¿Qué tal si hablamos de la monarquía española?

¿Qué tal si hablamos de la monarquía española? 
Manel Mas

Según leemos en la constitución, España es una monarquía parlamentaria, un estado de derecho y una democracia consolidada de las más modernas que existen y equiparable a las del resto de Europa. Esto significa que, en teoría, existe libertad de expresión, de reunión, de manifestación, etc., etc., para que sea así es indispensable una separación de poderes entre el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Deberemos preguntarnos: ¿Es así realmente?

La historia de Borbones no es precisamente ejemplar, desde el primero (de aciago recuerdo para Cataluña) hasta los actuales, no recuerdo ninguno que me venga a la memoria para destacar sus grandes cualidades de hombre de estado y preocupado por los habitantes de su reino.

De siempre he oído decir que el rey reina pero no gobierna. Y por el que observo en las otras monarquías europeas este dicho se cumple escrupulosamente. Tampoco intervienen en las tareas de gobierno, su trabajo es de representación y protocolo como representante del país. Si hace otras funciones como por ejemplo inauguraciones de obras públicas o similares, lo hace por indicación del gobierno.

Si nos fijamos detenidamente en lo que dice la constitución española, observaremos que al rey se le ha otorgado el mando de las fuerzas armadas y, arbitra y modera el funcionamiento de las instituciones. Este arbitraje parece que la monarquía española no lo acaba de entender o no es lo que desearía. Vean el video del catedrático i profesor de derecho Constitucional Javier Pérez Royo youtube.com titulado: ESPAÑA NO ES UNA MONARQUIA PARLAMENTARIA.

Ya hemos podido ver, a través de la historia, la forma de gobernar de los grandes monarcas que ha tenido el reino de España. Su obsesión y absolutismo han sido su forma de gobierno además de su enriquecimiento personal que los ha llevado, incluso, al robo sin tener en cuenta al pueblo ni el buen gobierno con las colonias que, una por una, obtuvieron su independencia significando el ocaso de aquel imperio donde no se ponía el sol.

En pleno siglos XX y XXI y en una monarquía parlamentaria, era de suponer que un rey moderno no actuaría de la misma forma que sus antepasados pero, a estas alturas, no ha estado así. Juan Carlos I ha seguido persiguiendo la fortuna que no tenía hasta conseguirla. No se trata solo de los 100 millones de Arabia Saudí que ahora investiga la justicia de Suiza o el nuevo fondo reciente descubierto y que implica a Felipe VI, su colección de intermediación y las comisiones percibidas tienen una larga historia. Si quieren conocer todos los detalles pulsar este enlace.

Cómo habrán podido comprobar, en sus anuales mensajes navideños, el actual monarca y el emérito han defendido siempre la virtud y el ejemplo que están obligados a observar los dirigentes y responsables políticos y su lucha (?) contra la corrupción. Traducido significa “cinismo”.

FELIPE VI RENUNCIA A LA HERENCIA – SIN VALOR LEGAL ALGUNO – 


No ha sido ningún gesto de honestidad que Felipe VI renuncie a la herencia del padre, cosa que no puede hacer hasta su muerte. Intentando quedar bien ha suprimido el dinero que percibía el emérito, hasta ahora, por haber salido a la luz un fondo «offshore» del que es beneficiario. El que pasa es que desde hace un año ya lo sabía, pero ahora se ha descubierto y quiere aparentar ser honesto ante la ciudadanía.

¿Conseguiremos algún día poder librarnos de esta monarquía? Si tan democrático es el estado español, no tendrá miedo para plantear un referéndum donde se formular a los ciudadanos una pregunta muy fácil: ¿Monarquía o República?, o… ¿Se negará diciendo que es inconstitucional?


Fuente → diario16.com

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