El terrorista fue el franquismo
 
Las vergonzosas declaraciones de Cayetana Álvarez de Toledo nos motivaron para pedir firmas de apoyo contra las mismas y por la legitimidad de nuestra lucha.

El terrorista fue el franquismo

Ante la infamia perpetrada en sede parlamentaria el día 27 de mayo pasado por la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo contra el vicepresidente de gobierno Pablo Iglesias, en la persona de su padre, las personas firmantes, combatientes antifranquistas y militantes de organizaciones ilegales de izquierdas durante la dictadura, declaramos:

La diputada Álvarez de Toledo ha tildado a Francisco Javier Iglesias Pérez (padre del vicepresidente) de terrorista por haber militado en el FRAP – organización republicana y antifascista -, según han reconocido públicamente tanto él como Pablo Iglesias en múltiples ocasiones, militancia por la que sufrió cárcel en el año 1973. Con ello la diputada se delata sin recato como franquista y como ignorante, dos atributos que van frecuentemente de la mano.

En primer lugar, porque el calificativo de terroristas fue aplicado por el franquismo como forma de descalificar a sus opositores, manipulación del lenguaje que todos los regímenes totalitarios han practicado para desviar la atención del auténtico terror que es el practicado por el propio régimen en forma de violaciones sistemáticas de los derechos humanos y violencia institucionalizada.

Además, porque esos ‘terroristas’, en realidad éramos resistentes y combatientes que, frente a la represión del Estado – este sí terrorista – estábamos moral y políticamente legitimados para defendernos con las armas, al igual que ha sucedido en infinitud de procesos de liberación contra regímenes opresivos en todo el mundo. Los protagonistas de estas luchas son honrados y reconocidos por su valentía y por las represalias padecidas, así como por su contribución a la conquista de las libertades.

Los que Franco calificó como ‘terroristas’ fuimos combatientes por la libertad, en muchos casos heroicos, y en no pocos mártires; en todos los casos merecedores de reconocimiento y respeto. Quienes hoy nos siguen llamando terroristas son nostálgicos de la dictadura, indignos por lo tanto de ser considerados demócratas.

Vergonzosos espectáculos como el ofrecido ayer por esta diputada no sólo no nos van a desanimar en nuestra lucha por la verdad, la justicia y la reparación por los crímenes del franquismo, sino que nos demuestran aún más su necesidad y urgencia. Por simple higiene democrática.
 
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