Franquismo, Sociedad Anónima

Franquismo, Sociedad Anónima

Hay hombres que se preguntan de dónde procede lo que posees. Antonio Maestre es un diplomado en Documentación por la Universidad Complutense de Madrid que se lo pregunta.

Non Olet decía un emperador, allá en el mundo antiguo de la Roma imperial. Pero el dinero huele, y del olor de este libro impreso en papel ecológico se desprende ese otro originado por el conocimiento de los orígenes del poder económico en España. País este en donde la cuestión de la memoria histórica forma parte de nuestro debate público: El valle de los caídos y la exhumación del cádaver de Franco, el cambio de nombres de las calles que homenajeaban a criminales franquistas, la apertura de las fosas comunes… Sin embargo, sobre la responsabilidad de las élites que se lucraron al calor de la dictadura nada, o casi nada.

Por eso, Antonio Maestre realiza una visión crítica a la historia empresarial de las grandes sagas familiares de esta parte del mundo que termina en la punta de Tarifa.

La introducción del libro es acertada, nos sitúa en la referencia de ese otro ismo que fue el nazismo en la Europa Central, donde importantes empresas contribuyeron a la financiación y a la producción bélica que musculó la toma del poder gubernamental por el partido nacionalsocialista, así como la posterior conversión de la democracia existente de la República de Weimar al tercer Reich (es aconsejable leer El orden del día de Éric Vuillard ). En dicha introducción emporios financieros como Deutsche Bank, automovilísticos y de tracción como Volkswagen, Opel, Daimler Chrysler, farmaceúticas como Bayer y químicas como Ig Farben, además de otras como Krupp, Siemens, Telefunken, contribuyeron al fortalecimiento del régimen nazi y su posterior terminal consecuencia.

En España algunas empresas que cotizan en el Ibex 35, Naturgy, OHL o Iberdrola, entre otras, se lucraron de la represión y el modelo mal llamado autárquico, puesto que no se valieron por ellas mismas, sino que participaron en la utilización de mano de obra esclava y del expolio del patrimonio de los represaliados, además de numerosas medidas legislativas que favorecieron su expansión.

En común entre estos dos países hay lo mencionado. Distinta es la responsabilidad asumida. En el Estado Español no ha existido ningún proceso de reparación ni de indemnización por parte de algunas empresas que hoy dictan los designios políticos desde el parquet del Ibex. Como sí ha ocurrido en Alemania, donde en 2007 finalizó un proceso de reparación que obligó al pago de 4.370 millones de euros por parte de importantes empresas.

En economía la ideología es una cuestión prescindible cuando ésta se vuelve un impedimento para la cuenta de resultados. Modelo de comportamiento, táctica, estrategia y procedimiento para que nada cambie, por lo menos en cuanto a los poseedores de las grandes cifras de la economía. Porque esto de la movilidad intergeneracional y la distribución de riqueza, así como la meritocracia y la cultura del esfuerzo, tiene mucho de mito.

En Florencia, por ejemplo, desde el año 1427 hasta el 2011, son las mismas familias las que tienen el poder económico desde hace 600 años.

La pervivencia de poder de los grandes apellidos se extiende a otros estudios que llegan a la misma conclusión. En Reino Unido la pervivencia de los mismos apellidos en lo más alto del sistema social se ha estimado en 800 años.

En España “Somos unas 400 personas que nos encontramos en todas partes. Vamos coincidiendo seamos o no parientes”. Frase del financiero mecenas y promotor cultural que fundó Banca Catalana en 1961, Félix Millet i Maristany.

De Catón. Preciso y con todo lujo de detalles y bibliografía, con Franquismo S.A aprendemos a leer con otros datos la historia de la élite empresarial de este país.


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