La inviolabilidad del rey de España

La inviolabilidad del rey de España
: Según la Constitución de 1978, en su título II, artículo 56.1, el rey: ”(…) ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes”, y en el punto 3, “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64.1, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2

El citado art. 64.1 dice: ”Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes (…)”; y en el punto 2 “De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden”.

El artículo 65.2 fija: “El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa”.

En definitiva, el rey es inviolable, exclusivamente, en las funciones legales establecidas por la Constitución, no en y por las actividades privadas que realice privadamente (si es que efectivamente puede realizar, ya que, cabe deducir que su dedicación ha de ser exclusiva a las funciones constitucionales).

De acuerdo con estas premisas, la actividad real debe estar tasada y sus actividades deberían ser transparentes, diáfanas y ejemplares, como han dicho en múltiples ocasiones tanto el rey emérito Juan Carlos I, como el actual, Felipe VI; ahora bien, la realidad ha sido totalmente contraria, de una monarquía expropiada (los bienes nacionales de Alfonso XIII, pasaron a la Segunda República española el 14 de abril de 1931), una vez reinstaurada en el año 1975 (tras la guerra incivil y la dictadura franquista), pasamos a una monarquía cuyo patrimonio es un secreto de estado, pero que publicaciones neutrales, de EEUU, como Forbes y el New York Times, hace unos años cuantificaron en un patrimonio multimillonario. La información de este periódico, recogida por J. Antequera (Diario 16, del 4 de enero del 2019 “pese a que Juan Carlos, tras la muerte de Franco, llegó al trono casi sin dinero. La investigación del rotativo neoyorkino mantiene que el rey pudo haber aceptado regalos y comisiones en nombre del Gobierno español, llegando incluso a recibir “yates, una casa en una isla y automóviles de lujo”. De otra manera, ahorrando los 8,3 millones de euros anuales que se ha embolsado por vía de los Presupuestos Generales del Estado desde 1975, nunca podría haber llegado a ese nivel de riqueza”.

Juan Carlos I, en su primera carta dirigida a su hijo, con fecha del 5 de setiembre de 1984, le dijo: “Hemos de constituir una familia estrechamente unida”. Y añade que no debe haber “fisuras ni contradicciones, pues no podemos olvidar que en todos y en cada uno de nosotros están fijos siempre los ojos de los españoles a los que debemos servir con alma y vida”; y en la última carta, fechada el 6 de junio de 1985, le aconsejó: “No olvides jamás quien eres y el alto destino al que estás llamado; no dejes de pensar en que los ojos de los españoles están constantemente fijos en ti y que todas tus acciones serán comentadas y juzgadas con detalle”.

Pero todos sabemos lo fácil que es aconsejar, haciendo bueno el refrán “haz lo que digo, no lo que hago”, y buena muestra la tenemos, desde hace años, con el tema expuesto por Corinna, recrudecido actualmente, por diferentes tribunales europeos, y que, expuso El Periódico el pasado día 6 de marzo: “La examiga del Rey emérito Corinna zu Sayn-Wittgenstein denunciará a Don Juan Carlos en los tribunales de Londres por amenazas y el acoso que dice sufrir desde el 2012, cuando salió a la luz su relación después del viaje que realizaron juntos a Botsuana, para que no revele secretos de Estado que, según ella, le acusan de tener en su poder”.

Evidentemente, la justicia española, empezando por la fiscalía, así como los partidos políticos unionistas, únicamente velan por el “problema” catalán, y asumen como natural y consustancial, la presunta corrupción de la monarquía, así como la de todo el sistema del estado profundo español. Y, ante una situación como ésta, qué podemos esperar de las actuales negociaciones de los independentistas catalanes con el gobierno socialista español (del PSOE), obligado a mantenerlas, si quiere conseguir la aprobación de los presupuestos generales del estado, por parte de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), pues más bien no podemos esperar nada, ya que el estado profundo nunca, y nunca es nunca, perderán su carácter de conquistador castellano / extremeño, y, no lo olvidemos, como dijo en su día el franquista Fraga Iribarne, Catalunya es tierra conquistada, y no se le debe dar ni agua.

Lo triste es que las ilusiones de gran parte del pueblo catalán, que queremos votar nuestro destino, no encontremos ayuda ni apoyo de ningún estado europeo, ni de ningún otro espacio geográfico, para permitirnos votar y contarnos, los que queremos dar un gran portazo a esa España represora, con tintes franquistas hacia el interior, y con un pretendido barniz democrático de cara al exterior.


Fuente → rebelion.org

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