Borbones de lujo, vasallos de pena
 

Borbones de lujo, vasallos de pena: La Casa del Rey ha publicado el 11 de febrero de 2020, coincidiendo con el 147º aniversario de la proclamación de la República Española, diez fotografías de la actual familia irreal borbónica, firmadas por Estela de Castro, desde ahora servilona retratista oficial. En una aparece la real pareja con trajes de gala, en el espléndido comedor del Palacio Nacional: su ma-jestad el rey católico nuestro señor luce uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, con el gran collar del Toisón de Oro que él mismo se ha concedido, y cuatro grandes condecoraciones obtenidas no por méritos de guerra precisamente, aunque conflictos bélicos existen ahora en el mundo, y en ellos luchan soldaditos españoles.

La Leti consorte viste traje largo de color rosa capote ilustrado con flores blancas, ostenta una aparatosa tiara flor de lis, que es la flor adoptada por los borbones para representarse, dos pulseras iguales con diamantes en la muñeca izquierda, pendientes con un gran brillante y otros pequeños alre-dedor, y un broche en forma de flor de lis para sujetar la banda de la Orden de Carlos III. Ellos dicen ser la representación del reino.

Para demostrar urbi et orbi lo bien que visten asimismo a diario, porque no se cortan a la hora de gastar en trapitos, se han hecho fotografías magní-ficas, según corresponde a su alta magistratura nazional. El rey Felipe viste traje gris con camisa a rayas y corbata morada, y su consorte un vestido azul con su camisita y su canesú, aquí adornada con pendientes redondos y un rico anillo. Cuánta elegancia realmente arrogante.

Ya que estaba allí, la fotógrafa ha aprovechado para ofrecernos las imá-genes de sus hijas. Leonor, la presunta heredera del trono, triprincesa de Asturies, Girona y Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y se-ñora de Balaguer, viste de rosa, sin joyas todavía, y su hermana la infanta Sofía va de azul.
En la fotografía general en que aparecen juntos los cuatro Felipe sigue con el impecable traje gris, pero se muda de corbata a una de color verde, y la Leti se exhibe aquí con un vestido distinto, de color rojo, para demostrar que tiene muchos, que para eso se los pagamos los vasallos. Se observa que la triprincesa supuestamente heredera es más bajita que su hermana la in-fanta, menos expresiva, más adusta, como esperando que le hagamos las reverencias que ha impuesto a sus compañeras en el colegio.

Y LOS VASALLOS

Queda claro que España es un reino ricamente poderoso, en el que la fa-milia irreal brilla con las joyas de la Corona. Lástima que el informe ade-lantado cuatro días antes, el 7 de febrero, por Philip Alston, relator especial sobre la pobreza extrema y los derechos humanos de las Naciones Unidas, ofrezca un panorama lastimoso del reino borbónico de España.

Lo presentará oficialmente en junio ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con datos recabados en diez países. Su opinión so-bre el nuestro resulta penosa. Sin duda se debe a que no se ha entrevistado con sus majestades los reyes católicos nuestros señores, sino con sus humildes vasallos. Ha descubierto, y así lo relata en el informe, que existen muchas familias carentes de vivienda, que habitan en chabolas, y otras que tienen casa, pero sin calefacción de ninguna clase. Algunas familias tienen que elegir entre calentarse o alimentarse, porque las dos opciones son im-posibles de reunir.

Denuncia la situación de los inmigrantes, que padecen situaciones de ex-trema pobreza y viven “como animales”, frase suya, resultando absurdo que se los acoja con gestos de bienvenida alegre, para abandonarlos des-pués a su suerte en la calle. Respecto a la población gitana comenta que más del 80 por ciento padece pobreza, y además exclusión social por su et-nia rechazada por una mayoría de españoles.

Critica la educación pública de los niños, y advierte que en las escuelas se practica la segregación social según la economía familiar; su opinión sobre el sistema de becas y ayudas es severa, ya que la cuantía de las prestaciones le parece muy baja. Y también en la sanidad pública ha descubierto defec-tos, que no necesita explicarnos a los vasallos de sus majestades, porque los padecemos.

Es un panorama comprensible, si tenemos en cuenta que la Deuda pública en junio de 2019, último dato conocido, ascendía a 1.210.509 millones de euros, con lo que se superaba el 99 por ciento del Producto Interior Bruto. En todo este siglo no se podrá pagar. Es realmente una gran suerte que esa calamitosa situación general del reino no afecte a nuestros señores los reyes católicos y el resto de la familia irreal, puesto que ellos son los representan-tes de todos los españoles ante el mundo. Cuando los ciudadanos de otros países vean sus fotografías oficiales, sentirán envidia de nuestro bienestar. Pensarán que esto es Jauja. Y lo es, para ellos, claro, que ni siquiera tienen necesidad de buscar trabajo, porque sus cargos oficiales son vitalicios y hereditarios. Es lo que dice la Constitución.

ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO


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