¡Vivan las caenas! Cuando la cacerola es un arma cargada de posmodernidad. De la izquierda caviar a la derecha golf
 

De los impulsores de la Guerra Civil y la dictadura, la Ley Mordaza, la pena de prisión permanente revisable, la Ley Antiterrorista y la reforma laboral, ahora llega la demanda de "libertad"

¡Vivan las caenas! Cuando la cacerola es un arma cargada de posmodernidad. De la izquierda caviar a la derecha golf: Según V.I. Lenin, el imperialismo es la fase superior del capitalismo[1]. Parafraseándole, podríamos decir que ahora el libertarismo, mal conocido como anarcocapitalismo en los eternos corrillos que buscan denigrar al anarquismo, sea la etapa superior del populismo, y éste, a su vez, el fruto político de la posmodernidad.

El libertarismo y los símbolos

No nos confundamos con el  comunismo libertario. Es individual frente a colectivo, y sólo niega partes de la acción del Estado, las que les conviene a sus amos, frente a la eliminación de la totalidad del dominio del mismo que proponen los anarquistas. Es una reacción interna que se basa en la negación del “intervencionismo” del Estado del Bienestar, puede abanderar la oposición al confinamiento desde la extrema derecha, enfrentando la defensa de las libertades civiles con la de los derechos individuales o privilegios de clase[2]. Como ha escrito Daniel Bernabé, «El Estado sigue presente allí donde debe mantener el orden de clase, pero retrocede allí donde valió para atenuarlo (…) El odio del penúltimo contra el último siempre ha sido marca de la casa»[3].

Para ellos, el Nuevo Orden Mundial surgido de la Guerra contra el Terror de Bush no supone la cumbre del capitalismo depredador y de la sociedad desigual a dos velocidades contra las clases populares mundiales, sino una conspiración contra su derecho al terruño y a portar armas, y son las bases de los Trump[4], Johnson, Duterte, Bolsonaro, Erdogan, Urban, Torra…,  y siempre, siempre se creen novedosos, aunque no sean más que una reedición de las camisas pardas contra los obreros del Ruhr y el «bolchevismo internacional», contra los judíos y los «Protocolos de los Sabios de Sión»[5].


Salen a la calle, que siempre consideraron suya, no como foro público, sino como la extensión natural de su propiedad privada, el barrio de Salamanca. Como lo hicieron en masa contra las tímidas reformas sociales[6] del primer Zapatero. Han aprendido del nacionalismo catalán, la iconografía que éste se tomó de la izquierda, las banderas a lo Superman, la exigencia de derechos inexistentes. Batiburrillo de influencias, confusión de formas y fondos. Aunque, en el fondo las formas SEAN el fondo, hay diferencias de fondo en esas formas que hacen que los significados sean diferentes[7]. Sin juegos de palabras: cuando les interesa, los medios sin memoria ni matiz pueden querer hacer creer que todos los fondos son idénticos porque las formas lo sean. Una manifestación multitudinaria puede asemejarse mucho en ciertos aspectos a otra, pero, por otras características puedan diferenciarse radicalmente, incluso en lo más importante, su significado último[8]. Desde liberación y catarsis (París 1944, Portugal 1973) a aborregamiento y sumisión, territorialidad y sumisión (Roma, 1922, Barcelona 1933, Núremberg 1935[9]). Sin embargo, parte de la izquierda admira, de forma secretamente vergonzante o con justificaciones circenses[10], a cualquiera que mueva multitudes, olvidando a Perón y los señores de los bigotes europeos, o que se enfrente a Estados Unidos[11] o a Alemania[12].

Dadme una cacerola y moveré el mundo

Sin embargo, además de los desfiles nocturnos de hachones encendidos[13], la derecha (ya me pierdo cuándo es extrema y cuando no) parece que sí dispone de un recurso de expresión históricamente propio: la cacerolada. Su madre el desabastecimiento, porque parece que una de las condiciones de esta medida es que haya un gobierno socialista débil y comprometido a cumplir las normas democráticas pese a que pueden suponer su desgracia, y añade una catástrofe social más para las clases populares.

Aunque nació humilde costumbre festiva algo beata[14], y a veces ha tenido alguna amistad peligrosa progresista, tiende a destacar su uso combinado con otras políticas como el sabotaje y el lockout, para llevar una estrategia de la tensión hasta las puertas de un golpe de Estado. Es éste impulso desde arriba y su estímulo a una movilización que no conlleve consecuencias represivas[15], la que la ha hecho tan querida cuando se trata de utilizar en estratagemas paramilitares a las clases medias[16]. Fíjense que cuando Malcolm X pronuncia su histórico “by all means necessary[17] nadie se imagina ni siquiera al buen Dr. Martin Luther con una olla en la mano. Esta asimilación automática de clase debe de ser porque quién la empuña está acostumbrada a que esté llena.

Consumo y emulación, como sinónimo de libertad, dos de los faros de las clases autoconsideradas medias

Así, la cacerola se hizo mayor de edad contra Allende, y adquiere carta de naturaleza contra Chávez[18], pasando ahora por Vox y ese trio de triunfadores, Casado, Almeida y Ayuso. Como dijimos, está estrechamente relacionada con el desabastecimiento inducido (como medida de extorsión patronal), lo simboliza, personaliza el otro símbolo, los estantes vacíos, el mayor terror de este milenio consumista (como hemos podido ver al inicio de esta pandemia). Es un estadio de una escalada de desprestigio, al que los medios afines (casi todos) pueden asociar a una mala gestión coyuntural (por no estar en el gobierno los verdaderos tecnócratas) o a las supuestas carencias intrínsecas del “socialismo” de todo tipo.

Tampoco subestimemos su función como lugar de encuentro virtual de los poderosos y sus clases subalternas, un backstage social digamos, sustituyendo la cada vez más reducida movilidad vertical real, la naturaleza emuladora de esta sociedad. Consumo y emulación, como sinónimo de libertad, dos de los faros de las clases autoconsideradas medias[19].

Sostenía Celaya que “la poesía es un arma cargada de futuro. Pues además de todo este pasado con el que carga, la cacerola es el arma de la posmodernidad. Junto con la boutade y el desprecio puro del intelecto (que ya habían mostrado sus mayores como Millán Astray).

