

La fortaleza de las sociedades democráticas se mide por cómo son
capaces de integrar y respetar a las minorías. Reconocer la diversidad y
garantizar su ejercicio en derechos es tarea que sólo asumen los
Estados maduros, social y democráticamente hablando.
España no ha sido un país que se haya caracterizado de forma
determinante por estar a la avanzadilla de esos Estados, si hablamos del
reconocimiento de la diversidad sexual. El ordenamiento jurídico aún no
se ha podido desligar del todo de la larga etapa en la que el hecho
religioso lo impregnó todo, y con él la concepción del matrimonio, de la
familia, también del pecado y de la culpa de quien se apartara de lo
preestablecido.
No queda tan lejos la ley de vagos y maleantes, luego sustituida por la ley de peligrosidad social, que contemplaron el hecho de la homosexualidad como degeneración y perversión que de alguna manera había que eliminar.
Derechos ligados a la dignidad humana
Afortunadamente, la labor de los organismos internacionales como Naciones Unidas, el Consejo de Europa o más recientemente el Parlamento Europeo
ha ayudado a contemplar la orientación sexual y la identidad de género
desde otra perspectiva, la de los derechos humanos. La orientación
sexual primero y la identidad de género más recientemente.
Ambos son derechos intrínsecamente ligados a la dignidad humana y los
Estados están obligados a garantizar su ejercicio y a poner en práctica
políticas activas de igualdad que reconozcan la diversidad como hecho,
protegiendo a las personas de cualquier práctica discriminatoria que,
por su orientación sexual, identidad de género o características
sexuales puedan sufrir en cualquier contexto.
España, en cuarenta y dos años de democracia, ha dado pequeños pasos
en este sentido, que ciertamente supusieron la mejora para muchas
personas por venir de donde se venía, pero que echando la vista atrás
comprobamos que todavía quedan pasos muy necesarios e importantes por
dar.
Un hito importante: reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo
Sin duda, hasta ahora, la Ley 13/2005 reguladora
del matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido el reconocimiento
más importante y explícito de la diversidad sexual.
El matrimonio con esta Ley se secularizó por completo. Sin embargo, y
si nos ceñimos al aspecto privado de las relaciones, la reforma que se
hizo en 2005 dejó sin adaptar muchos preceptos para reconocer en
condiciones de igualdad real a las parejas formadas por personas del
mismo sexo que a su vez conformarían familias en torno a hijos. Esta
reforma está por hacer.
Como también la adaptación de la Ley 14/2006 de
técnicas de reproducción asistida reconociendo que los hombres
transexuales también pueden ser usuarios de estas técnicas. O la Ley del
Registro Civil o, por supuesto, la Ley 3/2007 de rectificación
registral de sexo. Pero estas son sólo algunas de las reformas que
habría que hacer en el derecho privado y que aún no se han llevado a
cabo. Todo lo que afecta al sector público, está por hacer.
Por eso, es tan importante el momento político en que nos
encontramos, con un Ministerio de Igualdad que por primera vez ha
prestado atención sincera a las demandas de respeto y derechos
planteados por las personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e
intersexuales.
Las personas trans son las más vulnerables
El debate público se ha focalizado interesada y erróneamente sobre el
reconocimiento de las personas trans. Cierto sector del feminismo se
muestra contrario a que las mujeres trans se puedan considerar mujeres, y
aluden a un supuesto borrado de mujeres que, realmente, tendrían que
demostrar con datos empíricos a qué se refieren. En España, como en
otras partes del mundo, las personas trans son las más vulnerables y las
que en consecuencia necesitan una atención y protección por parte de
los poderes públicos más activa.
La Ley 3/2007
reconoció a las personas trans de origen español y mayores de edad la
posibilidad de cambiar su mención registral de sexo, sin necesidad de
someterse a ninguna cirugía de reasignación, pero previo dictamen médico
que acreditara disforia de género.
Han pasado los años y estamos en un momento diferente. No sólo porque la transexualidad ha sido despatologizada
por la OMS en 2018, y en consecuencia no hay que aportar dictamen de
ningún tipo que califique a la persona que demanda su rectificación
registral de sexo, sino porque tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Constitucional han
reconocido recientemente el derecho a la identidad de género de los
menores de edad, declarando inconstitucional el art. 1 de la ley de
2007.
La reforma es urgente
Es preciso, cuanto antes, llevar a cabo una reforma que sitúe a
España en el respeto a los derechos de las personas trans. Se cuestiona
ahora la seguridad jurídica, si esa solicitud de rectificación registral
de sexo se hace depender únicamente de la petición que la persona haga,
como si no fuera suficiente lo que el propio interesado dijera y
hubiera de recurrir a una reafirmación por un tercero, sin percatarse
que decir eso es someter a una nueva humillación a las personas trans.
¿Alguien, como dicen algunas feministas, va a fingir ser mujer para
beneficiarse de esa condición? ¿Acaso hay algún parámetro de ética en la
sola manifestación de estos temores? Yo creo que debemos ponernos del
lado de lo objetivo, y lo objetivo es que esto va a suponer un paso
cualitativo para la vida de estas personas, que van a poder tener toda
su documentación adecuada a lo que son.
Los miedos y las reticencias, cuando de derechos se trata, son un
lastre que impide avanzar. Ahí están las proclamas que se hicieron hace
15 años sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo que poco menos
iba a suponer el fin de la familia y la desaparición de la humanidad.
Hay que avanzar, es necesario avanzar. Si de verdad nos consideramos y
somos una sociedad democrática es necesario dar pasos para legislar y
adecuar nuestro ordenamiento al respeto de la dignidad de la persona que
supone reconocer su identidad en su más amplio alcance e implica
garantizarle su libre desarrollo. Respeto y derechos.
Fuente → theconversation.com
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