El republicano autor del Toro de Osborne:
 
El republicano autor del Toro de Osborne:
Manolo Prieto, autor del mítico Toro de Osborne, era militante del Partido Comunista. Hay que decir que su obra más conocida trascendió a su creador, que antes de encumbrarse como diseñador elaboró carteles para el bando republicano durante la guerra civil.

Manolo Prieto aportó al imaginario colectivo una de las imágenes más poderosas del panorama de la gráfica internacional, y la más poderosa a nivel nacional, nombrada imagen española del siglo XX.
 
 
 
Toro de Osborne.
Un toro que, con el paso del tiempo ha sobrepasado cualquiera de sus planteamientos y objetivos previos publicitarios, hasta convertirse en imagen fundamental de nuestra historia visual, llegando incluso a ser imagen de España en el extranjero.

La razón de todo ello la podemos encontrar, tal vez, en que cumple la máxima de Cassandre sobre las condiciones necesarias en la imagen publicitaria que “dirigida al apresurado viandante, hostigado por un alud de imágenes de todas clases, ha de provocar sorpresa, violentar la sensibilidad y señalar la memoria de una huella indeleble”.

El dibujo que Manolo Prieto entregó a Osborne, y el uso que se dio y para el que había nacido, símbolo de la marca de brandi Veterano, fueron superados cuando las primeras vallas comienzan a instalarse en puntos estratégicamente elegidos de la geografía española, convirtiéndose en testigos mudos del paisaje, en figuras que proyectan una de las imágenes más singulares y emblemáticas de nuestra cultura.

En 1994, cuando el Ministerio de Obras Públicas reguló la presencia de vallas publicitarias en las carreteras estatales. Entre ellas, se ordenó también  la retirada de los toros. Artistas, políticos y asociaciones culturales se movilizaron para mantener las efigies taurinas en el paisaje español. Ese mismo año, el Congreso de los Diputados declaró los toros de Osborne “patrimonio artístico y cultural de los pueblos de España”. Tres años más tarde, el Tribunal Supremo dictó una sentencia a favor de su mantenimiento. Durante cuatro décadas decorando las carreteras españolas, el anuncio de brandi se había convertido en algo espinoso y contradictorio, compartido por unos y denostado por otros: un símbolo de identidad nacional.

Hay que añadir que en una madrugada de 2002, un grupo no identificado serró el último Toro de Osborne que quedaba en Cataluña por ser “españolista” y “el símbolo estrella del anticatalanismo más rancio”. 
 

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