La posmodernidad y la fagocitación de la izquierda

Siempre pensamos, con mucha razón, en Reagan y Thatcher, como el brazo armado del neoliberalismo y, por tanto, como fundadores en cierto sentido, del cimiento político y económico sobre el que actúa la posmodernidad en lo ideológico. Sin embargo, incluso antes de que las masas laboristas lo extendieran a Europa, el New Deal, la semilla del Estado del Bienestar como una concepción incluyente, o al menos con vaivenes menos acentuados, del capitalismo, ya corría peligro. Uno de los primeros síntomas en la cumbre fue el cambalache de Wallace por Truman. Fue  el 14 de julio de 1944, mientras los soldados aliados avanzaban hacia Caen en un desembarco de Normandía de resultado aún incierto y 155[20] años exactos desde la Toma de la Bastilla, cuando los barones del Partido Demócrata amañaron en un giro dramático[21] la segura nominación del candidato a vicepresidente en el ticket con Roosevelt de cara a su cuarto período como presidente de los Estados Unidos. Sustituyeron al candidato de las bases, el progresista Henry A. Wallace, uno de los arquitectos institucionales del New Deal desde sus puestos como secretario de Agricultura, vicepresidente pasado y futuro de Franklin Delano; y en su lugar pusieron a un oscuro senador de Misuri que a la muerte del presidente se convertiría en el único político de la Historia en lanzar dos bombas atómicas contra ciudades repletas de civiles[22].  Sin embargo, su elección aquella noche en Chicago no se produjo únicamente para que el complejo industrial-militar[23] para que el establishment tuviera en sus manos al futuro impulsor de la Guerra fría, sino porque con Truman tenían al perfecto títere para desmontar el keynesianismo y los sectores públicos que tanto les molestaban. Supuso uno de los primeros síntomas de las vastas fuerzas que se habían puesto en marcha en los años 30 frente a la propuesta de un capitalismo que no sabemos si se puede calificar de más humano, pero sí al menos de menos suicida[24].

Mientras que en el Reino Unido en 1945 la clase obrera que había llevado todo el peso de la producción, los recortes y el sacrificio de la guerra destronaba fulminantemente a Churchill y con Atlee comenzaba la construcción del Estado de Bienestar, en el otra orilla del Atlántico, al frente de la superpotencia que ha resultado vencedora y, por tanto, va a conformar el mundo a su imagen y semejanza, dicho complejo industrial-militar y su administración Truman ya impulsan una reacción intracapitalista para acabar con el “intervencionismo”, que según la paranoia omnipresente en la época, constituía poco menos que la primera pata de la infiltración de los agentes del “comunismo”[25] en la Administración federal. En eso no han cambiado mucho el planteamiento del Tea Party, sus milicias y sus imitadores hispanos: aquellas cúpulas, estos chelis. Como resume Javier Corral Díaz[26], “Con la llegada de Eisenhower al gobierno en 1953, como candidato del bando republicano, se pone fin a la hegemonía a la “Coalición del New Deal”. A principios de los 50, sectores liberales de la sociedad americana empiezan a plantear una lucha contra Keynes y contra las medidas del New Deal. Surge la Sociedad Mont Pelerin, dirigida por el economista Friederich von Hayek, y de la que Milton Friedman era socio. Este último se convirtió en profesor de la Universidad de Chicago, llevando a cabo la formación de jóvenes, posteriormente apodados “Chicago boys”. Formados en el ámbito de la política económica, con un marcado carácter monetarista y neoclásico, empiezan a tener cierta credibilidad”. Luego vendrían Chile, el Cono Sur, la huelga de los mineros de Thatcher y los controladores aéreos[27] de Reagan , y de ahí a Europa, la caída del Muro (sólo el de Berlín) y la consiguiente inutilidad funcional del Estado de Bienestar como escaparate para las depauperadas masas del Este[28], y hasta “el infinito y más allá”…

En paralelo a la deconstrucción de la contrarrevolución neoliberal había que decomisar el pensamiento, especialmente tras su encarnación callejera y mural en plena metrópolis en mayo y junio de 1968, en París y Berlín[29]. Y es precisamente de su casi infinita capacidad de rentabilizarlo todo en aras de su propia supervivencia y beneficio[30] que el sistema supo reciclar la propia imagen de juventud rebelde de la contestación de los años 50 y 60, la derecha aprendió una lección magistral e inolvidable: a todos nos gustan los chicos malos[31]. Esta vez, viniendo desde atrás, el pensamiento hegemónico se establecería sobre la peana rodeado de la aureola del inconformismo. De los hippies y la guerra del Vietnam aprendió que el que aparece como la parte débil puede ser poderosa, atraer más atención y comprensión, que si desprendía su actitud agresiva de siempre.

Pese a la abrumadora evidencia de lo contrario, se montó el mito que las cátedras y la academia rezumaban de marxistas como se había hecho con el gobierno[32], repleto supuestamente de funcionarios parásitos, y en los servicios sociales[33], que han de atender a los que ya empezaban a ser los nuevos “enemigos del pueblo trabajador”, los pobres, los inmigrantes, los de fuera[34] y abriendo camino a dos de los principales pilares del bagaje mental de la derecha contemporánea, dos de los jinetes del Apocalipsis del Klan, la aporafobia[35] (hacia la clase) y la xenofobia[36] (hacia el origen).

Cuando lo cierto es que el sistema está tan inundado de pensamiento hegemónico que Seattle y Genova llegaron como “sorpresas” incluso para mucha parte de la izquierda, que la mayor parte de las ciencias sociales estaba totalmente colonizada hasta el punto que los filósofos y estudiosos que es consideraban radicales (de ir a las raíces) directamente “desaparecían” hasta del elenco (como en la alucinada dicotomía de Eco entre apocalípticos e integrados, donde la escuela de Frankfurt no tenía cabida[37]), la posmodernidad tuvo la sagacidad de vestirse de outsider[38] y víctima de un Polifemo marxista inexistente que asfixiaba a la pobre intelectualidad independiente, positivista y popperiana, desamparada entre sus garras.

Escudándose en la crítica a la rigidez de los estructuralistas, ignorando la vuelta al papel del ser humano como constructor de la Historia por parte de los marxistas tildados de “heterodoxos”, y envidiando cierta efímera celebridad[39] (como Marcuse en los días más revueltos del campus de Berkeley), los “nuevos filósofos”[40] como Bernard-Henri Lévy o André Glucksmann primero cercaron a los disidentes[41], descontextualizando sus afirmaciones y reduciéndolas a boutades (dos movimientos tácticos característicos de la posmodernidad y cuya máxima expresión sería Twitter); acusándoles después de estar encerrados en sus torres de marfil y de que se habían distanciado de las necesidades de sus bases, es decir de cometer el mayor pecado que existe para el pensamiento débil, el del “elitismo[42]; y por último despreciando sus obras por desfasadas, por demodés realmente, en otra de las mayores transgresiones para los pensadores blandos, que es no adaptarse al gusto del tiempo [43]. Gusto del tiempo que es el gusto de los patrones[44], afirmación que sería anatema para los mencionados. De ahí su pasión por la moda, a la que obviamente no contemplan, como lo haríamos nosotros, como la obsolescencia programada del textil y del diseño.

“Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.

–La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo”.


