La resolución del Parlamento Europeo no menciona la enorme contribución de la URSS a la victoria sobre el nazismo ni que fue el ejercito soviético quien liberó el Campo de Concentración nazi de Auschwitz y a los prisioneros destinados al exterminio.
Respeto a la Memoria Histórica en Europa: La dirección de Transform! Europa lanza la siguiente carta abierta sobre la resolución "Europa debe recordar su pasado para construir su futuro", adoptada por la mayoría del Parlamento Europeo y rechazada por el grupo GUE/NGL.
La carta ya ha sido firmada por casi un centenar de profesores universitarios de historia de universidades de España, Italia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Croacia, Reino Unido, Portugal, Serbia, Bélgica…. Y aún sigue recogiendo firmas.
La propuesta de resolución conjunta del Parlamento Europeo, aprobada por una gran mayoría el 19 de septiembre, sobre "la importancia del recuerdo europeo para el futuro de Europa", es un acto político y cultural erróneo y debe rechazarse enérgicamente.
En primer lugar, debe decirse que no corresponde a un organismo institucional o político modificar la historia por decisión mayoritaria. Un uso de la historia que desee imponer una visión revisionista de los principales acontecimientos del siglo pasado para convertirlos en armas en las batallas políticas actuales no debería hacerse en una verdadera democracia.
En segundo lugar, las declaraciones sobre la historia del siglo XX contienen errores inaceptables, distorsiones y visiones unilaterales. La resolución afirma que el pacto entre la Unión Soviética y la Alemania nazi, el Pacto Molotov-Ribbentrop del 23 de agosto de 1939, "allanó el camino hacia el estallido de la Segunda Guerra Mundial". Esto omite cualquier referencia al comportamiento favorable de las democracias liberales frente al expansionismo nazi, que data al menos desde la invasión de Etiopía (1935) y la Guerra Civil española desencadenada en apoyo del golpe militar del general Franco (1936) y continuó con la anexión ("Anschluss") de Austria a Alemania el 12 de marzo de 1938, el apaciguamiento en Munich (1938) y la consiguiente desmembración de Checoslovaquia no sólo por parte de Alemania sino también de Polonia y Hungría.
Además, la resolución no menciona la enorme contribución tanto de la Unión Soviética (con más de 20 millones de muertos) a la victoria sobre el nazismo, decisiva para el destino de Europa y de la humanidad, como por aquellos que, en todas partes de Europa y el mundo, a menudo guiados por los ideales y símbolos de las diversas corrientes del movimiento comunista internacional, lucharon contra las tropas de Hitler y sus aliados. "Olvida" a Altiero Spinelli, prisionero comunista y político italiano entre 1927 y 1943 y coautor del Manifiesto de Ventotene, ampliamente conocido como uno de los padres fundadores de la integración europea y, por lo tanto, con razón su nombre figura en uno de los edificios del Parlamento Europeo.
Se las arregla para mencionar al Campo de Concentración Nazi Auschwitz sin decir que fue el ejército soviético quien lo liberó y a los prisioneros destinados al exterminio. U olvida deliberadamente que en muchos países (entre ellos Francia e Italia, pero no sólo) los comunistas fueron el componente principal de la Resistencia al nazismo/fascismo, contribuyendo en gran medida a su derrota y al renacimiento en esos países de una democracia constitucional que reafirmó las libertades políticas, sindicales, culturales y religiosas. Sin mencionar el apoyo decisivo que los estados comunistas y los ideales comunistas dieron a la liberación de pueblos enteros de la opresión colonial y, a veces, de la esclavitud.
Recordar estos hechos, que la resolución omite deliberadamente, no significa ignorar y guardar silencio sobre los aspectos vergonzosos de lo que generalmente se llama el "estalinismo", sobre los errores y horrores que también ocurrieron en ese campo. Pero estos no pueden borrar una distinción fundamental: mientras los ideales del nazismo / fascismo, perseguían -al dar a luz a una dictadura despiadada y al cancelar todos los espacios de democracia, libertad e incluso humanidad- incluso mediante el exterminio proclamado y planificado, religioso, étnico, cultural, y de las minorías sexuales, los regímenes comunistas antes y después de la guerra, cuando se contaminaron por violaciones graves e inaceptables de la democracia y la libertad, traicionaron sus propios ideales, principios y valores. Todo lo cual debe generar preguntas, reflexiones e investigaciones pero, junto con la contribución hecha por los activistas y por la URSS a la derrota del nazismo, de ninguna manera permite equiparar el nazismo y el comunismo como lo hace esta resolución del Parlamento Europeo y tampoco la identificación, como ocurre varias veces en la resolución, del comunismo y el estalinismo en vista de la gran variedad de corrientes de pensamiento y experiencia política a las que dio origen el primero.
Estas falsificaciones y omisiones no pueden hacerse sobre la base de una "memoria compartida", y mucho menos convertirse en la base de un programa de estudios de historia común en las escuelas, como lo recomienda la resolución. No puede convertirse en la plataforma para un "Día europeo de recuerdo para las víctimas de los regímenes totalitarios" solicitado por la misma. Tampoco puede proporcionar la motivación para eliminar 'monumentos y lugares conmemorativos’ (parques, plazas, calles, etc.) que, con la excusa de una lucha contra un totalitarismo indistinto, es en realidad una invitación a borrar las páginas claras y transparentes de la historia de aquellos que contribuyeron, mediante su propio sacrificio, a derrotar al nazismo y al fascismo.
