La herencia de Felipe de Borbón
La herencia de Felipe de Borbón
Armando Nosti Caso 


La primera reacción de Felipe de Borbón, cuando se descubrió el pastel suizo de su padre, fue anunciar que renunciaba a su herencia. Iba de farol, no es tan sencillo. Además, lo correcto hubiera sido decir que renunciaba al botín de Juan Carlos, que eso es el dinero de Juan Carlos en Suiza, el botín de muchos años de “gestiones”. La herencia, en el momento en que acepta la jefatura del estado, la está aceptando. No se puede aceptar una parte de una herencia y otra no. Además, su renuncia, tampoco nos beneficiaría mucho a los ciudadanos de a pie, la parte del botín que no acepte Felipe, incrementará la parte de sus hermanas, así que todo queda en la familia.

Como queda la retirada del sueldo al emérito, que no supone un ahorro para las arcas del estado, es decir, para las nuestras, ya que su importe queda a disposición de la casa real para contingencias.

De lo que no habla Felipe de Borbón es de su luna de miel, de la secreta, que de la otra, la de conocer tierras de España, si que se habló y mucho en su día, por lo del acercamiento al pueblo y todo eso que queda tan bien cuando un rey se rebaja a dar la mano a sus súbditos. Campechanía, sencillez. Andan ahora, ya reyes, en una especie de revival de aquel viaje, con la intención de mejorar un poco su imagen. Lo lograrán, que los medios todo lo pueden y nos lo contarán con tal lujo de detalles que caeremos rendidos. O no, allá cada uno.
 

Fuente → afondo.lne.es

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