Como Humpty Dumpty en A través del espejo[45], en el relativismo las palabras dicen aquello que quiero que digan, y más si mando. Fueron astutos a la hora de retorcer el significado de las proposiciones, le dieron la vuelta incluso a la crítica inherente en el pop art coetáneo, de Duchamp a Warrhol, en el sentido de que “todo es arte si se le dota del contexto adecuado”, y lo convirtieron en una aseveración eufórica de que la “alta cultura” no era nada más que una pose, que no conecta con las masas y que en el fondo las desprecia, y que por consiguiente la producción cultural más honesta es el “lowcult”, dándole de paso al vuelta, su deporte favorito, a un “apocalíptico”, según ellos, como Macdonald[46]. La glorificación del low brow y la banalización de la cultura. Démosle al público (la basura) que quiere, eso sí, como seguramente diría Bernabé, reservándonos las golosinas.

Nunca apuntando a desmentir a los críticos del sistema con argumentos, ya que la razón[47] era una de las puertas de entrada del elitismo, la posmodernidad anticipaba el emporio actual de la emoción[48], un dizque “relativismo”[49] frente a lo absoluto, entretenimiento frente a análisis.

Y cuando el ambiente de linchamiento postsoviético lo permitió (pese a que muchos habían sido vocales y primigenios críticos del autoritarismo), en tanto en cuanto habían conseguido que se pasara a una etapa de glorificación de lo individual (el gandhiismo del “si quieres cambiar el mundo, empieza por ti mismo”) descendieron al ataque ad hominem, que no podemos tachar de anecdótico en tanto en cuanto a que tuvo un carácter sistemático. No quedó tótem con cabeza, podríamos decir. Como en las purgas de Stalin en el 36, nio importaba cuan alto confesaran sus vicios sus seguidores. Althusser era un psicópata, Koestler mató a su mujer en un doble suicidio, Sartre era un abusador yde Beauvoir un marimacho depredador. Sólo faltaron afiches estilo años 30-40 para estigmatizarlos[50]. Y como efecto colateral surgió la selección para ilustarar sus vitirnas culturales de artistas e intelectuales más por sus vidas que por sus obras y pensamientos[51]. Daba igual cómo escribieran o pintaran las hermanas Bronte, Celine, el conde Almazy o Frida Kahlo, lo importante era el romanticismo de sus peripecias vitales, un poco como el consumo artístico o turístico actual donde se prima la experiencia o la contemplación, el consumo “activo” o realmente pasivo, el coleccionismo o los maratones, en detrimento del conocimiento dialéctico, frente al diálogo con la obra, a pesar que desde el siglo XVI crece el entendimiento que sin la mirada del espectador ésta no está completa.

Bernabé: «Mientras que se negaba la validez universal de las ideas socialistas, el capitalismo se guardaba secretamente su parcela de modernidad, extendiéndose universalmente, sin importarle ya lo más mínimo ninguna de las excusas teóricas que aquellos filósofos franceses le habían prestado»
 
Y de esta manera, alcanzaron  el objetivo más anhelado la ideología capitalista, decretaron “El fin de la Historia[52]. De nuevo, Bernabé lo explica mejor: «Sin horizonte al que dirigirnos ni pasado del que aprender, sin posibilidad de afirmar lo cierto o lo falso, sin espacio para los conceptos válidos universales, sin capacidad de comunicación, sin forma de aprehender la realidad lo que encontramos es la imposibilidad de una política coherente, sobre todo si esa política va encaminada a cuestionar e incluso sustituir el sistema capitalista dominante. El neoliberalismo utilizo el posmodernismo para desmantelar a la izquierda, para extender su amoralidad y cinismo como valores aceptables, para crear un estado de las visas donde su proyecto no es que fuera el más apropiado, sino el único posible. Mientras que se negaba la validez universal de las ideas socialistas, el capitalismo se guardaba secretamente su parcela de modernidad, extendiéndose universalmente, sin importarle ya lo más mínimo ninguna de las excusas teóricas que aquellos filósofos franceses le habían prestado«[53].

Protagonismo y descentralización, el político como nuevo centro

Todo este proceso histórico ha desembocado en lo que una situación a la que nos referimos llanamente como “la sociedad se ha derechizado”. Hemos perdido nuestros instrumentos, nuestro punch, y mientras tanto la socialdemocracia ha hecho lo que mejor sabe hacer desde el asesinato de Jaurès y desde la república de Weimar[54]: escorarse a la derecha para hacerse perdonar y poder gestionar así las migajas del poder. Sin embargo, condición del posmodernismo fue que el escaparate del que hemos hablado, el Estado del Bienestar, ya no era necesario a raíz del abandono del púgil del otro lado del Muro. Donde no se conciben alternativas ya no hacen falta zanahorias, y la derecha, crecida por las concesiones de su adversario partidario[55], reclama su vuelta al gobernalle.

Los debates en el Congreso de los Diputados a ver quién es más “responsable” son estériles[56]. En realidad, la derecha, en una verdadera carrera del do it yourself, no está pidiendo que no se hagan ciertas cosas, sino que suspiran por hacerlo ellos. Porque lo harían mejor, porque son la derecha auténtica, porque son los bárbaros de verdad. Odian que la “izquierda” les quite sus banderas, el orden, el control, la seguridad, y por ello, ellos se lanzan a por las de la “libertad”. Aquí hemos denunciado hasta desgañitarnos que el enemigo se colaba por la puerta del control social… pues ríete tú de Mathausen si hubiera estado al mando Cayetana. Casado, y en especial Torra, con sus bandazos de timón heredado de Mas, no promueven un mayor protagonismo de la sociedad, de los ciudadanos, ya no digamos de la clase obrera como colectivo en las decisiones, da igual el confinamiento total que la barra de fases, lo que no puede ser es que ellos no sean los protagonistas[57].

Dentro del estrellato de la posmodernidad, otro ámbito que también “reluce más que el Sol”, pero a la vez la inserción del cual ha sido tan discreta que la izquierda lo ha abrazado sin sospecha, ha sido la descentralización. Las Brigadas Rojas tenían como motto: “Colpire il cuore dello Stato”. Explica su desfase y su fracaso. ¿Qué sucede cuando “lo Stato” ya “non ha cuore”? La verdad es que nunca lo tuvo en el sentido emocional, pero nos referimos ahora a la centralidad de la toma de decisiones. Desde los 50 y ante la posibilidad del exterminio nuclear, el complejo industrial-militar comprende que un impacto directo en la cúpula puede acabar con el sistema. De hecho, esta revelación está en la base de la existencia de la omnipresente internet hoy[58]. Por eso, se descentralizan y multiplican todos los sistemas vitales para su supervivencia. La sustanciación ideológica de esta estrategia de esta estrategia acabará permeando toda la sociedad, desde el small is beautiful[59] de los 70 hasta el kilómetro cero actual. Parte de la izquierda lo tomó y desarrolló como propio. Los jacobinos pasaron a ser los nuevos malos de la película[60]. Y en España prosperó por su histórica fragmentación territorial, profundizada por la represión de Franco y su manía persecutoria de meter a todos sus opositores en el mismo saco (bajo una capa de cal viva si es posible).