Observamos que la resolución del Parlamento Europeo contiene necesariamente gestos inevitables para equilibrar su impulso principal al afirmar el deseo de luchar contra el “regreso al fascismo, al racismo, a la xenofobia y otras formas de intolerancia”. Pero estas llamadas justificadas a la lucha contra el racismo y el fascismo no pueden basarse en un uso distorsionado e incluso falso de la historia o en la intención declarada de cortar las raíces de un componente fundamental del antifascismo, es decir, el componente comunista. Los pueblos de Europa no deben permitir esto.
En primer lugar, debe decirse que no corresponde a un organismo institucional o político modificar la historia por decisión mayoritaria. Un uso de la historia que desee imponer una visión revisionista de los principales acontecimientos del siglo pasado para convertirlos en armas en las batallas políticas actuales no debería hacerse en una verdadera democracia.
En segundo lugar, las declaraciones sobre la historia del siglo XX contienen errores inaceptables, distorsiones y visiones unilaterales. La resolución afirma que el pacto entre la Unión Soviética y la Alemania nazi, el Pacto Molotov-Ribbentrop del 23 de agosto de 1939, "allanó el camino hacia el estallido de la Segunda Guerra Mundial". Esto omite cualquier referencia al comportamiento favorable de las democracias liberales frente al expansionismo nazi, que data al menos desde la invasión de Etiopía (1935) y la Guerra Civil española desencadenada en apoyo del golpe militar del general Franco (1936) y continuó con la anexión ("Anschluss") de Austria a Alemania el 12 de marzo de 1938, el apaciguamiento en Munich (1938) y la consiguiente desmembración de Checoslovaquia no sólo por parte de Alemania sino también de Polonia y Hungría.
Además, la resolución no menciona la enorme contribución tanto de la Unión Soviética (con más de 20 millones de muertos) a la victoria sobre el nazismo, decisiva para el destino de Europa y de la humanidad, como por aquellos que, en todas partes de Europa y el mundo, a menudo guiados por los ideales y símbolos de las diversas corrientes del movimiento comunista internacional, lucharon contra las tropas de Hitler y sus aliados. "Olvida" a Altiero Spinelli, prisionero comunista y político italiano entre 1927 y 1943 y coautor del Manifiesto de Ventotene, ampliamente conocido como uno de los padres fundadores de la integración europea y, por lo tanto, con razón su nombre figura en uno de los edificios del Parlamento Europeo.
Se las arregla para mencionar al Campo de Concentración Nazi Auschwitz sin decir que fue el ejército soviético quien lo liberó y a los prisioneros destinados al exterminio. U olvida deliberadamente que en muchos países (entre ellos Francia e Italia, pero no sólo) los comunistas fueron el componente principal de la Resistencia al nazismo/fascismo, contribuyendo en gran medida a su derrota y al renacimiento en esos países de una democracia constitucional que reafirmó las libertades políticas, sindicales, culturales y religiosas. Sin mencionar el apoyo decisivo que los estados comunistas y los ideales comunistas dieron a la liberación de pueblos enteros de la opresión colonial y, a veces, de la esclavitud.
Recordar estos hechos, que la resolución omite deliberadamente, no significa ignorar y guardar silencio sobre los aspectos vergonzosos de lo que generalmente se llama el "estalinismo", sobre los errores y horrores que también ocurrieron en ese campo. Pero estos no pueden borrar una distinción fundamental: mientras los ideales del nazismo / fascismo, perseguían -al dar a luz a una dictadura despiadada y al cancelar todos los espacios de democracia, libertad e incluso humanidad- incluso mediante el exterminio proclamado y planificado, religioso, étnico, cultural, y de las minorías sexuales, los regímenes comunistas antes y después de la guerra, cuando se contaminaron por violaciones graves e inaceptables de la democracia y la libertad, traicionaron sus propios ideales, principios y valores. Todo lo cual debe generar preguntas, reflexiones e investigaciones pero, junto con la contribución hecha por los activistas y por la URSS a la derrota del nazismo, de ninguna manera permite equiparar el nazismo y el comunismo como lo hace esta resolución del Parlamento Europeo y tampoco la identificación, como ocurre varias veces en la resolución, del comunismo y el estalinismo en vista de la gran variedad de corrientes de pensamiento y experiencia política a las que dio origen el primero.
Estas falsificaciones y omisiones no pueden hacerse sobre la base de una "memoria compartida", y mucho menos convertirse en la base de un programa de estudios de historia común en las escuelas, como lo recomienda la resolución. No puede convertirse en la plataforma para un "Día europeo de recuerdo para las víctimas de los regímenes totalitarios" solicitado por la misma. Tampoco puede proporcionar la motivación para eliminar 'monumentos y lugares conmemorativos’ (parques, plazas, calles, etc.) que, con la excusa de una lucha contra un totalitarismo indistinto, es en realidad una invitación a borrar las páginas claras y transparentes de la historia de aquellos que contribuyeron, mediante su propio sacrificio, a derrotar al nazismo y al fascismo.
Observamos que la resolución del Parlamento Europeo contiene necesariamente gestos inevitables para equilibrar su impulso principal al afirmar el deseo de luchar contra el “regreso al fascismo, al racismo, a la xenofobia y otras formas de intolerancia”. Pero estas llamadas justificadas a la lucha contra el racismo y el fascismo no pueden basarse en un uso distorsionado e incluso falso de la historia o en la intención declarada de cortar las raíces de un componente fundamental del antifascismo, es decir, el componente comunista. Los pueblos de Europa no deben permitir esto.
Fuente → mundoobrero.es
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