Muere con 100 años Virgilio Fernández, brigadista internacional que luchó por la II República
 

El hombre, que fue sanitario en la Brigada Dombrowski, ha fallecido en México, país en el que residía. En 1936, estaba afiliado a las Juventudes Comunistas y se ofreció voluntario para acudir al frente de batalla. 

Muere con 100 años Virgilio Fernández, brigadista internacional que luchó por la II República: El 26 de diciembre Virgilio Fernández (Larache, 1918) cumplía 101 años. Pero no llegó. El enfermero que se enroló con los republicanos para defender a España del fascismo y que acabó en el frente con la XIII Brigada Internacional, también conocido Brigada Dombrowski, ha fallecido este martes en Aguascalientes (México).

"Ha muerto un hombre que ha batallado hasta el último de sus días por la República, por la justicia social y por la democracia. Se va un hombre que debe servir como ejemplo para todos nosotros. Su vida ha sido una inspiración", afirma a Público Severiano Montero, presidente de la Asociación de Amigos de las Brigadistas Internacionales, que señala que Fernández es uno de los últimos que seguía con vida.

"La España que nacía en 1931 era una España mejor que la que había antes. Aspiraba a ser más justa, más noble"

En julio de 1936 Virgilio hacía prácticas en el Hospital La Princesa (Madrid) cuando fracasó el golpe de Estado militar del 18 de julio que derivó en la Guerra Civil. Se enroló como voluntario en el Ejército y fue enviado al frente como sanitario. Visitó España por última vez en el año 2017 y fue entrevistado por Público

"Yo estaba afiliado a las Juventudes Comunistas desde las 14 años. Cuando comenzó la Guerra Civil el partido nos pidió ayuda y no lo pensé. Tenía la obligación de ayudar a ganar la Guerra, de defender a mi país del fascismo", explicó Fernández a Público durante aquella visita de 2017, en la que también mantuvo encuentros con la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el líder de Podemos Pablo Iglesias.

Virgilio Fernández junto al líder de Podemos, Pablo Iglesias
Virgilio Fernández tenía entonces 98 años y sabía que se encontraba, más que probablemente, ante su última visita al país por el que se jugó la vida. Miraba a su alrededor y recordaba los paisajes que él conoció en guerra. "España era un país tremendamente pobre. Con la República se hicieron cambios aunque no tan profundos como nos hubiera gustado. Con la República el señorito no siempre se salía con la suya y el trabajador no era siempre el culpable de todo. La España que nacía en 1931 era una España mejor que la que había antes. Aspiraba a ser más justa, más noble", recuerda.

Durante su visita en Madrid, el brigadista insistió en la necesidad de que la izquierda se presentara unida a las elecciones y aparcara sus disputas internas. Rajoy aún estaba en el poder. "Se puede ganar, de verdad. Incluso con todo en contra. Hay que ganar y cuando se gane hay que ser demócrata con los demócratas y saber quitarse de encima a los fascistas", decía.

"Hay que ganar y cuando se gane hay que ser demócrata con los demócratas y saber quitarse de encima a los fascistas"

El hombre defendía que si los republicanos hubieran ganado aquella guerra la España de hoy sería bien diferente a la que conocemos. "No creo que pasaran todas estas barbaridades que están pasando. Somos uno de los países con los sueldos más bajos de Europa. A mí me gustaría, por ejemplo, que si no hay trabajo pues que se repartiera. Que en lugar de trabajar ocho horas pues se trabajara cuatro y así tuviéramos más tiempo para la educación, la reflexión, para descansar, disfrutar....", defendía Fernández.

El sanitario que estuvo en la batalla del Ebro también criticaba que hubiera obreros votando al PP. Decía que la razón de este hecho es que "hay unos medios de comunicación que se dedican a inculcar que todos los políticos son iguales y que para qué cambiarlos si es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer". "Y después hay mucha gente que lleva dentro una educación franquista. Estuvieron 40 años adoctrinando. Con esto de Catalunya ha salido todo el fascismo que la gente llevaba dentro", aseguraba.

Por último, Fernández también defendió que España necesitaba "impuestos progresivos de verdad, de hasta el 90%". "Los ricos como el dueño de Zara (Amancio Ortega) o el hombre más rico de México (Carlos Slim) no necesitaban tanto dinero. Seguro que hay gente que trabaja para ellos, directa o indirectamente, solo por un plato de comida. Eso es muy injusto", sentenció.