La izquierda con “tendencia a la respetabilidad”[61] lo adoptó por “responsabilidad” (motivo por el que suele meterse en todos esos fregados de hacerle el trabajo a la derecha). Se tragó aquello de que la cercanía mejoraría indudablemente la gestión (como algunos digieren que un territorio más pequeño es más fácil de liberar… olvidando que también lo es de controlar[62]). Pero ¿qué sucede cuando resulta que lo único que hace es multiplicar la ineficiencia y dominación de los miniestados delegados resultantes, y la estupidez clientelar de los minpatriotas a la hora de justificarlos? ¿Y cuándo dejaron de ser las comunidades autónomas parte del Estado[63], con sus policías, sus aparatos de propaganda y su represión[64]? Y las de externa derecha más. La característica miopía y focalización en agradar a los electores por encima de todo (votantes a su vez obsesionados con los temas que los medios les vehiculan constantemente siguiendo la misma agenda del poder)[65] aún acorta más el plazo de sus objetivos cuanto menor es la distancia física con el ciudadano. Lo patético es que Torra y Ayuso compiten en apuestas y redes a ver quién es el gobernante, ya no más malo, sino incluso el más tonto. Parece que más que la fuerza la distancia debilite la inteligencia. Lo radical va a ser dotarse de instrumentos de lucha locales[66], pero para impulsar principios universales, va a volver a ser cuestionar la naturaleza del poder, su horizontalidad o verticalidad, más que su distancia geográfica; al fin y al cabo, la distancia mental de los oligarcas latinoamericanos que someten a sus poblaciones a sus dueños del norte es mínima, mientras que su cohesión ideológica y la forma en que ejercen es máxima. Vaya, a final va a resultar que igual sí eran más revolucionarios los jacobinos que los junkers.

Emoción y  opinión, el subjetivismo contra el sujeto

En este reino mágico de la banalización de la cultura descontextualizada, en que hasta los falangistas se permiten cantar el Bella Ciao, se introduce como hemos apuntado la avidez de protagonismo. Sólo que con las nuevas tecnologías, la gente no aspira a los quince minutos warholianos de una fama concedida por los medios cuando puede fabricárselos por sí misma; “las niñas ya no quieren ser princesas”[67], sino reinas de reality, y, como hemos apuntado, los políticos y las plataformas con millones de horas que rellenar con papilla son dos trenes lanzados en direcciones opuestas. Todo lo contrario a la autoría artística en la época de Instagram, en política no importa el qué sino el quién.

El relativismo y el subjetivismo paradójicamente emparentados han restado peso a la influencia de la clase como sujeto de la Historia, y, dentro de ella, a la acción del ser humano como potencialidad para cambiarla[68]. Individuo contra persona, estamento contra colectivo, identidad contra comunidad, emoción contra razón, opinión contra argumento. Simplificaciones tal vez. No así la de sujeto consciente frente a objeto inconsciente en términos de clase, cuya expresión cotidiana la tenemos en la dicotomía del trabajador como productor o como consumidor (tan presente en los andenes del metro en las mañanas de huelga), lo que los mayores definieron como “la clase en sí, la clase para sí”[69]. Junto con el hambre por la formación, la conciencia de clase es lo que debemos recuperar con la máxima urgencia, porque, parafraseando a Buffett[70], ellos ya la tienen.

Hambre de formación, sin la cual toda posición es ocurrencia, la boutade que encaprichaba a los posmodernistas. “Todo el mundo tiene una opinión, y todas valen lo mismo. El significado de los signos (palabras, símbolos) es relativo”. De todas formas, ninguna, ni palabras ni lenguaje parece que puedan salirse de un marco fijado al que nos dirigimos[71]. Son los pobres, los precarios, los desempleados, los que hacen cola ante los bancos de alimento que proliferarán por-el-confinamiento-total-y-el-parón-intencionado-de-la-economía-como-medida-desesperada-de-contención-ante-el-posible colapso-del-sistema-sanitario-provocado-por-las-decisiones-de-recorte-y-privatización-de-los-mismos-políticos-salvar-la-cara-haciéndole-pagar- a-crisis-a-los-de-siempre-y-sobre-todo-por-la-desigualdad-inherente-al-sistema-capitalista (estas últimas 50 palabras las resumen arteramente en los noticieros diciendo “por el virus”, no por economía informativa sino en un intento pueril de hacerles creer que la culpa del desastre lo tiene un ser micrométrico sin consciencia que sólo se mueve por supervivencia como el propio capitalismo y no los dueños de los informativos, que sí son plenamente conscientes de lo que están defendiendo, y si no se dieron cuenta es que estamos en manos de unos locos irresponsables[72]).

Es la persistencia actual de esta apropiación, esta fluidez le llamarían, de símbolos por parte del libertarismo posmoderno, la que seguramente dio lugar a la simpática, pero relevante, confusión por la que que uno de los manifestantes habría blandido un palo de golf en una de sus expansiones, cunado fue una escoba. El ojo interpreta lo que la mente quiere, y se consideró lógico dado el distrito pudiente donde comenzó este Mayo del 2020, el mayo pudiente. Estamos en el reino del “si non e vero, e ben trovato[73], ¿no?

Tal vez haya sido sin embargo la memoria y no el ojo la que haya traicionado al subconsciente, ligando esta imagen a un icono mucho más poderoso, tal vez por el fuego, tal vez por lo evocador de esas palabras de “Banco de España” hechas pedazos, de Jon Manteca, el 23 de enero de 1987, cojo, punk, vagabundo y enfermo de sida, quien desató su ira porque vio como la policía disparaba a una estudiante y no pudo (auto)reprimirse. Aquí puede verse como no son lo mismo, no significan lo mismo. El marginado expresaba su ira social. En las manifestaciones pijas, las clases medias, en defendiendo los intereses de las altas, se sienten en comunión con las mismas.

“Todo el mundo tiene una opinión, porque ¿no es esto una democracia?” No puedes decidir sobre tu extracción, tu educación, tu trabajo, tu modelo de sociedad, tu vida en definitiva, pero si sobre qué quieres comprar, siempre que puedas permitírtelo. Como hemos visto, consumo es igual a “libertad”. No consumo, no libertad. Ahora podemos empezar a entender por qué, de los impulsores de la Guerra Civil y la dictadura, la Ley Mordaza, la pena de prisión permanente revisable, la ley de (prohibición de) partidos, la Ley Antiterrorista, la reforma laboral, los recursos contra el divorcio, el aborto, el matrimonio gay (aunque como siempre bien que se han aprovechado de ello cuando han sido aprobados) y los Estatutos, ahora llega la demanda de «libertad». ¡Vivan las caenas!

