
Las épocas de crisis sacan a la palestra las diferentes explicaciones
que a lo largo de la historia las ciencias sociales han utilizado para
explicar la realidad social. Discursos y conceptualizaciones que
ofrecen una explicación fuera del marco liberal/económico del mundo
social entran con fuerza y vigencia en la actualidad.
Últimamente se habla mucho sobre la crispación y confrontación que está
generando la crisis del Covid, sin embargo, ya habían pensadores desde
Maquiavelo, Rouseau o Marx que plantearon la confrontación para
entender la realidad social. Marx añadió a esto una dimensión más,
reconociendo la lucha de clases como motor de avance histórico en
nuestras sociedades.
Las ideas de Marx han sido criticadas, malinterpretadas y muchas veces
ampliadas, rectificadas o matizadas, en mi opinión en ocasiones con gran
acierto. No obstante, sería absurdo negar la evidencia e importancia de
la conceptualización de las clases sociales para entender nuestra
sociedad.

Sociólogo y pensador italiano del S.XX. Reformuló la teoria de
Marx con el concepto de hegemonía ,el cual, se centraba en los aspectos
culturales y como estos eran claves para entender la lucha de clases y
el dominio de la clase capitalista frente a la clase obrera.
Actualmente, observamos protestas de carácter derechista en contra de la
gestión del gobierno a la crisis del Covid, frente a estas protestas,
se ha alzado una crispación por parte de los sectores sociales afines a
la izquierda. Es obvio que los intereses representados por las protestas
contra el gobierno están ligados a los intereses de las clases altas
españolas, una evidencia clara de esto es que el surgimiento de estas
manifestaciones tienen su origen en los barrios más pudientes de la
capital madrileña y se ha reproducido con el mismo patrón en otras
capitales.
La crisis como espacio para la confrontación
Cuando se produce una crisis en cualquier sociedad se abre la
oportunidad perfecta para una confrontación, ya que surgen preguntas y
planteamientos que en época de bonanza o estabilidad social no se
plantean con tanta intensidad. Cuando a la gente se le desahucia, no se
le da oportunidades laborales, se le explota y en general se empeora su
nivel de vida las preguntas surgen por pura necesidad ¿por qué y a
causa de qué o quién está pasándome esto?

Multitud de intelectuales de gran renombre criticaron esta gestión,
tanto desde las ciencias económicas como sociales o jurídicas. Sin
embargo, el poder del capital ganó ampliamente el discurso en todo el
globo. El PSOE de Zapatero con recortes en educación o sanidad inició
una época oscura para la clase obrera española, el proceso acabó de
dinamitarse con el Partido Popular, que se dedicó a implantar medidas
neoliberales de flexibilidad económica en favor de las empresas y en
detrimento del trabajador, realizando una reforma laboral más que
agresiva frente a los derechos laborales. Evidentemente, todo esto
sumado a su gran orgía de corrupción que da para otro artículo aparte.
En resumen, en la última crisis ya tuvimos una confrontación, perdieron
los trabajadores y las personas más vulnerables, pero no olvidemos que
siempre que hay un perdedor hay una contrapartida vencedora, en este
caso las clases privilegiadas españolas aumentaron su riqueza frente a
las clases más pobres. Es decir, mientras el país se envolvía en el
discurso de los recortes y la penitencia inevitable de la crisis, los
ricos se enriquecieron aun más a costa de los pobres.
Una nueva crisis como continuación de una disputa que nunca acaba
En la crisis del Covid encontramos una nueva brecha y confrontación
social, las secuelas de la crisis del 2008 aun siguen vigentes en
nuestra sociedad, la clase trabajadora es más pobre y precaria y los
discursos que surgieron en el 15 M siguen vigentes y en confrontación
con las viejas premisas políticas del bipartidismo español. Además, los
movimientos feminista y ecologista han entrando con mayor fuerza si cabe
en el espacio público, proponiendo alternativas de actuación política,
nuevos puntos de vista y en general nuevas maneras de enfoque en todos
los ámbitos comunitarios y sociales.
En España, las clases privilegiadas han iniciado su propia
contraofensiva a estos discursos y en cierto modo el resultado ha sido
eficaz. La ultraderecha ha entrado fuertemente en las instituciones
públicas en el último año. En gran parte, su discurso se basa casi
exclusivamente en deconstruir los discursos alternativos al status quo:
Niegan el feminismo y preceptos tan básicos como la violencia de género,
niegan el cambio climático y el ecologismo y por supuesto niegan las
concepciones marxistas/socialistas de la lucha de clases y el movimiento
obrero.
Pero esto no es nuevo, los ricos cuando protestan no lo hacen para
salvaguardar o obtener derechos, sino para preservar sus privilegios, su
posición es moralmente cuestionable y esto los hace endebles en el
discurso argumentativo profundo; Las mujeres sufren de exclusión social,
maltrato y violencia de una manera estructural, los inmigrantes
también(y no tienen trato de favor) y la clase trabajadora(no somos unos
vagos que solo queremos paguitas), factores estructurales que se
entrecruzan y que son transversales en el funcionamiento y explicación
de nuestra sociedad, además, apoyados por prácticamente la totalidad de
la Ciencia Social objetiva.


De esta manera, nos encontramos con una amalgama de contradiscursos que
lo único que buscan es culpar a un "otro" ficticio sobre las
problemáticas sociales, económicas y políticas. Por tanto, no es de
extrañar que quien comparte estos preceptos tan irracionales,
intolerantes y alejados de la realidad haga cosas irresponsables, ya sea
como político; robando, extorsionando, mintiendo, malversando,generando
odio, intolerancia ... o como ciudadano; no respetando el estado de
alarma y poniendo en peligro la vida de otras personas. Es algo
evidente, la derecha, ligada al fascismo en este país de una manera más
que sutil no entiende de solidaridad, ni de comunidad y es por que ellos
son los malos(y los que no tienen razón), es así, son los que fusilaban
en el paredón y llenaron las cunetas de republicanos, los que
torturaban, los que dieron un golpe de estado y tumbaron una república
democrática, también son hoy en día los que no aceptan la libertad
sexual, ni la libertad de la mujer, ni el respeto por nuestro medio
ambiente, ni las culturas nacionales alternativas a la suya, ni a los
inmigrantes y sobre todo no aceptan a los que no son de su clase
social.
La clase obrera siempre oprimida y participe de su opresión
Sin duda es un hecho, la clase obrera participa en sus discursos y
engrosan las filas de sus votantes. Hemos perdido una y otra vez,
estamos sometidos en el plano cultural, con unos medios de comunicación
y una industria cultural que rozan las mejores novelas distópicas de
Huxley, Philip.K.Dick o Orwell.
El pensamiento crítico y la conciencia de clase se ha esfumado a causa
de todo el bombardeo capitalista/neoliberal. La clase obrera se ha
incorporado de lleno al sistema como un engranaje más que acepta su
situación de dominación, que no solo la acepta sino que es participe
directa de ella dando su voto a partidos que defienden intereses
antagónicos. Los trabajadores hemos entrado al sistema mediante la
seducción de los medios de consumo, el ocio y el estado del Bienestar.
Ahora llega una oportunidad de intentar cambiar las cosas, habrá
confrontación, seguro y en mano de nosotros está la de posicionarse de
un lado o de otro, que no os engañen con las premisas de centrismos,
status quo y poner la otra mejilla porque nos joderán otra vez, los
fascistas no tienen piedad, es más, no tienen humanidad y para saberlo
tan solo hay que abrir los libros de historia.
Fuente → sociologiadekombate.blogspot.com
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