España: Qué hacemos con la corona



España: Qué hacemos con la corona 
Josep V. Marín

Partiré de tres premisas, el título no es uno de los fáciles juegos de palabras. La nueva crisis mundial, pandemia desde hace algún tiempo, del SARS-CoV-2, conocido como coronavirus, no solo por nueva, puede llevar fácilmente al nerviosismo general, lógico pero que también conlleva ciertos peligros, entre ellos la politización de esta crisis. El manejo lo deben llevar los políticos en el poder, es obvio, pero solo si antepone la voz de los expertos, de la ciencia, de epidemiólogos y especialistas en enfermedades infecciosas, y del trabajo de todos los sanitarios de los sistemas de salud públicos, cuando los hay, o si no los han recortado hasta la extenuación (1). Y la voz de los ciudadanos, transmitirles la necesidad de la responsabilidad, familiar, individual, colectiva. La no movilidad excepto por cuestiones de estricta primera necesidad, fundamental. Pero la transmisión eficaz de ese mensaje, y las medidas, han llegado tarde por parte del gobierno español, desoyendo los requerimientos fundamentados por expertos, de algunas comunidades autónomas (2).

Una de estas voces silenciadas o directamente difamadas (3), ha sido la del investigador Oriol Mitjà, muy conocido en su ámbito por haber evitado el desarrollo de la enfermedad infecciosa tropical pian en Papúa Nueva Guinea. Aquí la premisa de la politización de una crisis de salud pública. El confinamiento total que pide, junto a otros muchos expertos, no llega o llega en cuentagotas. Mitjà lidera uno de los primeros ensayos clínicos - no sobre vacunas - contra el actual coronavirus, desde el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, cerca de Barcelona. Bonaventura Clotet, uno de los grandes virólogos especialmente en VIH-sida, co-lidera este ensayo (4), ya en marcha, que se basa en antivirales para personas ya contagiadas y sus contactos, también basado en la terapia pre-exposición, uno de los últimos avances en la lucha contra el VIH-sida.

Otra premisa, es la que lleva a que esta situación tapa, y va a tapar durante tiempo otras crisis, en España la ‘crisis’ de la corona, de una monarquía cuestionada. Estudios de opinión, públicos o privados de ámbito estatal, pasan de puntillas sobre qué piensan los españoles, que también son ciudadanos de las comunidades autónomas. Con la corona española, no hacemos prácticamente nada. Pedimos una Comisión de investigación en el Congreso de los diputados, o lo piden algunos partidos políticos a los que muchos ciudadanos han dado representación. Respecto a estudios de opinión, sí que un Centro de Estudios de Opinión autonómicos ha mostrado recientemente, que -por decirlo simple y llano, la predilección por la república supera a la predilección por la monarquía (5). ¿Hacemos una Comisión en el Congreso? Está formulada, por partidos como los vascos Bildu y PNV, el gallego BNG, los catalanes ERC, JuntsxCat y CUP, Compromís en Valencia, Grupo Plural. Podemos, en un gobierno de coalición ahora con socialistas, y sus confluencias, también la apoyarían, haciendo equilibrios. Las tres derechas y el PSOE, se niegan. No creo que este 2020 veamos tal comisión. El melón sería muy difícil de digerir para la ‘gran democracia consolidada’ - el estado se apresura a la propaganda para combatir voces internas con altavoz internacional, que cuestionan esto (6) -.