José Iglesias Etxezarreta
Barcelona, a 20 de mayo de 2020


[2] Como dijimos en José Iglesias Etxezarreta, Kaos en la Red, 10 de mayo de 2020, Guarda la rabia contra el poder: https://kaosenlared.net: “El fenómeno del  falso libertarismo facha, importado de las milicias de EEUU y por ello  tampoco demasiado entendido por sus propios promotores de Abascal y los muchachos de la mesa cuadrada, y el “primar la producción frente  a la salud” de la patronal, ambas posturas complementarias que inherentemente asumen como propio y defienden con denuedo el presente modelo de desigualdad, no tiene nada que ver, es más van directamente en contra, de la denuncia del control social y la degradación de los derechos civiles, la erosión del tejido asociativo y de la conciencia colectiva de las luchas, la destrucción de la “igualdad de oportunidades” y la enseñanza pública, el retroceso en el impulso de participación política horizontal y el engorde sin cortapisas del ejército de reserva que la adopción sin matices del modelo autoritario ha supuesto”.

[3] Daniel Bernabé, La trampa de la diversidad. Akal Editor, 2018.

[4] «Creer que podemos mantener todos los patógenos fuera de casa es casi tan tonto como la idea de que puedes contener la inmigración con un muro». Bill Maher, No podemos esterilizar el universo https://youtu.be/

[5] Los Protocolos de los Sabios de Sion fue un libro basado en el found footage avant la lettre que se escribió en 1902 en Rusia para justificar las matanzas y erradicación de las comunidades judías, y se difundió y fue utilizado para fundamentar el Holocausto por los mismos mecanismos de histeria colectiva y oscurantismo y tienen la misma base “científica” que, hoy en día, pueden tener la creencia en el plan Kalergi, Soros o las recetas médicas de Trump.

[6] Sobre esto y la proliferación del lenguaje políticamente correcto, podríamos también traer a colación a Bernabé, op.cit.: “Las administraciones progresistas han ampliado el espacio de la diversidad exponencialmente, centrándose, ya ni siquiera en los derechos civiles, sino en las formas, las maneras y el lenguaje, con el objetivo de llenar el hueco cada vez más grande que deja su inacción en lo económico y material» (…)»Cuanta menos capacidad tiene una corriente política de cambiar lo material, con más insistencia tiende a buscar las formas de influir a través de lo simbólico«.

[7] Guarda la rabia contra el poder, op. cit.: se empecinan “en criticar a los críticos a la voz del manido aforismo “los extremos se juntan”. De esta manera, a los contestatarios se nos adjunta a la extrema de la extrema derecha por nuestra oposición al Estado de Sitio, pese a que los motivos, y por tanto el significado ¿no?, sean otros”.

[8] En el propio Mayo del 68 hay manifestaciones masivas de signos contrarios, desde las que le dan vida como la de la fraternización de los cuadros obreros con los estudiantes del 13 de mayo, hasta la gaullista del 30, que, junto con la claudicación de los sindicatos, supuso el principio de su fin. O las masas que se enfrentan periódicamente en Venezuela, indistinguibles si no fuera por el color de la piel y la extracción social.


[10] Sólo hay que ver los equilibrismos y contorsiones ideológicas que han hecho algunos para fundamentar el oxímoron “nacionalista de izquierdas”, ensalada de conceptos inexistente más allá de las paranoias febriles de un Franco que agrupaba hasta “judeos” y masones (como, mira por donde, los protocolos antismeitas de los que hemos hablado anteriormente). Pero, claro, para esa izquierda que basa todo sobre su hipersensibilidad emocional, con afirmar “yo soy de izquierdas” y “yo soy nacionalista” valía para que la amalgama funcionase.

[11] ¿Cuánta opinión internacional no se ha construido sobre el suicida paradigma de “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”, obviando el hecho que Stalin o Saddam hayan sido algunos de los mayores asesinos de comunistas de la Historia?

[12] Parece derivarse del modelo trosko la desesperada búsqueda de modelos extranjeros como absurda legitimación automática de propuestas locales. Especialmente enfermiza, y divertida, fue la carrera por adjudicarse de manera sucesiva los éxitos, y librarse de ellos tras sus fracasos, de figuras –siempre el hiperliderazgo y el culto a la personalidad- del “cartero francés” Olivier Besancenot (hacia 2005-2007), Alexis Tsipras (circa 2015) o Jeran-Luc Mélenchon (del 2017 hasta la actualidad). Especialmente ridículos han sido los resultados de la apropiación de esta faceta bochornosa de la izquierda por parte del procesismo, el cual, con una ansia más lógica de reconocimiento internacional para su causa, sólo consigue acumular ex nazi tras xenofóbo flamígero tras eurosescéptico brexitero.

[13] No me pregunten a qué parte de mi memoria reptiliana, o de esclavo perseguido por la jauría en el profundo Sur, apelan, pero siempre me han resultado sobrecogedores y escalofriantes…

[14] Luís de la Curz, ¿De aquellas cencerradas estas caceroladas? https://somosmalasana.eldiario.es

[15] Es esta oportunidad de comprometerse con una causa altamente emocional, pero prácticamente sin costes represivos, ni una dedicación que absorba tiempo o recursos más allá de aquella concentración anual festiva o la compra aislada de una camiseta, uno de los motivos de la popularidad del procés entre las capas medias de la sociedad catalana, la “causa que no cuesta”. No es casualidad que ahí también se haya extendido como medio de queja la cacerolada, desde la seguridad que da el propio domicilio, inviolable en una democracia como la que dicen que no existe (pero la república sí).

 

[16] Bernabé, op.cit.: «La clase media, que no es una clase en sí misma en términos de su relación con la producción, sino una construcción entre lo cultural y el poder adquisitivo, se ha extendido a todos los estratos de la sociedad no de una forma material, es decir, a modo de riqueza, sino mediante una forma percibida y aspiracional. El neoliberalismo es capaz de redistribuir, pero sólo lo hace mediante ensoñaciones”.

[17] De la wikipedia: “By any means necessary is a translation of a phrase used by Martican intellectual Frantz Fanon in his 1960 Address to the Accra Positive Action Conference, «Why we use violence». The phrase was later used by French intellectual Jean-Paul Sartre in his play Dirty Hands and entered the popular civil rights culture through a speech given by Malcolm X at the Organization of Afro-American Unity founding rally on June 28, 1964. It is generally considered to leave open all available tactics for the desired ends, including violence; however, the “necessary” qualifier adds a caveat—if violence is not necessary, then presumably, it should not be used”.

