José Meliá o cómo hacer negocios al amparo de Franco: El 4 de mayo de 1911, nacía en Campaña (Valencia) el empresario turístico José Meliá Sinisterra. Según la Real Academia de Historia,
su familia era propietaria de una empresa exportadora de naranjas y
consignatarios de buques y mandó a su vástago a Francia y Gran Bretaña
para formarse. Después de trabajar en la empresa familiar, el joven
Meliá tuvo una revelación con 33 años: “Comprendí que la posguerra
traería consigo el deseo de viajar y de contemplar nuevos horizontes”.
Por ello, en 1944, abrió una Oficina de Turismo y, solo
tres años después, Viajes Meliá S.A. era una de las marcas más
importantes del sector turístico, comenzando su expansión con la compra
de hoteles, primero en Mallorca y luego en el resto de
España y el mundo. Meliá se iba a convertir en un magnate de uno de los
pilares económicos de capitalismo español: el turismo
Meliá construyó su imperio durante el franquismo y bajo el amparo de Franco. Según cuenta Mariano Sánchez Soler en su libro La familia Franco S.A. (Rocaeditorial, 2019) –la reedición corregida y ampliada de Los Franco S.A.–, José Meliá formaba parte del “clan de El Pardo”,
un reducido grupo que conformaban la familia del dictador y un puñado
de grandes empresarios. Y es que, su cercanía con el franquismo le viene
de su juventud. Dos años después de que estallara la Guerra Civil,
Meliá Sinisterra se unió al bando nacional como voluntario, llegando a alcanzar el grado de alférez y siendo miembro del Servicio de Información Militar y jefe de la Policía Militar de Barcelona.
Sin embargo, su gran enlace con Franco fue José María Sanchiz Sancho,
apodado ‘el mago de El Pardo’ y, en palabras de Pilar Franco, “el ser
más tortuoso de la creación”. Sanchiz Sancho fue el tío político de Cristobal Martínez Bordiú,
marqués de Villaverde y el marido de la única hija de Franco, Carmen
Franco. José Meliá consiguió captarle como consejero de su compañía de
viajes y de esta forma se abrieron las puertas del régimen a los negocios turísticos del valenciano.
La relación con Sanchiz Sancho era de vital importancia para
acercarse al dictador. ‘El mago’ era uno de los hombres de confianza de
Franco, un auténtico fontanero, el señor Lobo del Régimen. Sanchiz Sancho fue el titular de Explotación de Valdefuentes S.A.,
la compañía propietaria de la finca Valdefuentes, de casi diez millones
de metros cuadrados, una de las más importantes propiedades del
dictador, lugar en el que ahora se sitúa el centro comercial Xanadú,
a las afueras de Madrid. Y hasta él llegaron los tentáculos de José
Meliá que, aunque vendió su imperio hotelero a la familia Escarrer en la
década de los 80 tras una enorme deuda contraída con el Banco Coca, se mantuvo como presidente honorífico hasta su muerte en 1999.
El consuegro de un historietista del Régimen
“En la basílica de San Francisco el Grande se ha celebrado el enlace matrimonial de la señorita Maripi Meliá Goicoechea con don Juanjo de Aróztegui Huarte”. Así recogía la edición matinal del ABC del 27 de abril de 1966
la boda de la hija de José Meliá, María Pilar, como su madre. Como
cuenta la crónica, fueron testigos de su boda algunos importantes cargos
franquistas de la época como Faustino García Moneó, ministro de
Comercio, Germán Burriel Rodríguez, subsecretario de Asuntos Exteriores,
o Alejandro Rodríguez de Valcárcel, vicesecretario general del
Movimiento. Pero también nombres relacionados con la legislación en
materia turística, lo que da fe de las buenas relaciones del padre de la
novia con el sector público: Antonio Rodríguez-Acosta, subsecretario de Turismo; Juan de Arespacóchaga y Felipe, director general de Promoción del Turismo; León Herrera y Esteban, director general de Empresas y Actividades Turísticas; y Alberto de Uribe y Uriarté, presidente nacional de Hostelería. La crónica del ABC daba buena cuenta de la fantástica relación que Meliá mantenía con el statu quo político-económico de la dictadura.
Sin embargo, a pesar de sus ya buenas relaciones políticas, esa boda
iba a afianzar todavía más sus cercanía al régimen franquista. Ese día se convirtió en consuegro de Avelino de Aróztegui y Vastoure, arquitecto e historietista del aparato propagandístico del Movimiento Nacional.
De Aróztegui y Vastoure –o Bastoure– llegó a ser director artístico del tebeo falangista Flecha, posteriormente denominado Flechas y Pelayos a partir de 1938, del que fue subdirector. Fue un habitual de La Ametralladora o Maravillas, y de otras revistas como Unidad, Esto o Cucú. Sus dibujos también ilustraron libros como Poemas de la Falange Eterna, de Federico de Urrutia, y cartelería fascista .
Otro de los hijos de José Meliá, de idéntico nombre que su padre, fue diputado en la III Legislatura (1986-1989) en el Congreso de los Diputados por la Coalición Popular, el partido de transición entre Alianza Popular y el actual Partido Popular. Un año antes había abandonado la presidencia de Viajes Meliá.
Fuente → Yoibextigo
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