Celedonio Molina Alba, comunista, murió de hambre y frío en la prisión franquista de Valdenoceda
 

Celedonio Molina Alba, comunista, murió de hambre y frío en la prisión franquista de Valdenoceda (Burgos) en 1941

Celedonio Molina Alba nació en 1894 en Navas de Ricomalillo (Toledo), donde llegó a ser alcalde. Desde allí marchó a Anchuras (Ciudad Real), donde se casó con Dionisia Sánchez; en ese pueblo nació su hija. Celedonio era herrero, miembro de la UGT y afiliado a la AS de Anchuras de los Montes. Fue elegido concejal en las elecciones municipales de abril de 1931 ejerciendo como alcalde pedáneo de Enjambre. Estuvo en prisión y fue depuesto de su cargo por su participación en la revolución de octubre de 1934, siendo repuesto después del triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936. Se incorporó al PCE en agosto de ese año.

Finalizada la guerra civil fue apresado el 6 de julio de 1939, e internado en la prisión de Ciudad Real. Los franquistas le sometieron a juicio sumarísimo sin garantías legales, y resultó condenado a 20 años de reclusión por ‘adhesión a la rebelión’. Le trasladaron al penal de Valdenoceda (Burgos) el 24 de septiembre de 1940, en vagones de ganado, alejándole todo lo posible de su familia. Su hija no volvió a verlo nunca más, la niña se crió sin su padre. En Valdenoceda, Celedonio perteneció a la organización comunista de la misma. Celedonio Molina Alba murió en aquel horrible penal, de frío y hambre, el 12 de marzo de 1941. Dejó huérfanos 2 hijos y 5 hijas. La prisión de Valdenoceda estuvo abierta desde finales de 1938 hasta agosto de 1943; se tiene constancia oficial de que en el penal murieron 154 presos Republicanos.

La Agrupación “Exhumación de Valdenoceda” entregó a la familia de Celedonio sus restos el 12 de abril de 2015. Se da la circunstancia de que la hija de Celedonio falleció 2 semanas antes de que se realizara la entrega. La nieta de Celedonio, Nieves, se desplazó a Valdenoceda a recoger los restos de su abuelo. Fue un momento muy emotivo, de recuerdo hacia el abuelo, pero también hacia su madre, hija de Celedonio. Remitió esta carta a la Agrupación, que supone el homenaje particular de toda la familia a Celedonio y los demás represaliados:

“Con todo el amor por parte de su familia, queremos dedicar unas palabras a Celedonio Molina, un hombre honrado, trabajador e inocente que, gracias a la justicia, el perdón y la humanidad de que hicieron gala los vencedores de nuestra Guerra civil (denominada “Santa Cruzada” por la Iglesia Católica) fue misericordiosamente condenado a ser separado de una mujer y 7 hijos desamparados, y a morir de hambre y de frío en Valdenoceda.

Su único delito: pensar de manera diferente a la de sus verdugos y apostar por una República que, con sus errores, luchó por poner un poco de justicia social, modernidad, bienestar y dignidad en la vida de miles de personas empobrecidas y desesperadas.

Toda la honra y toda nuestra admiración para Celedonio y, cómo no, para todos los inocentes que sufrieron tan inhumano castigo y por todos los valientes que dieron su vida luchando por una España mejor para los más desfavorecidos.

Nunca os olvidaremos”.

Documentos: Exhumacion valdenoceda (1, 2 y 3). Fundación Pablo Iglesias. La Vanguardia


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