 

[18]Tampoco hay que minimizar el que es un medio que permite cierta feminización en la visualización de la protesta, en unos países latinos donde el machismo aún campa a sus anchas: qué mejor para expresar el descontento de las mujeres que con unos utensilios de cocina, y en un papel consecuentemente subcontratado, exactamente en el que ocupan cuando las empresas de sus maridos, los “verdaderos” líderes de la oposición, se dedican a la Responsabilidad Social Corporativa: las “damas de la caridad”. Esta actitud novecentesca se complementa con el rampante clasismo conduciendo a estampas tan surrealistas como cuando las “señoras” llegan a mandar a las criadas a las concentraciones.

 

[19] Junto al de uso y al de cambio, Bernabé (op. cit.) vuelve a introducir el valor simbólico, de mecanismo de cambio de significado: «El cambio del que hablamos, de la acción colectiva al individualismo, y de lo material a lo simbólico, llega sobre todo una vez que se ha conseguido persuadir a una gran parte de la sociedad de que los bienes representan valores más allá de los propios que poseen inherentemente y que, a través de la adquisición de esos bienes-valores, es posible aspirar a formar parte de una categoría satisfactoria en la que todo el mundo es desigualmente importante y específico, diverso«. Y pone un gran ejemplo con las «antorchas de la libertad», cuando las tabacaleras consiguieron convencer a las mujeres que fumar empoderaba…

[20] El Govern se indigna por la cifra de 1.714 millares de mascarillas: “Las casualidades no existen. Con la historia no se juega” https://www.lavanguardia.com

[21] Oliver Stone, The Untold History of the United Story, second episode, Roosevelt, Truman and Wallace https://www.dailymotion.com

[22] Gar Alperovitz, con su Atomic Diplomacy: Hiroshima and Potsdam, ha dividido a la historiografía sobre la voluntariedad de retrasar o no la conferencia de Postdam en función del éxito de las pruebas en Alamogordo para impresionar a Stalin y obtener concesiones de cara al incipiente conflicto mundial entre ambas superpotencias y en su reparto de áreas de influencia en el planeta.

[23] Discurso de despedida del presidente Dwight Eisenhower, 17 de enero de 1961, en la cual el hasta entonces “halcón” definía y expresaba sus inquietudes sobre  el peso y la influencia del “complejo industrial-militar” https://www.c-span.org Hoy en día, el gasto militar total de los EEUU es de 1,2542 billones de dólares según el poco sospechoso de izquierdista Instituto Mises https://mises.org

[24] Joaquín Estefanía, El País, 20 de abril de 1996, Medio siglo sin Keynes, “El keynesianismo nació para corregir los excesos de la acción del mercado, la mercadolatría. Fue una especie de revolución pasiva del capitalismo, pues su objetivo consistió en mitigar las crueldades y los abusos más evidentes del mismo, para darle eficacia. Y también limitar los efectos de las recesiones, de modo que durante éstas, todos los ciudadanos tuviesen unos mínimos ingresos con los que sobrevivir y consumir y, por tanto, hacer más segura su existencia; el keynesianismo limitaba la indignación y la capacidad de rebeldía de los ciudadanos, de modo que evitasen las tentaciones de mirar más allá, hacia los sistemas socialistas, en los que lord Keynes, por supuesto, no creía. Él era un conservador que pretendía, mediante la acción de la política económica, ayudar a sobrevivir al capitalismo; es decir, lo contrario que Marx.” https://elpais.com

[25] Recordemos que era la época de la caza de brujas del  senador McCarthy y del máximo esplendor del control policial de la sociedad por parte de Edgar Hoover.

[26] Javier Corral Díaz, 24 de abril de 2020, ¿Qué es la doctrina del shock? https://debate21.es

[27] Hasta en detalles tan pequeños la frase de Marx en El 18 de Brumario de Luís Bonaparte sigue siendo una de las mejores del gran filósofo alemán para entender la realidad: “»La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa». Más concretamente, según marxist.org https://www.marxists.org, “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa. Caussidière por Dantón, Luis Blanc por Robespierre, la Montaña de 1848 a 1851 por la Montaña de 1793 a 1795, el sobrino por el tío”. ¿No es delicioso pensar que el Reagan de 1981 es en la astracanada ibérica de 2010 nada menos que un presidente “socialista” Rodríguez Zapatero que inauguraría el lamentable recurso al Estado de Alarma por un quítame allá esas pajas de conflicto laboral en el espacio aéreo gallego? Los dioses de la Historia son, como mínimo, caprichosos…

[28] Que no sabían aún cuan depauperado y carente de derechos de derechos se puede llegar a ser…

[29] Rudi Dutschke (Tentativas para poner a Lenin sobre los pies/La democracia obrera, el comunismo y el problema de “la abolición del trabajo”, ambos en Icaria Editorial), según Javier Menéndez Llamazares en https://info.nodo50.org: “La justificación radicaba en que no se pueden derribar las instituciones si a la vez formamos parte de ellas. Una política sin políticos, eso viene a ser la oposición ejercida desde la ciudadanía. Esa idea filoanarquista, que movilizó a los estudiantes pero no consiguió llegar hasta los obreros, encendió todas las alarmas del poder establecido de la época.

[30] José Iglesias Etxezarreta, Kaos en la Red, 20 de abril de 2020, The great rock and roll swindle. Coronavirus y capitalismo, historia de un chantaje planetario: (https://kaosenlared.net

[31] The Wild One, con Marlon Brando, 1953; Rebelde sin Causa, con James Dean (1955); Easy Rider Fonda, Nicholson, Hopper, 1969….

[32] Discurso inaugural del presidente Ronald Reagan, C-Span, 20 de enero de 1981:»In this present crisis, government is not the solution to our problems; government is the problem.» https://www.youtube.com/watch

[33] Ken Loach, My name is Joe (1998), I Daniel Blake (2016), Sorry We Missed You (2019)…

[34] Los de fuera como chivo expiatorio, los que siempre están rompiendo la paz con su mundanal ruido. Incluso la izquierda emocional tiene ese modelo de los de dentro/os de fuera. Como en Barcelona, donde parece que estén diseñando un modelo de ciudad light solo para ciudadanos responsables con derechos, como si no existieran marginados. Sin terrazas ni zoo, sin manteros ni cruceros, sin macrodiscotecas ni bares musicales, sin okupas ni putas, sin patinetes ni carricoches, sin estatuas ni grafiteros, sin huelguistas ni anarquistas, sin mendigos ni nudistas… Barcelona, una ciudad para trabajar (en lo que buenamente se pueda ya que se ve que tampoco molan ni el turismo ni la telefonía) y pasear, trabajar y pasear, trabajar, consumir y pasear hasta caer muerto de aburrimiento.

