
El detalle de informar sobre una dolencia en el más alto
mandatario de Estado tuvo un efecto dominante en la Historia, ya que
provocó que se acusara a España de ser el lugar donde se originó la
gripe que asedió el mundo durante los años venideros. La «gripe española», escribió la Royal Academy of Medicine de
Gran Bretaña en un alivio de responsabilidades. Ninguna nación
implicada en la Gran Guerra, próxima a su fin, quiso reconocer que
también padecía aquella pandemia. España, ajena al conflicto, cargó con
la cruz.

Las medidas de contención se emitían aunque nadie tuviera idea de cómo frenarla, típico de #MarcaEspaña.
El tiempo ha demostrado que las ciudades que fueron más tajantes con
el virus fueron las que antes pudieron volver a la normalidad y no
estancarse económicamente, según un estudio de la Reserva Nacional de
EEUU publicado en The Economist.
Pese a los muertos, las crónicas de la época revelan cómo el carácter español no ha perdido la capacidad para reírse de todo.
Si ahora no falta espacio para las bromas sobre la covid-19, en la
España de 1918 «la gripe se convirtió en uno de los temas preferidos de
chistes y chascarrillos a la vez que llenaba las páginas de los
diarios de divertidas caricaturas alusivas», rememora José Luis Betrán Moya en su investigación, titulada The Spanish Lady, nombre con que el que se conoció la gripe en Reino Unido.
Fuente → lasrepublicas.com
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