No pasará

Son otros tiempos en España, aunque herederos de aquellos. Lo que pasó con Alfonso XIII, cuando en abril de 1931, el país se inclinó en unas elecciones municipales hacia la república, y partió de España. El actual rey emérito del país, restaurado por el franquismo durante la transición de los 70', es su nieto. Los escándalos de corrupción de la casa real española se conocen, no precisamente porque grandes medios del estado español den cobertura a este tema. Fue en la Tribune de Genève (7) recientemente - supimos que en medios internacionales al rey emérito Juan Carlos I de España se le conoce familiarmente, titulares y lectores, como 'Juan Carlos', y dicen que la gente ya sabe a quién se refieren y porqué lo citan. Últimamente lo conocemos por indicios claros - solo indicios- de corrupción continuada, y comisionista - en especial por su gran amistad con la 'amiga española' monarquía saudí, absolutista y asesina -, y cuentas offshore en paraísos fiscales. Y amenazas - mutuas - a una de sus 'amigas cercanas', Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El escándalo también saltó en el británico The Telegraph (8), y corrió como la pólvora por otros medios internacionales, la cita seria larga y compleja. La noticia salpica al actual rey, Felipe VI de España. Su reacción, que la prensa mayoritaria española sí que compró, fue renunciar a la herencia de su padre el rey emérito 'que proceda de actividades ilícitas'. En España cualquier ciudadano puede renunciar a una herencia, pero solo cuando ésta se hace efectiva -, y también le retira la asignación anual a su padre (9). ¿Esto no es un claro reconocimiento de delito? Aquí me permito un guiño, una ironía sencilla, y es que el rey emérito no estará nunca entre el 70% de españoles a los que la declaración del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas les sale a devolver este año (10).

Crisis económica

Por otro lado, en España y en la Unión Europea, bienvenidas todas las iniciativas, que las hay, y algunas extraordinarias, destinadas a paliar las consecuencias económicas – muchas y diversas – (11), de la pandemia. Si son suficientes, no puedo ni debo hacer ninguna previsión, la macroeconomía funciona con sus reglas, que no conozco. Otras medidas, del orden de salud y gestión pública, en España, como en otros países, pero claramente no en otros, medidas anticipadas, preventivas, rigurosas -transparencia en la información, continua y clara, y confinamiento obligatorio, cierre de vías de movilidad y transporte público, se van tomando, pero no con la valentía que merecerían las previsiones que el mismo presidente español reconoce (12). Puertos y aeropuertos españoles, y transporte público, siguen abiertos. El transporte en medios privados, sigue activo. Sobre estas medidas, las tomadas y las que faltan por tomar, que hablen los expertos (13). Esta es la tercera - mi primera - premisa.


Paso de premisa a premisa, me pregunto si este artículo es tan largo y desestructurado como la declaración institucional de Pedo Sánchez que escucho en el momento de revisar este artículo. España es uno de los grandes focos de SARS-Cov-2 en Europa y en el mundo, afirma. Reconocer el problema, perfecto. 'Se siguen las recomendaciones de la Unión Europea y de la OMS', a nivel sanitario - y económico y social en lo referente a las de la Unión Europea -. Y también, y eso es muy bueno y lo comparto y es algo positivo que podemos concluir, hace un reconocimiento - con cierto énfasis que se agradece, después de recortes continuados (1)- de los servicios públicos. Y también ha cambiado el orden de los ministerios implicados, poniendo Defensa el último, pero no Sanidad el primero, sino el de Interior. Hablando de Interior, sí que pone igual énfasis en la 'disciplina social' - no habla de forma explícita de 'responsabilidad social', antepone la primera - que, en su primer comunicado, el de la instauración del estado de alerta. Los ministerios llevaban el orden: Defensa, Interior, Fomento y Transporte, y... Sanidad. Y re-centralización, disminución de competencias, en lugar de coordinación de competencias (y desestimación de voces de expertos no-del-centro), Desde mi punto de vista, guiños a las derechas duras de España y a sus votantes. 'Las medidas que ha tomado el gobierno son las oportunas'. Una comparecencia larga, poco estructurada. El rey Felipe VI de España, también hizo hace poco la suya. Una sonora cacerolada resonó en muchos puntos de España (14, 15), coincidiendo con el inicio de la declaración institucional. En algunas partes también sonó Bella Ciao, la canción italiana partisana antifascista. Pura demoscopia.


Fuente → alainet.org

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