[35] Cómo se ha notado en esta “crisis” que décadas de raigambre neoliberal en los países anglosajones –no sólo gubernamentalmente con el binomio Thatcher-Reagan, sino que podríamos remontarnos culturalmente a los tiempos de Dickens y La modesta proposición de comer niños irlandeses de Swift-  han producido una ausencia de hipocresía a la hora de afrontar el tema de la pobreza. Está asumido que el capitalismo crea unos pocos ricos y muchos pobres de manera estructural, y se ha culpabilizado durante décadas la incapacidad de estos de acogerse a las “oportunidades” que han sabido aprovechar aquellos. “Rusia es culpable” se vociferaba durante el franquismo. “Los pobres son culpables” llevan repitiendo los medios y la ideología imperantes. Allí no se ha pretendido que la contención estaba dirigida a proteger a los “más vulnerables”. Si los “más vulnerables” no nos han importado nunca nada ¿para qué vamos a escenificar que nos preocupa su muerte? Y los ancianos, que para el FMI siempre han sobrado descaradamente. Esta absoluta inmoralidad del capitalismo se trató de disimular un poco en los países que aún conservan algunas de sus infraestructuras sociales públicas, pero más que nada  en favor de mantener la cara de los recortadores y privatizadores que todavía podrían sufrir repercusiones (exclusivamente electorales). Pudimos concentrarnos en proteger a «los más vulnerables» (sanitariamente) y no destruir el medio de vida de los ya precarios, pero se prefirió descuidar ancianos en mataderos, una red de aparcamientos motivada por el beneficio privado basado en un sistema que considera a los mayores «expendable» porque ni son «productivos» ni consumen mucho comparado con el «gasto» que suponen sus pensiones, degradar un sistema ya frágil de libertades y derechos civiles, y crear un problema económico global en el que media humanidad se plantea de donde llegará su sustento a final de este mes. Solo la banca ganará, pero el neoliberalismo hace tiempo que pregona sin sonrojarse que “hacerse rico es bueno”. Y nadie se cree el trickle-down economics desde casi 1896 https://en.wikipedia.org

[36] La xenofobia es como la yenka, la hace la izquierda izquierda y la derecha derecha  �� Pero es que es tan fácil echarle la culpa de todo a los extranjeros… Cuando viví en América Latina, todo era culpa de los españoles y los gringos, nada de las élites criollas que llevan gobernando 500 años. y volví a BCN a encontrarme con más de lo mismo. Todo es culpa de los de fuera: Madrid nos roba, los inmigrantes nos quitan unos puestos de trabajo que no quiere nadie y los guiris encarecen nuestras viviendas (y ensucian la imagen de una ciudad pura que nunca existió)… De la burguesía de aquí, propietaria de esas casas, de esos puestos, de esos dineros, de los especuladores nada. Al contrario, esos lideran los movimientos «populares» en pos la cortina de humo de una Ítaca imaginaria donde las contradicciones de clase no existirán porque todo el mundo ocupará gozosamente su espacio natural, ora et labora

[37] José Iglesias Etxezarreta, abril de 2016, Informe nº 11 sobre la desposesión del seminario Taifa, Cambio y comunicación en el capitalismo contemporáneo https://www.rentabasica.net

[38] El cuero está presente tanto en la revuelta como en la sumisión

[39] Originalmente el eslogan de esta pieza de dazibao estaba pensado para ser “Nous sommes tous des juifs allemands”: Marx, Adorno, Horkheimer, Arendt, Benjamin, Lowenthal, Fromm…

 

[40] Constituyendo aquí una verdadera “pinza” con los “think tanks” anglosajones que surgen sobre todo con el hundimiento de la administración Nixon y tiene su día de gloria en la reelección de George Bush. Jason Stahl, 2016, Right Moves. The Conservative Think Tank in American Political Culture since 1945

[41] Entre los cuáles están algunos de los grandes creadores del pensamiento crítico occidental, ya que no sólo atacan al marxismo, sino que, con una actitud soberbia nada “posmoderna” declaran “superados” “las críticas de Kierkegaard y Nietzsche a la racionalidad, la fenomenología de Husserl y Heidegger, el psicoanálisis de Freud y Lacan…”

[42] Por ejemplo, sacando de contexto y dándole un cariz clasista a la afirmación de Adorno de que el “arte es sufrimiento”, que viene a decir que requiere de aprendizaje, que “Y de ahí también el vínculo esencial que Adorno desvela entre arte y sufrimiento: si el arte sólo es tal en la medida en que pone ante la mirada del sujeto sus propios límites” (Berta M. Pérez, 22 de abril de 20111, http://www.scielo.org.mx), o en relación con que “no tiene sentido escribir poesía después de Auschwitz” (Gustavo Matías Robles, 6 de diciembre de 2012, La crítica al sujeto después de Auschwitz en la filosofía de Theodor W. Adorno http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

[43] Luis M. Alonso, Vattimo, del pensamiento blando al activismo, sobre uno de los exponentes más “sinceros” de esta corriente, lo describe acertadamente como “El pensamiento débil, en contraposición al fuerte que monopolizó el camino del conocimiento, se adapta, según su propia definición, a las condiciones cambiantes de la realidad y acepta distintos puntos de vista sin imponer ninguno como verdad absoluta e incontrovertible”. https://www.laopiniondezamora.es

[44] Citado en Cambio y comunicación…, op. cit. “El celebrado antipsiquiatra marxista David Cooper65, dirigiéndose a una multitud en mayo del 68, exclamó “En 1871, los comuneros de París, antes de disparar contra las tropas, dispararon contra los relojes, destrozando todos los relojes de París. Con ello, acababan con el tiempo de los otros, con el tiempo de los patrones. Y ahora, al contemplar vuestro mar de caras, veo un océano de relojes rotos”.

[45] Lewis Carroll, A través del espejo, capítulo 6, https://expreso.co.cr

“Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.

–La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo”.

[46] Dwight Macdonald, Masscult & Midcult, 1960

[47] Y no la Crítica de la razón instrumental de Horkheimer precisamente https://blogs.upm.es

[48] Juan Cruz, 18 de agosto de 2019, El País Semanal, Entrevista a Alan Rusbridger, exdirecdtor de The Guardian: “En la sociedad vemos lo que es vivir en un mundo de caos informativo, nos rodea, y está derivando en una especie de política populista que afecta a gente con poca capacidad de atención o incapaz de discernir una fuente buena de una mala. Se levanta uno y dice: Esto es lo que siento’. La emoción está superando a la razón en el mundo. Los políticos que tienen éxito son los que saben apelar a las emociones. Donald Trump es un fenómeno en este aspecto”. ¿Recuerdan cómo perdió el debate de 1988 Michael Dukakis contra Bush padre? Al contestar negativamente a la pregunta de si cambiaría su opinión contraria  a la pena de muerte en el caso de que su mujer Kitty fuera violada y asesinada. https://www.youtube.com/watch

[49] Un relativismo absoluto a su vez: “todo pensamiento es una opinión” “todo el mundo tiene derecho a opinar”, “todas las opiniones son iguales”, todos los pensamientos tienen igual valor, por lo tanto ninguno de ellos vale nada. “La Tierra es plana” es igual a “la Tierra es una esfera achatada en los Polos”.

