Franquismo y nazismo, la misma cosa es
 

Franquismo y nazismo, la misma cosa es. Parte 1, Los orígenes nazis del franquismo: franco fue un dictador fascistizado con proclividad hacia lo nazi, y se enriqueció, de manera inmoral durante la guerra y la represión brutal posterior. La naturaleza de franco y el franquismo se percibe mucho más nazi que fascista, lo que se pone de manifiesto la apropiación de franco del concepto Führerprinzip, procedente del nazismo, que viene a decir que la voluntad del jefe es fuente de Derecho. Los lazos entre el régimen franquista y la Alemania de hitler fueron muy estrechos. Serrano Súñer era el más nazi de todos los franquistas, nunca lo ocultó.

La ayuda inicial que Adolf hitler ofreció a franco aumentaría con el tiempo y acabó trascendiendo más allá de las meras cuestiones militares. La influencia política de ambos regímenes no tardó en hacerse notar en las altas esferas de poder del nuevo Estado franquista. En enero de 1939 los gobiernos de Berlín y Burgos suscribieron el convenio cultural hispano-alemán, el cual, entre otras cosas, favorecía la difusión de la ideología nacionalsocialista en territorio español. La colaboración se concretó en múltiples facetas, por ejemplo, en la llegada a España de especialistas de la Gestapo y de la SS, que vinieron a enseñar a los franquistas sistemas de interrogatorio, métodos de tortura, asesinato y exterminio.

Las élites germanas ejercieron una influencia dominante sobre la emergente clase dirigente franquista. El franquismo no escondió una admiración y fascinación nada disimulada hacia las leyes raciales y las prácticas criminales de la Alemania nazi de hitler, su aliado natural, estratégico e ideológico. El aparato propagandístico del franquismo vendió las excelencias del nazismo en una población intoxicada informativamente. Los alemanes influyeron en toda la política y la economía española, prensa incluida. Las relaciones entre la cúpula del nazismo, y franco y sus ministros, fue muy estrecha. La nueva Alemania, cuyo imperio tenía que durar mil años, tuvo un exquisito trato de favor hacia franco. Los alemanes se gastaron mucho dinero en nazificar la propaganda española. La penetración de la propaganda nazi era tal que la capacidad de los franquistas de negación de la realidad bélica superó incluso a la de la prensa alemana. Para nazis… nosotros.

Los nazis alentaron el golpe de Estado militar de 1936, al que no dejarían de apoyar hasta la victoria en 1939. Como consecuencia del sostén germano, la naturaleza del franquismo se percibe mucho más nazi que fascista. Sin hitler franco jamás hubiera ganado la guerra de España: El III Reich proporcionó ingentes cantidades de armas y bagajes a los nazionales, por ejemplo, la veintena de aviones de transporte Junkers Ju 52, la media docena de aeronaves de combate Heinkel He51S y la abundante artillería que hitler decidió enviar a franco en julio de 1936, en un gesto inicial de solidaridad, y que continuó de forma abrumadora hasta el final de la guerra. La sublevación militar no logró destruir la República, sin embargo, por medio de hitler y mussolini, franco consiguió liderar la rebelión y ganar la guerra.

Alemania apoyó al franquismo para extraer de España lo que su restringida industria necesitaba para seguir creciendo, especialmente la logística militar con la que el bando nazional franquista pudo ganar la guerra. La Alemania nazi mantuvo una sólida relación imperialista con la España franquista, que estaba extremadamente necesitada de apoyo exterior para acabar con la República. A cambio de logística militar nazi, franco colaboró en convertir a España en una más que accesible fuente de recursos naturales para el III Reich. El emergente régimen de franco concedió a los alemanes todo lo que pidieron. El proyecto alemán de dominación, que nació de la decisión de intervenir en la guerra española, fue un gran éxito. Logró una hegemonía que antes se pensaba imposible.

España fue el mejor ejemplo de las políticas imperialistas del nacionalsocialismo previas a la invasión de Polonia en septiembre de 1939. El apoyo militar de Alemania fue un “elemento necesario para la victoria” del frente nacional e hizo que España se convirtiera en una suerte de “colonia” nazi del III Reich, que buscaba una tangible penetración económica en España en aquellas áreas que beneficiaban económicamente a Alemania, que encontró en España lo que el Reino Unido y Francia le negaron en otras partes: minerales para su industria, hierro, cobre, piritas, wolframio, productos agrícolas.

Posteriormente, la proximidad al nazismo fue tan intensa que llegó a haber un eje Roma-Berlín-Madrid, hubo acción de guerra encubierta de forma constante, como dar la cobertura legal a los espías alemanes para que entrasen en Estados Unidos con pasaporte y nacionalidad española, o dar logística a submarinistas italianos por parte del ejército español, o el control del Estrecho de Gibraltar. Pero hay más ejemplos, el centro de guerra alemán, que se llamaba el COS, estaba en la calle Bravo Murillo de Madrid, el centro de entrenamiento de espías de los nazis estaba en la Gran Vía de Barcelona, la Gestapo tenía despachos propios en las comisarías de las jefaturas superiores de policías española. Los franquistas eran auténticos nazis.



Documentos: Archivos de Historia (Manuel de Moya Martínez). La Marea (Toni Martínez). Agencia para la Libertad (Francisco Moreno Gómez). La Vanguardia (Eduardo Martín de Pozuelo). El diario.es (Salvador Martínez Mas)


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