La Corona podría ‘sacrificar’ a Juan Carlos I para intentar sobrevivir a sus escándalos

Se estrecha el cerco sobre el anterior jefe del Estado mientras la Casa Real sigue marcando distancias con él

La Corona podría ‘sacrificar’ a Juan Carlos I para intentar sobrevivir a sus escándalos / Javier Lezaola:

Se estrecha el cerco sobre Juan Carlos I, jefe del Estado desde la muerte del general Franco en 1975 hasta su abdicación por diversos escándalos en 2014. Acosado por sus propios escándalos –la justicia lo investiga por diversos delitos relacionados con el supuesto cobro de comisiones irregulares por haber intercedido en la adjudicación del contrato del tren de alta velocidad a La Meca, en Arabia Saudí–, Juan Carlos I cada vez cuenta con menos apoyos y su situación es cada vez más insostenible. El último ejemplo se publicaba este martes: el Ayuntamiento alicantino de La Vila Joiosa renombrará la Avenida Juan Carlos I como Avenida del doctor Pere Esquerdo, “un modelo de conducta y un referente para las mujeres y hombres de nuestro país”, que “dista del de quien fuese jefe del Estado español, que se ha aprovechado de su cargo para enriquecerse de manera ilícita, con una forma de hacer política que no tiene cabida en nuestra Administración”, establece la moción conjunta de los tres grupos del gobierno municipal.

Tanto se estrecha el cerco sobre Juan Carlos I –en cuyos “sucesores” es “hereditaria” la “Corona de España”, según establece la Constitución vigente– que la Corona podría llegar a ‘sacrificarlo’ para intentar sobrevivir a sus escándalos. Y es que la Casa Real sigue “marcando distancias” con el anterior jefe del Estado, como ha reconocido este miércoles el presidente del Gobierno de coalición, Pedro Sánchez. Preguntado por si al Ejecutivo le preocupa que las informaciones que se están publicando sobre los escándalos de Juan Carlos I afecten negativamente a la Corona –en la que recae la Jefatura del Estado–, Sánchez ha reconocido que esas informaciones son “inquietantes y perturbadoras” pero ha asegurado que “la propia Casa Real está marcando distancias” con él. En la misma línea, el presidente del PP, Pablo Casado, ha desvinculado de Felipe VI las informaciones sobre su padre y ha calificado de “ejemplar y transparente” la conducta del actual jefe del Estado “en estos seis años de reinado”.

La imagen de Juan Carlos I ante los medios de comunicación del régimen del 78 –y con ellos ante buena parte de la propia opinión pública– empezó a deteriorarse en plena crisis de 2008, concretamente en 2010, por el caso de corrupción política Nóos, que afectó a su hija Cristina y sobre todo a su yerno Iñaki Urdangarin; en 2012, su accidente en Botsuana reveló que había viajado al Estado africano para participar en una cacería de elefantes organizada por su entonces amante –de la que este mismo martes se ha publicado que durante el reinado de Juan Carlos I la Casa del Rey pagó con fondos públicos la reforma de su casa en El Pardo– y financiada por influyentes hombres de negocios saudíes; en 2014, abdicó en su hijo Felipe VI, que el pasado año 2019 lo apartó de los actos oficiales y este año 2020 le ha retirado la asignación presupuestaria que venía recibiendo de la Casa Real.

Felipe VI ha venido haciendo, prácticamente paso por paso, con su padre lo mismo que su padre hizo con Urdangarin, a quien Juan Carlos I en 2011 –unos días antes de que un juez lo imputara por corrupción– apartó de los actos oficiales porque su comportamiento no era “ejemplar” y en 2013 borró de la web de la Casa Real. Pero el ‘sacrificio’ de Urdangarin no evitó la abdicación de su suegro al año siguiente. Condenado en 2017 y ratificada su condena en 2018, Urdangarin ingresó aquel año en prisión. Reinaba ya Felipe VI, que se apartó de su cuñado tanto como se está apartando –“marcando distancias”, en palabras de Sánchez– de su padre.

En julio de 2014 –sólo un mes después de la abdicación de Juan Carlos I–, PSOE y PP aprobaron el aforamiento del anterior jefe del Estado –que, al abdicar, había perdido su inviolabilidad– para que sólo pudiera ser juzgado por el Tribunal Supremo. El presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado, recordaba este lunes que Juan Carlos I no podrá ser juzgado por delitos supuestamente cometidos durante su reinado –como el propio cobro de comisiones irregulares por haber intercedido en la adjudicación del contrato del tren de alta velocidad a La Meca–, pero sí por delitos supuestamente cometidos tras su abdicación, cuando dejó de ser inviolable. Y aseguraba que tras su abdicación ha podido cometer delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública, relacionados con el propio cobro de comisiones irregulares.

Se estrecha el cerco, también el cerco judicial, sobre Juan Carlos I, y todo ello mientras hasta la Casa Real sigue “marcando distancias” con él. Continuará.


Fuente → laultimahora.es

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