La celebración de los verdugos duró 48 horas. Su reino, 40 años. Cuando las tropas franquistas entraron en la pequeña localidad de Elgeta, los mandos dieron 2 días de “asueto” a sus soldados. Querían que descansaran y festejaran. Las calles de Elgeta se inundaron de horror mientras eran pisadas por tipos que lanzaban soflamas fascistas. Los franquistas mataron a personas desarmadas, civiles, milicianos y gudaris apresados, y violaron a mujeres y niñas. Aquellas 48 horas se hicieron eternas. La impunidad de las bestias, también.
En la madrugada del día 24, varios sublevados, seres sin alma ni estómago, acudieron al caserío Sesto-Gain, con la intención de violar a Antxoni Tellería Lamarain, una jovencita de 14 años. Sus padres intentaron evitar la tropelía interponiéndose entre los soldados y su hija. A Pedro le dispararon 2 veces en la cabeza, matándole en el acto. En el 2º disparo, la bala arrancó también varios dedos a Antxoni, cuando puso la mano sobre la cabeza de su padre. A continuación, a culatazos, golpearon en la cabeza a Frantsizka, que murió a los pocos días. Todo delante los aterrorizados ojos de la niña. Después continuaron su agresión violando a Antxoni hasta cansarse.
En el caserío Antzuategi Bastarrekoa fueron ejecutados 9 personas, entre ellas José Vicente Garai Arenaza, su propietario, un hombre que cometió el gravísimo delito de salir a la puerta de su vivienda para ver qué pasaba. Se encontró allí con 4 jóvenes milicianos que se convertirían en sus compañeros de muerte. Los franquistas cogieron a Garay y a los chavales y los fusilaron. A los milicianos los enterraron debajo de un manzano, con la firme intención de que nunca, nadie, supiese de sus restos. Al dueño del caserío lo dejaron allí tirado: ni siquiera se tomaron la molestia de echarle tierra encima.
En la Fosa Intxorta se han localizado 3 milicianos Republicanos, entre ellos probablemente Luis Elicegui Arregui, 24 años, natural de Donostia, del batallón Dragones. En la Fosa Antzuategui Bastarrekoa se han hallado al menos 3 cadáveres, fusilados sin juicio previo tras ser detenidos en la toma de Elgeta. La fosa se hizo, probablemente, aprovechando un cráter producido por la aviación alemana. Además fueron ejecutados otros 3 vecinos de Elgeta en los días posteriores a la entrada de las tropas rebeldes: Canuto Ugalde Marcaide (concejal Republicano), Dimas Aranzeta Etxezarreta e Hilario Aranzeta Aranzeta.
Una jueza de la localidad de Bergara admitió a trámite la querella presentada por el ayuntamiento, para esclarecer al menos 14 crímenes franquistas cometidos tras la toma del pueblo. Sin embargo, la sensación de justicia duró muy poco: La magistrada que había admitido la denuncia estaba en esa plaza en calidad de sustituta, así que a las pocas semanas regresó a su puesto. El juez titular decretó el sobreseimiento de la causa. Fin del espejismo.
La “modélica” transición española, la que se quiso mostrar al mundo como ejemplo a seguir, estuvo basada en la represión a los luchadores obreros y populares y en un obsceno pacto de impunidad que bajo la cantinela de la “reconciliación nacional” impidió, y sigue impidiendo hasta hoy, juzgar los crímenes del franquismo.
Documentos: Danilo Albín en Público (1 y 2). Testimonio para la querella Argentina. Aranzadi (Iñaki Egaña). Izquierda Diario (Diego Lotito)
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