‘Transterradas’: cuando la memoria de la infancia es la memoria de un exilio
 

Este viernes, a las 19.00 horas, en La Pantera Rossa de Zaragoza conversarán a propósito del libro 'Transterradas. El exilio infantil y juvenil como lugar de memoria' de Editorial Tren en movimiento. La presentación contará con la presencia de las autoras del libro, Marisa González de Oleaga, Carolina Meloni González y Carola Saiegh Dorín, además de la intervención de Rosa María Aragüés Estragües, Doctora en Historia Contemporánea.  
 
‘Transterradas’: cuando la memoria de la infancia es la memoria de un exilio: El exilio, externo y/o interior, es una de las grandes represalias que impone cualquier forma de guerra o fascismo. Y si la memoria es necesaria para entender y reparar, ¿cómo afrontar esa memoria cuando coincide con la memoria de los años de la infancia o juventud? ¿Y cómo pueden afrontar el destierro en tiempo presente quienes son transterradas hoy?

Este viernes, a las 19.00 horas, en La Pantera Rossa de Zaragoza conversarán a propósito del libro ‘Transterradas. El exilio infantil y juvenil como lugar de memoria’ de Editorial Tren en movimiento. Relatos sobre identidades marcadas por el destierro con la clara voluntad política de que su experiencia pueda servir de ayuda a las transterradas de hoy: las niñas y niños a las puertas de EEUU, las personas menores no acompañadas que vienen de Marruecos, o quienes huyendo de guerras como la de Siria buscan refugio y chocan con la Europa «fortaleza».

La presentación contará con la presencia de las autoras del libro, Marisa González de Oleaga, Carolina Meloni González y Carola Saiegh Dorín, además de la intervención de Rosa María Aragüés Estragües, Doctora en Historia Contemporánea y autora de ‘Las rojas y sus hijos, víctimas de la legislación franquista. El caso de la cárcel de Predicadores (1939-1945)’.

El título de la obra hace referencia al concepto del «transterrado» definido y desarrollado por José Gaos, filósofo español que debió trasladarse a México en el año 1938. Discípulo distinguido de Ortega y Gasset, José Gaos, que acuñó el término, fue eso, «un transterrado». Quiso él introducir así una tajante distinción. «Desterrado» es el que tiene que dejar su patria y pasa a lugar que le es ajeno. En cambio, «transterrado» es quien, teniendo que salir de su tierra, se establece en otra que le es afín y en la que llega a sentirse «empatriado», como lo dijo también Gaos.

El libro retoma el trabajo de la memoria a través de objetos y de lugares. Se pueden encontrar imágenes de pasaportes, cartas, fotografías antiguas, parques, cárceles y casas. Espacios que forman parte de las autoras. Un universo propio y compartido. Un obra escrita desde la propia experiencia donde las autoras poner su cuerpo y su memoria al servicio de la palabra.

«Uno de los efectos más claros, permanentes y a largo plazo de un desplazamiento forzado es la soledad. La pertenencia original, esa que nos liga a un grupo humano y a un paisaje, queda en suspenso y las nuevas pertenencias suelen ser provisionales y, muchas veces, no fructifican o se desdibujan ante la esperanza del regreso. Cuando el desplazado vuelve, si es que lo hace, comprueba que ya nadie lo reconoce. Es el que se fue, el que conservó intacta la memoria de un mundo que, para el resto es, en el mejor de los casos, un recuerdo. Entonces mira hacia atrás, vuelve sobre sus pasos e intenta reforzar su nueva pertenencia. Pero falla. Es el recién llegado, el que carga con otra historia a sus espaldas. No ser de ningún lugar parece ser el destino más oscuro de los desplazados. Y esta condición se torna más dolorosa a ciertas edades. En otros momentos de la vida abundan los recursos para hacer frente a esta contingencia. Algunos desplazados lo hacen con su familia o forman una nueva en el lugar de acogida. Pero en la infancia y en la adolescencia la interrupción de esas pertenencias o identificaciones tempranas condena a una soledad muy particular. No se trata de la soledad inherente a toda existencia humana. No, es más honda, más densa y, a veces, devastadora.

Nosotras estamos vivas, pudimos reorganizar nuestra vida en otro lugar, pero ¿qué hacer con todo eso? ¿Cómo trabajar la memoria para que esa experiencia traumática sobre la que hemos decidido volver no nos paralice? ¿Cómo hacer de estos testimonios, después de tanto tiempo, un pasaje para nosotras y para otros?

A través de la palabra. Entendida no como un vocabulario que habla del mundo sino como una trama de significaciones que lo crea o, lo que es lo mismo, que le da sentido. El testimonio es el relato de la experiencia y es a través de nuestros testimonios como queremos visibilizar a las niñas y adolescente que fuimos para iluminar a los niños y adolescentes que hoy padecen destierro», de la Introducción de Marisa González de Oleaga.

Marisa González de Oleaga (Buenos Aires, 1960) es historiadora y profesora titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED. Ha publicado artículos en revistas estatales e internacionales sobre discurso político, experiencias utópicas, museos y memoria. Investigadora principal de varios proyectos de I+D+I.

Carolina Meloni González (Tucumán, 1975) es filósofa y profesora universitaria de Ética y Pensamiento Político. Se ha especializado en filosofía política y pensamiento feminista contemporáneo. Ha colaborado con diversos artículos en revistas especializadas en filosofía, así como en seminarios, proyectos de investigación, cursos, congresos y másteres, tanto en el Estado español, Latinoamérica como en Francia.

Carola Saiegh Dorín (Buenos Aires, 1968) es licenciada en Filología Hispánica y especialista en Didáctica de ELE. Profesora de Español en la Universidad Carlos III de Madrid, en la Universidad de California en Madrid y en el Centro de Idiomas de la Universidad Carlos III. Como Formadora de profesorado colabora con el Instituto Universitario Ortega y Gasset y con el Instituto Cervantes. Profesora en el Máster de Formación de Profesores de ELE de la Universidad Carlos III de Madrid.


Fuente → arainfo.org

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