La Gestapo española

Se sabía que los servicios de inteligencia de los sublevados, el S.I.M. y el S.I.P.M., se habían diseñado en Burgos, capital del bando rebelde, durante la Guerra Civil. Pero hete aquí que un libro va a arrojar nuevas revelaciones a propósito del germen de estos servicios secretos. Y no unas revelaciones cualquiera. Los investigadores José María Chomón, Clara Sanz y Miguel Moreno, de la Universidad de Burgos, han descubierto un informe, del que nada se sabía, que pone los pelos de punta. Es, sin duda, todo un hallazgo: se trata de un documento que recoge una pormenorizada propuesta para establecer en la España franquista el G.E.S. (Grupo Especial Secreto), un grupo a imagen y semejanza de la Gestapo nazi con el que se pretendía combatir a los ‘ elementos enemigos’ y ‘desafectos’ a la causa ‘hasta su total exterminio’ (sic).  

El citado informe, fechado en abril de 1938, no lleva firma, pero fuera quien su fuese su autor estaba claramente influenciado por los servicios de inteligencia alemanes y consideraba como principales enemigos a los mismos que aquéllos: el comunismo, el judaísmo y la masonería ‘tres enemigos encarnizados de la Civilización’ (sic). El libro, que lleva por título La creación en Burgos de los servicios secretos de Franco. El GES, a la sombra de la Gestapo, detalla también cómo se instauraron los servicios secretos; se adentra en su organización y estructura, y desvela las estrategias que llevaron a cabo para controlar y clasificar a la población en función de su adhesión al nuevo régimen, así como para obtener informaciones vitales para el desarrollo de la guerra. 

El G.E.S., cuya configuración sería absolutamente independiente de cualquier mando, no llegó a estar nunca operativo, explica Chomón, "entre otras cosas porque los altos mandos militares no lo permitieron; sin embargo, tenemos sospechas de que hubo células que actuaron como G.E.S., como por ejemplo cuando se investigó el presunto complot para atentar contra Franco", subraya el investigador. El informe G.E.S. no tiene desperdicio. Se definía como un Servicio Secreto ‘desligado de toda jerarquía administrativa’ a la manera de la citada Gestapo.

Casa de los horrores. 

Otro de los aspectos que aborda esta obra es el uso que los servicios secretos hicieron de la residencia Villa Delicias, ubicada en los Vadillos. Antes de que fuese la primera sede del colegio de La Salle, fue una casa de los horrores. No en vano, fue utilizada para interrogar y torturar a sospechosos. Así, en el libro de los tres investigadores burgaleses se reproducen los interrogatorios practivados a Charles Joseph Duret Rot, conocido con el alias de Pepe, reclutado como agente secreto franquista en Montepellier, Francia, donde operaba el S.I.F.N.E. (Servicio de Información de la Frontera Noroeste de España). El trabajo de este agente doble permitió la captura de importantes espías franquistas. Tras ser descubierto, Duret permaneció preso en Villa Delicias, donde tuvo que vérselas con Herbert Heide, policía austriaco del S.I.P.M. (Servicio de Información de la Policía Militar), que dirigió también las investigaciones sobre un supuesto complot para asesinar a Franco en el otoño de 1938 y que, según todos los indicios, encabezó una célula de espionaje muy parecida a la propuesta del informe GES.

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