La visita de los monarcas a la cuna de la II República
 
La visita de los monarcas a la cuna de la II República 

Esta semana que viene los Borbones vienen de “visita” a Jaca. Un viaje en el que dos ricachones famosos visitan a los pobres para que les adulen, planificado para intentar hacer más positiva su actualmente denostadísima visión por parte de la gente que vive a lo largo del Estado (como ya hizo en su momento el Emérito o Alfonso XIII visitando los barrios más empobrecidos, escolta en ristre).

Y es que, objetivamente, no hay ningún evento, ni efeméride que avale la visita a San Juan de la Peña y Jaca. Tampoco somos una zona especialmente castigada por el COVID-19, ni tenemos problemas de empresas que vayan a cerrar o conflictos sociales, por lo menos no más que en otras zonas.

No se nos ocurre ningún motivo razonable por el que estas personas tengan que venir, a la cuna de la segunda República, a realizar una visita que, además, supone un elevado coste para las arcas públicas, por la cantidad de gente y recursos que hay que movilizar para que estas personas puedan venir con seguridad a la zona. No entendemos que se quiera poner la excusa de que es un impulso para el turismo, puesto que gran parte de las personas que visitan o, que tienen segunda residencia en esta zona, no comulgan con el sentimiento monárquico.

Pensamos que vienen a Jaca a hacer simple turismo a cargo del dinero del contribuyente. Es posible que vengan en su nuevo Mercedes, ese que ha costado la friolera de 550.000 euros. Quizá en estos tiempos de escándalos de la Monarquía no han encontrado empresarios que les quieran subvencionar las vacaciones al Sr. y Sra. Smith. O, más probablemente, quieran darse un baño de loas y aplausos a una zona que igual piensan que les es favorable.

Esta visita forma parte de este tour estatal que están llevando a cabo, con todas las medidas de seguridad posibles, excepto las respectivas al COVID-19 (pues se les ha visto reiteradamente sin las mascarillas) para, como hemos dicho, intentar hacer más positiva la visión que tenemos de ellos. Ante esto, las gentes republicanas, estas personas que creemos en un mundo más igualitario y digno, donde los reyes son cosa ya del pasado o de cuentos infantiles, no podemos quedarnos callados. No podemos darles esa posibilidad para que vuelvan a querer hacerse ver como “campechanos, cercanos a sus súbditos”.

Y esto es una llamada de atención especialmente a esos republicanos más que de hechos, de nostalgia: no vale recordar con el corazón a esa gente que intentó hacer avanzar al país; el mejor memorial que podemos hacer a Largo Caballero, Azaña, Campoamor, etc. no es hacerles estatuas y placas conmemorativas, es luchar por los valores que los defendieron con su vida.

No podemos quedarnos impasibles ante una institución que cuesta millones al Estado, en un país donde un cuarto de la población vive en el umbral de la pobreza. Es hora de avanzar, de dejar los anacronismos atrás. Y llamamos a pelear por que no haya parásitos vividores de las cuentas del Estado mientras haya un solo pobre, un solo desahuciado, un solo ciudadano que no llegue a pagarse la factura de la luz o el agua. ¿Por qué no van a visitar a los temporeros de Fraga que están viviendo en un polideportivo? O, ¿por qué no van a interesarse por las condiciones higiénicas en las que se están trabajando en los mataderos?

Llamamos a manifestarnos contra la monarquía porque nada bueno da. Sólo quita dinero público y convierte a la gente de a pie en súbditos, por debajo de ellos en lo económico y ante la ley.

Por una estado justo, digno, igualitario y libre. Por todo ello, manifestémonos por la República. Que los Borbones no tengan oportunidad de limpiar su imagen, que la gente sepa lo que son: parásitos de nuestros recursos, los de todos y todas.
 

Fuente → arainfo.org

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