Vaya por delante que no me gustan los programas de vísceras, como el que conduce Jorge Javier Vázquez, pero el pronunciamiento que el periodista de Badalona manifestó en estudio lo sitúa en el candelero.
Una primera lectura podría ser que las situación surgió improvisadamente y que Jorge Javier Vázquez estaba -como moderador- poniendo límite a un colaborador como parece en el vídeo siguiente. Adjunto el vídeo más completo de la situación. cadenaser.com
Siguiendo la suposición, forma parte del trabajo de un moderador poner límite a los tertulianos y Jorge Javier podía haber decidido no permitir mezclar churras con merinas. A su manera, escenificando su histrionismo cuando se echa al suelo, pero poniendo límites a colaboradores que aprovechan cualquier resquicio para colar aspectos políticos en un programa cuya temática no es ésa.
Las redes se encienden, a favor y en contra, e incluso hay quien -desde la arena política- intenta arrimar el ascua a su sardina, enfrentamientos entre Paula Vázquez y Jorge Javier Vázquez…en fín un no parar porque en pleno pollo televisivo, Jorge Javier suelta “este programa es de maricones y rojos y quien no lo quiera ver, que no lo vea”. Eso es una manera de perder televidentes y Jorge Javier sabe que ésa no su tarea, precisamente. E incluso va diciendo -en declaraciones posteriores- que si le van a dar otro Ondas por ello pues lo irá a recoger…ahh amigo…
Dudo de que ésta haya sido una reacción espontánea. En un plató nada sale en antena si no está pactado, previsto o si se tiene pericia para evitarlo. Vemos en el vídeo que el director del programa, David Valldeperas, se regodea con el espectáculo y no echa freno, como tampoco echa mano de ningún recurso para evitar que salga en antena, como poner publicidad o cualquier video. Con un solo gesto o comentario al moderador vía pinganillo, cambiamos de tema y la situación no se dispara. Además, el guionaje que lleva “Sálvame” en cuanto a los numeritos de colaboradores y presentador no deja lugar a dudas. Si además sumamos que, al día siguiente, la prensa rancia utiliza la persona de Jorge Javier para atizarle cual muñeco de feria, huele a campaña política.
Por tanto cabe una segunda lectura: numerito premeditado para que cierto partido esté presente más a menudo en las tertulias no políticas de Mediaset para incrementar sus simpatizantes. Los partidos saben en qué programas tienen cabida y en cuáles, no. Cuando un programa crece mucho, se convierte en caramelito de campaña para aquél partido que se sirve de mecanismos ruines para llegar a votantes que no están conectados con la programación sobre política. Un público que antepone el cotilleo a la programación sobre política que comparte horario demuestra el desinterés por ésta. ¿Cómo hacerlo? Irlo a buscar en el programa que estén porque además -como partido- sé el perfil de televidente de ese programa. Y seguramente me interesa ampliar simpatías en ese perfil de televidentes para que se traduzcan en votos luego. Es sencillo: se acuerda montar un numerito de impresión por parte de un presentador estrella de programas víscera, disfrazado de izquierda para atacar al fascismo y que el conductor del programa no muestre más argumento que el histerismo. Victimiza a ése partido y genera una capacidad de arrastre en los medios a lo largo de días.
Sabrá Jorge Javier Vázquez, David Valldeperas, Mediaset y Telecinco a qué juegan: en mi opinión, a generar opinión política con calzador y de la manera más ruín, en espacios no destinados a política. Con destinar un espacio a que el partido de marras hable de sus propuestas, eres sincero con el espectador. Es más digno y da tiempo a cambiar de canal. Cuidadín con programas con contertulios, ni que traten sobre punto de cruz. Saben que tienen a la audiencia en casa, con la tv puesta y no desaprovecharán momentos de oro para generar un estado de opinión no excesivamente analítico. Y no son los únicos. Luego hay quién se pregunta de dónde salen los escaños de VOX…
Una primera lectura podría ser que las situación surgió improvisadamente y que Jorge Javier Vázquez estaba -como moderador- poniendo límite a un colaborador como parece en el vídeo siguiente. Adjunto el vídeo más completo de la situación. cadenaser.com
Siguiendo la suposición, forma parte del trabajo de un moderador poner límite a los tertulianos y Jorge Javier podía haber decidido no permitir mezclar churras con merinas. A su manera, escenificando su histrionismo cuando se echa al suelo, pero poniendo límites a colaboradores que aprovechan cualquier resquicio para colar aspectos políticos en un programa cuya temática no es ésa.
Las redes se encienden, a favor y en contra, e incluso hay quien -desde la arena política- intenta arrimar el ascua a su sardina, enfrentamientos entre Paula Vázquez y Jorge Javier Vázquez…en fín un no parar porque en pleno pollo televisivo, Jorge Javier suelta “este programa es de maricones y rojos y quien no lo quiera ver, que no lo vea”. Eso es una manera de perder televidentes y Jorge Javier sabe que ésa no su tarea, precisamente. E incluso va diciendo -en declaraciones posteriores- que si le van a dar otro Ondas por ello pues lo irá a recoger…ahh amigo…
Dudo de que ésta haya sido una reacción espontánea. En un plató nada sale en antena si no está pactado, previsto o si se tiene pericia para evitarlo. Vemos en el vídeo que el director del programa, David Valldeperas, se regodea con el espectáculo y no echa freno, como tampoco echa mano de ningún recurso para evitar que salga en antena, como poner publicidad o cualquier video. Con un solo gesto o comentario al moderador vía pinganillo, cambiamos de tema y la situación no se dispara. Además, el guionaje que lleva “Sálvame” en cuanto a los numeritos de colaboradores y presentador no deja lugar a dudas. Si además sumamos que, al día siguiente, la prensa rancia utiliza la persona de Jorge Javier para atizarle cual muñeco de feria, huele a campaña política.
Por tanto cabe una segunda lectura: numerito premeditado para que cierto partido esté presente más a menudo en las tertulias no políticas de Mediaset para incrementar sus simpatizantes. Los partidos saben en qué programas tienen cabida y en cuáles, no. Cuando un programa crece mucho, se convierte en caramelito de campaña para aquél partido que se sirve de mecanismos ruines para llegar a votantes que no están conectados con la programación sobre política. Un público que antepone el cotilleo a la programación sobre política que comparte horario demuestra el desinterés por ésta. ¿Cómo hacerlo? Irlo a buscar en el programa que estén porque además -como partido- sé el perfil de televidente de ese programa. Y seguramente me interesa ampliar simpatías en ese perfil de televidentes para que se traduzcan en votos luego. Es sencillo: se acuerda montar un numerito de impresión por parte de un presentador estrella de programas víscera, disfrazado de izquierda para atacar al fascismo y que el conductor del programa no muestre más argumento que el histerismo. Victimiza a ése partido y genera una capacidad de arrastre en los medios a lo largo de días.
Sabrá Jorge Javier Vázquez, David Valldeperas, Mediaset y Telecinco a qué juegan: en mi opinión, a generar opinión política con calzador y de la manera más ruín, en espacios no destinados a política. Con destinar un espacio a que el partido de marras hable de sus propuestas, eres sincero con el espectador. Es más digno y da tiempo a cambiar de canal. Cuidadín con programas con contertulios, ni que traten sobre punto de cruz. Saben que tienen a la audiencia en casa, con la tv puesta y no desaprovecharán momentos de oro para generar un estado de opinión no excesivamente analítico. Y no son los únicos. Luego hay quién se pregunta de dónde salen los escaños de VOX…
Fuente → neusagullo.wordpress.com
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