 

[51] “Condenando” a otros, por otra parte, a vivir vidas paralelas: se destacaba como padre de la gramática generativa a Chomsky, pero se ocultaba su faceta de activista y voz crítica intachable, y muchos genios como Welles o Cassavetes debieron simultanear sus obras mutiladas con una carrera de inanes papeles alimenticios.

[52]Francis Fukuyama no van tan desencaminado en El fin de la Historia y el último hombre (1991), sólo que el surgimiento de un pensamiento único basado en la economía, basado en el TINA, en el “no hay alternativas” de Thatcher, debería haber sido expresado como un objetivo que se ha alcanzado prácticamente en su totalidad, pero se le olvidó leer a un “antropólogo” francés llamado René Goscinny, cuya principal tesis es que todavía hay alguna “irreductible aldea gala que resiste”.

[53] Daniel Bernabé, op. cit.

[54] Chris Harman, 2003, The Lost Revolution. Germany 1918 to 1923, Haymarket Books

[55] Recuerden  las diferencias entre partidario y político, términos que la democracia parlamentaria ha querido que, en su desprestigio interesado, nos parezcan sinónimos. Aunque sea como homenaje póstumo a Julio Anguita, que era muy severo a la hora de valorar el abismo que las separa. José Iglesias Etxezarreta, Kaos en la Red, 12 de mayo de 2020, Anguita y El País de las mentiras https://kaosenlared.net

[56] De entrada, porque aquí manda el capital. Vayan atándose los machos ante la que nos preparan. Ya están empezando a inundar los medios de ponzoñas de nuevos recortes y privatizaciones que van a hacer parecer el tsunami de 2008 a la olita de esa piscina comunitaria que ya no te van a volver a dejar usar tranquilo. Por ejemplo, Diego Barceló Larrán, en Libertd Digital, ahí es nada, Diez medidas para reactivar la economía en la crisis del coronavirus sin tocar el gasto público https://www.libremercado.com Dentro de la dicotomía artificial economía/salud de la que tantas veces hemos hablado, después del control social impulsado por la esfera “sólo salud”, ahora se nos va a venir encima la despiadada avalancha de los “solo economía”.

[57] Uno de los ejemplos más graciosos de esta actitud es la de Alfred Bosch, anterior líder del grupo municipal de ERC en Barcelona, con la interconexión del tranvía por la Diagonal, infraestructura lógica pero con una enconada polémica -tan grande que fue uno de los motivos que le provocó la pérdida de la alcaldía al partido socialista tras 35 años de gobierno ininterumpido-, al proponer unir los dos extrarradios obreros de BCN, el del Besòs y el del Llobregat, pasando por una de las zonas más señoriales de la ciudad condal. Pues bien, su grupo está totalmente en contra de la medida ¿no? Así, el 13 de marzo de 2018, “ERC da la puntilla a la interconexión del tranvía por la Diagonal” https://elpais.com ¿O no? Antes de un año, el 8 de enero de 2019, “ERC se abre a desencallar el proyecto del tranvía” https://www.metropoliabierta.com ¡Toma ya! Lo importante no es la movilidad, ni los ciudadanos, ni la contaminación, ni los pros ni los contras. ¡Al cuerno! ¡Fruslerías! Aquí lo único que importa es quien le pone el apellido al niño

[58] Que como todo el mundo sabe está fundamentada en el diseño de una red de computadoras que realizó una agencia con nombre de película para el Departamento de Defensa ante dicha eventualidad.

 

[59] E.F. Schumacher, 1973, Small Is Beautiful: A Study of Economics As If People Mattered

[60] ¿Y cuándo dejaron de serlo? Se preguntarán.  En el fondo eran demasiado igualitarios para la propia burguesía, mucho más fans de Napoleón, la figura del dictador romano, siempre presente para sacarle las castañas del fuego a la República cuando realmente hace falta  “un hombre fuerte” (Roma, Weimar, Roma de nuevo… Star Wars)

[61] Concepto de Julio Anguita, la tendencia o la tentación de respetabilidad.

[62] Pier Paolo Pasolini, Saló o los 120 días de Sodoma, 1975

[63] Aún que tenga menos competencias, hay quien aspira a ser Baviera, como si Baviera no fuera mucho más conservador y opresivo que Bonn. En Catalunya, por ejemplo, los mayores problemas en este sentido ha venido, no de que los seguidores se hayan creído las mentiras de sus líderes, sino que estos han roto la norma del camello: nunca consumas la mierda que despachas.

[64] En Catalunya, en concreto los Mossos d’Esquadra han desarrollado un historial de brutalidad y excesos, con las muertes del empresario Juan Andrés Benítez y del actor Alfons Bayard, y la ejecución sin juicio de los terroristas del 17-A,  como sucesos más representativos, no se sabe si producto de su entrenamiento israelí o por su origen como somatén de Felipe V.

[65] De verdad, ¿alguien podría explicar de forma racional, siguiendo una lógica de causa-efecto, por qué habiendo 194 países (y una República imaginaria) a día de hoy en el mundo, el país del que más se habla en España es Venezuela?  Sin reírse, ni referirse a motivos artificiales relacionados con los intereses de las clases dominantes.

[66]José Iglesias Fernández, 1 de diciembre de 2016, Común. Más allá de la propiedad, el poder y el capital,  ¿Agrietar el capitalismo para construir desde sus pliegues o márgenes? En cualquier caso, de lo que se trata es de “cultivar ideas y resistencias y desarrollar procesos de autonomía social”. Si ser de izquierdas es pertenecer a una forma de pensar y de actuar, la izquierda tiene que volver a ser coherente y combinar la praxis con la utopía”.


[67] Joaquín Sabina/Antonio Flores, Pongamos que hablo de Madrid, https://www.youtube.com/watch

[68] Theodor Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica del Iluminismo/ Georg Lukkacs, Hstoria y conciencia de clase

[69] Karl Marx y Frederich Engels, El Manifiesto Comunista

[70] Ben Stein, 2006, The New York Times, In Class Warfare, Guess Which Class Is Winning https://www.nytimes.com En una entrevista con Reuters, Buffett, uno de los hombres más ricos del planeta, admitió que “por supuesto que existe la lucha de clases, y por ahora la mía va ganando”

[71] George Orwell, 2017, El poder y la palabra: 10 ensayos sobre lenguaje, política y verdad: «El propósito de la neolengua no era solo proporcionar un medio de expresión (…) sino que fuese imposible cualquier otro modo de pensar» https://books.google.es/books

[72] José Iglesias Etxezarreta, Kaos en la Red, 21 de mayo de 2020, ¿De verdad que no os lo esperabais?, https://kaosenlared.net

[73] Giordano Bruno, 1584, De gli eroici furori


Fuente → kaosenlared.net

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