Hay que procesar al rey Juan Carlos I en el Parlamento por alta traición

En un país decente con una democracia transparente, el Jefe del Estado no puede recibir regalo alguno de mandatarios extranjeros, de empresarios nacionales o extranjeros.

Hay que procesar al rey Juan Carlos I en el Parlamento por alta traición / Antonio Romero Ruíz. Presidente de Honor del PCA / Ex parlamentario de IU / Coordinador de la Red de Municipios por la III República

Cuarenta años con licencia para robar. Hay que procesar al rey Juan Carlos I en el Parlamento por alta traición En un país decente con una democracia transparente, el Jefe del Estado no puede recibir regalo alguno de mandatarios extranjeros, de empresarios nacionales o extranjeros.

Juan Carlos I vino del exilio con una campaña de marketing para proyectar una imagen en la que nos hiciera creer que estaba con una mano por delante y otra por detrás. La monarquía española no tenía bienes raíces cuando su abuelo Alfonso XIII abandonó España, la República adscribió a Patrimonio Nacional los bienes de la monarquía. A la muerte de don Juan se demostró que no era una monarquía tan pobre como nos habían vendido porque ya tenían tres cuentas en Suiza.

Ya al final del franquismo y en los primeros años de la democracia, la prensa extranjera publicaba habitualmente las fortunas que poseían las casas reales y los empresarios más ricos del mundo. En sus últimas publicaciones sitúan a Juan Carlos I de Borbón como poseedor de la tercera fortuna entre las casas reales europeas. La primera posición la ostenta la reina Isabel II de Inglaterra, el segundo puesto es para el príncipe de Liechtenstein y el tercero para Juan Carlos I de Borbón. Se calcula que posee 2.400 millones de euros. Ahora podríamos conocer la cuantía global con la investigación abierta por el fiscal suizo y por la justicia española.

Entre algunos cortesanos y empresarios que habían colaborado con el franquismo surgió la idea de hacer un capital para el rey. Pusieron al frente de esta tarea a Manuel Prado y Colón de Carvajal, Javier de la Rosa y Mario Conde, es decir, a lo mejorcito de cada casa. Barcos de recreo, coches de alta gama, obras de arte o inversiones y acciones a nombre de testaferros.

En un país decente con una democracia transparente, el Jefe del Estado no puede recibir regalo alguno de mandatarios extranjeros, de empresarios nacionales o extranjeros. El Jefe del Estado, los miembros del gobierno y de otras instituciones, como los integrantes del Tribunal Supremo o la Fiscalía General del Estado, tienen que implementar un protocolo donde declaran y adscriben al Patrimonio del Estado los regalos recibidos durante su mandato.

Alta traición

En España hay un mecanismo de control de los bienes patrimoniales de un cargo público durante su mandato a través de una declaración para una máxima transparencia. Existen más de ocho mil ayuntamientos y todos sus cargos públicos están obligados a presentar su declaración de bienes al concurrir en una lista electoral, antes de ser elegidos, y al terminar su mandato deben hacer otra para ver si se ha incrementado y en qué medida su patrimonio. Es muy triste que todos los concejales de pueblos pequeños cumplan haciendo su declaración de bienes mientras Juan Carlos I ocupa su tiempo libre en contar con una máquina millones de euros y dólares fruto de la corrupción.

Tener, como ya se sabe a ciencia cierta, dinero en paraísos fiscales o en el extranjero para ocultarlos a la Hacienda Pública cuando es precisamente esta la que paga con impuestos de la ciudadanía los gastos y mantenimiento de la Casa Real, supone un delito gravísimo que demuestra que se carece de ética, patriotismo y de solidaridad con sus conciudadanos. Constituye un delito de alta traición a España por lo que se debería abrir un proceso al rey Juan Carlos I en el Parlamento.
 
Cuarenta años robando, mintiendo y traicionando sin que aún haya rendido cuentas. ¿Es que acaso el coste pagado por España para recuperar la libertad democrática desde la modélica transición española ha sido barato? Poned en un platillo de la balanza las libertades democráticas y en el otro la corrupción. El saqueo en tributo a pagar por la conquista de la libertad, como dicen los que defienden a la monarquía, los que justifican el robo. Como si no fuera posible la España de la libertad y de la honestidad y estuviéramos condenados históricamente a presenciar el asalto permanente a las arcas públicas por corruptos sin escrúpulos.

El rey que se escondió detrás del elefante blanco el 23F (leed el último libro de Pilar Urbano), no pudo esconderse detrás del elefante africano de Botsuana cuando quedó al descubierto el pago de hoteles de lujo y los viajes en aviones privados con amantes incluidas.

¡Y llegó el Ave a la Meca!
 
  Allí no tuvo ocasión ni posibilidad de cubrirse porque el trayecto lo hacía cruzando el desierto y la monarquía saudí, teocrática y medieval, actúa con brutalidad. Lo mismo descuartizan a un periodista en una sede diplomática que envían cien millones de euros a una cuenta irregular y clandestina a nombre de su amigo Juan Carlos I de Borbón, rey de España.

España se merece juego limpio y acabar con las cartas marcadas, con los caballos de Troya, con los elefantes blancos y con las cloacas del Estado.

- La primera tarea hoy no es mirar para otro lado ni poner la mano en forma de cazo a ver si cae algo. La tarea de la ciudadanía honesta es convertir en un clamor la exigencia de investigación hasta el final, hasta descubrir al último testaferro y céntimo de euro de su capital privado así como el origen.

- En segundo lugar, movilizar a toda la ciudadanía decente para que promuevan un referéndum, monarquía o república. Referéndum que se adeuda al pueblo español, que Adolfo Suárez dejó encerrado en un cajón sin llave.

- La tercera tarea sería montar comités pro referéndum a todos los niveles territoriales (local, comarcal, provincial, autonómico y estatal), así como en centros de trabajo y de estudios para impulsar, reforzar y ampliar el movimiento republicano.


Ahora, mucha gente de este país estará desubicada porque se declaraban juancarlistas y no monárquicos. Para ellos, Juan Carlos I era su ejemplo y se ha roto como un jarrón chino en mil pedazos. Lo normal, con la que está cayendo, es que dejaran de ser juancarlistas y se declararan demócratas, sin más etiquetas, pero mire usted por donde se han pasado del andén del juancarlismo al tren del felipismo, argumentando que el hijo no era consciente ni beneficiario de lo que ocurría en su propia casa.
 
Finalmente, sepan que por muchos trucos de magia no meterán de matute otra transición modélica ni instalaran sus pesos y su vara de medir para vendernos mercancía averiada, imponiendo sin miramientos que tengamos que aceptar la corrupción a cambio de las libertades.

Porque la sociedad española de hoy formula demandas, tanto en el fondo como en la forma, y está muy por encima del franquismo y del corrupto régimen monárquico del 78. Salud y República.
 

Fuente → mundoobrero.es

banner distribuidora