A los Borbones los echamos, pero siempre vuelven, vivos o muertos

A los Borbones los echamos, pero siempre vuelven, vivos o muertos / José García Abad:

En la historia familiar de los Borbones se ha visto de todo. Felipe V, el primero, llegó en la vuelta de esquina del siglo XVIII tras la Guerra de Sucesión, una guerra privada entre pretendientes, Felipe, duque de Anjou, frente al archiduque Carlos de Austria, en la que el pueblo, los súbditos, contaban poco.

A los Borbones los echamos pero siempre vuelven. Ciertamente unos vivos como Alfonso XII y otros muertos como Alfonso XIII. El rey Juan Carlos recorrió el camino inverso de su abuelo, Alfonso XIII, que pasó del Palacio Real al exilio. Juan Carlos volvió del exilio y a punto está de volver a él.

En el plano familiar quizás la historia destaque el hecho de que Felipe VI renunciara a los dineros espurios donación de su padre, que suspendiera a éste de empleo y sueldo y que esté a punto de desahuciarle del palacio donde oficialmente todavía reside Juan Carlos I, primero y quizás último.

No faltan antecedentes. La historia recoge hechos embarazosos como los que protagonizaron Carlos IV y Fernando VII dándose sendos autogolpes, abdicándose mutuamente bajo la presión de Napoleón. Y recoge la traición de Fernando a la Constitución liberal de 1812, “la Pepa”, restableciendo el gobierno absoluto. Al final de sus días, asesta un golpe de Estado sucesorio a favor de su hija Isabel y contra su hermano Carlos, lo que generaría una guerra fratricida que marcaría la historia decimonónica y que prolongaría sus efectos hasta la sublevación de Franco y, bien mirado, hasta la mismísima ETA.


A los Borbones los echamos pero siempre vuelven. Ciertamente, unos vivos como Alfonso XII y otros muertos como Alfonso XIII. El rey Juan Carlos recorrió el camino inverso de su abuelo, Alfonso XIII, que pasó del Palacio Real al exilio. Juan Carlos volvió del exilio y a punto está de volver a él.

En el plano familiar quizás la historia destaque el hecho de que Felipe VI renunciara a los dineros espurios donación de su padre, que suspendiera a éste de empleo y sueldo y que esté a punto de desahuciarlo del palacio donde oficialmente todavía reside Juan Carlos I, primero y quizás último.
 
Afortunadamente, gracias a aquel golpe dinástico, un matrimonio de conveniencias de la Corona con los liberales, España marchó por la senda constitucional cien años, hasta Franco, con la excepción del golpe de Alfonso XIII apoyando la dictadura de Primo de Rivera, como luego apoyaría la de Franco.

O en nuestra historia reciente cuando Juan Carlos le birlara la Corona a su padre, Don Juan, heredero de la Corona según las leyes dinásticas, ante el ultimátum de Franco. Bendita traición, por cierto.

Atropellos institucionales

Ha habido Borbones destronados como Isabel II y Borbones que regresaron por medio de un golpe militar, como Alfonso XII a lomos de los caballos del general Pavía. Ciertamente el joven monarca fue recibido con entusiasmo desbordante por la multitud. Encantado Don Alfonso por las constantes aclamaciones se dirigió a uno de los que le vitoreaban para agradecerle su entusiasmo. El aclamador le aclaró perfectamente las ideas: “Majestad, esto no es nada comparado con el entusiasmo con que echamos de España al putón de su augusta madre”.

Alfonso XIII tuvo que huir de España desplazado por una ola de entusiasmo general republicano, quien regresó al país, muerto. Juan Carlos I hizo el camino a la inversa, regresando desde el exilio en Estoril.

No hubo un solo monarca desde Fernando VII que no se valiera de un atropello constitucional. Con estos antecedentes apoyarse en los derechos de la dinastía histórica como hizo Juan Carlos es una broma que sólo puede aceptarse como expresión de cariñoso agradecimiento de los constituyentes a quien había sido el motor del cambio, o para decirlo con las palabras de Carrillo en conversaciones con quien escribe estas líneas como “el verdadero jefe del partido de la reforma”.

Juancarlistas, que no monárquicos

Este no es país de monárquicos. Nos hicimos juancarlistas para asegurar una transición pacifica desde el franquismo y ahora se nos hunde Juan Carlos. Dura tarea la de Felipe para mantener la institución. Si la Monarquía se desploma se deberá a sus propios deméritos

Instaurada, restaurada, medio instaurada y medio restaurada, o “reinstaurada” la monarquía española es uno de los pocos casos en que la institución ha vuelto al país después de haber sido despedida por el pueblo en movimiento casi unánime el 14 de abril de 1931. Los Borbones, siempre vuelven a España, vivos o muertos.

Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.


Fuente → elsiglodeuropa.es

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