaraciones al respecto de su hijo Felipe y
su sucesión. «Creo que lo más importante es lo que puede ver en su
padre, mi ejemplo», señalaba el emérito. «El puede aprender de mí, yo
tuve que aprender solo».
También llama la atención un comentario de la entrevistadora. «Usted
es un Rey que paga impuestos como todo el mundo». «¡Y cómo!», contestó
Juan Carlos, echándose a reír. «No me dirá que también usted intenta no
pagar impuestos», señaló Scott. La respuesta, sincera como pocas: «No
puedo decirlo, pero…probablemente».
La entrevistadora insistió en el tema impuestos: «¿Es importante que
un Rey pague impuestos?». «Creo que sí», respondió el monarca. ¿Por
qué?, repreguntó Scott. «No por ser Rey, sino por ser español». «Podría
haberle librado fácilmente, decir que no», subrayó la periodista. La
respuesta del emérito es un vaticinio de lo que ocurriría tiempo
después: «Sí, pero después habría sufrido las consecuencias».
La asociación de técnicos de Hacienda (Gestha)
ha estimado que el rey Juan Carlos I debería haber pagado 52 millones
de euros a la Hacienda de la comunidad de Madrid por la supuesta
donación que le realizó el rey saudí de 64 millones de euros (unos 100
millones de dólares) en 2008 y advierten de que si no presentó el
impuesto de Donaciones, se demostraría que este dinero se ocultó al
fisco español.
Gestha ha realizado este cálculo después de conocerse que el
documento, en el que aparece la firma del Rey emérito del 31 de julio de
2008, expresa que se constituye la Fundación Lucum en Panamá para
recibir una donación de 64.884.405 euros realizada por el rey de Arabia
Saudita a favor del Rey de España y señala una cuenta abierta en la
Banca Mirabaud de Ginebra (Suiza).
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