Un informe jurídico de Naciones Unidas ratifica el hecho de que el Sáhara Occidental no está administrado por Marruecos, sino que la potencia administradora es España. Por tanto, según la ONU, ¿está Marruecos ocupando territorio español? Pueden consultar el informe AQUÍ
El Reino de España, con su Jefe del Estado a la cabeza, tiene una responsabilidad con el Sáhara Occidental que va más allá de lo sentimental porque, legalmente, el territorio continúa perteneciendo a España y no a Marruecos. Hay un aspecto que en nuestro país se ha pasado por alto: la ONU declaró nulos los Acuerdos de Madrid de 1.975 firmados por Juan Carlos de Borbón por los que se cedía la administración del Sáhara a Marruecos y Mauritania.
Esta nulidad es la que provoca que el territorio se encuentre aún entre
los dieciséis territorios no autónomos supervisados por el Comité
Especial de Descolonización de la ONU.
Sin embargo, la responsabilidad de España en la entrega a Marruecos del Sáhara Occidental va más allá. El medio ecsaharaui.com ha estudiado los documentos desclasificados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos en los que se destapa el papel que jugó Juan Carlos de Borbón
en un hecho contrario al derecho internacional. La decisión adoptada
por la CIA de desclasificar casi un millón de documentos ha permitido
conocer muchos aspectos de este hecho.
En el año 1979 Marruecos estaba perdiendo la guerra contra el Frente
Polisario hasta que varios países, entre ellos España, decidieron ayudar
a Hassan II: Estados Unidos, Francia, España y Arabía Saudí. Todo esto
fue posible gracias a las buenas relaciones del rey marroquí con Henry
Kissinger, consejero de seguridad nacional de los Estados Unidos y con
los Saud de Arabia Saudí.
Según El Confidencial Saharaui, en agosto de 1975, el Departamento de
Estado de Estados Unidos aprobó un proyecto secreto de la CIA y
financiado por Arabia Saudí para arrebatar el Sáhara Occidental a
España. En medio de la Guerra Fría, el territorio era vital desde un
punto de vista geoestratégico y, sobre todo, por los recursos naturales
de los que dispone. En octubre del mismo año, la inteligencia militar
española informó a Franco del plan de los Estados Unidos.
Una vez que Hassan II anunció la Marcha Verde, tras rechazar el
Tribunal de Justicia de la ONU las pretensiones de Marruecos sobre el
Sáhara, Juan Carlos de Borbón, aún príncipe pero heredero del dictador,
se negó a aceptar una nueva Jefatura del Estado interina porque, entre
otras cosas, pretendía tener poderes absolutos sobre el Sáhara.
Tras el fallido viaje de José Solís a Rabat, donde no pudo frenar la
Marcha Verde, Juan Carlos de Borbón se hizo cargo de la Jefatura del
Estado. Se mostró preocupado por la situación del Sáhara, sobre todo
porque aún estaba demasiado reciente la Revolución de los Claveles
portuguesa y no quería que algo parecido sucediera tras la muerte de
Franco.
En su primer Consejo de Ministros, Juan Carlos de Borbón manifestó su
intención de ponerse al frente de la situación del Sáhara, pero no
informa al Gobierno de Arias Navarro de que había enviado a Washington a
Manual Prado y Colón de Carvajal para hablar con Henry Kissinger e
intentar evitar una guerra colonial que podría traducirse en una
revolución por la que perdiera su corona. Kissinger aceptó mediar con
Hassan II y se firmó un pacto secreto por el que Juan Carlos de Borbón
entregaría el Sáhara a Marruecos a cambio del total apoyo político de
los Estados Unidos a su Jefatura de Estado.
Tras la Marcha Verde, el 12 de noviembre de 1975 se produjo la
Declaración de Madrid por la que se entregó el Sáhara a Marruecos y
Mauritania.
De todo este proceso, controlado por la CIA y el Departamento de
Estado de los Estados Unidos, nadie supo nada. Juan Carlos de Borbón
movió los hilos a través de sus hombres de confianza.
Desde el año 1979 Marruecos ocupa y administra el territorio a pesar de no figurar como potencia administradora en la lista de la ONU,
ya que Naciones Unidas jamás lo ha considerado como tal. Así quedó
establecido en el año 2.002 por un informe jurídico firmado por Hans
Corell, secretario general adjunto de Asuntos Jurídicos de Naciones
Unidas. Por tanto, el Sáhara Occidental sigue siendo territorio español.
Legalmente y en base al derecho internacional España es la potencia
administradora y, por tanto, está permitiendo que una nación extranjera
ocupe ilegalmente el territorio.
Fuente → diario16.com
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