La derechita franquista

La derechita franquista: La extrema derecha española, en esta ocasión, por boca de su portavoz de en la Asamblea de Madrid, la ultra Rocío Monasterio, considera que la Ley de Memoria Histórica vulnera la libertad de que cada uno interprete la historia como quiera y que la norma responde a la mentalidad totalitaria de decirnos a todos cómo tenemos que pensar.

Nada nuevo bajo el sol (en este caso, cara al sol) proviniendo de quién procede semejante aberración… proviniendo de una franquista confesa.

Tal cual… Monasterio ha llegado a decir que (literalmente) «las políticas totalitarias de la izquierda buscan imponer la historia de una España de buenos y de malos y amenaza con reabrir la herida brutal que fue la Guerra Civil y con amordazar a una parte de España«. En realidad ya no se cortan: Son franquistas confesos y cada día se atreven a salir un poquito más del armario. El «espectáculo» protagonizado ayer entre «Pepito» (el alcalde de Madrid, Martínez Almeida) y el «Capitán Smith» (o el «Rambo de VOX«, Francisco Javier Ortega Smith-Molina) a cuenta de unas pancartas sobre la violencia de género, fue deplorable. Que nadie olvide que Almeida es alcalde de Madrid gracias al apoyo de la ultraderecha, de la misma forma que la damnificada por Aval-MadridDíaz-Ayuso, es presidenta de la Comunidad de Madrid por idéntico motivo: Apoyados por fascistas.

Volviendo a la ultra en cuestión, desbarra  afirmando que le habría parecido «fenomenal» que la localidad gallega de Ferrol hubiera mantenido su denominación de «Ferrol del Caudillo» si así lo hubiesen querido sus habitantes ya que «Si allí ha sido donde nació el caudillo y a la gente de Ferrol le parece bien, pues me parece perfecto«. Y es que lo de «caudillo o generalísmo» suena hasta light si tomamos como referencia lo que en su día declaró su marido en relación con el sublevado, dictador y genocida Franco: Le denominó «Aquél valiente general que se lo jugó todo para combatir y aplastar  heróicamente al comunismo y restaurar los principios más elementales que cualquier Nación católica pedía a gritos«. Sin entrar a valorar al personaje, sí se puede hacer una valoración jurídica ya que, la frasecita en cuestión, incurre de forma evidente, y de forma tipificada, en un delito de Apología del Franquismo. Pero «Marca España» (con sus fiscales y jueces) mira a otro lado: No quieren ruido… Bastante tienen con machacar hasta el final a presos políticos catalanes o a pobres txabales de Altsasu.

Que Monasterio reproche al Partido Popular y a Ciudadanos que se hayan «arrodillado» ante la izquierda en materia de Memoria Histórica (que les llame «acomplejados«) me la trae al pairo, como me la trae que su líder les califique como «La derechita cobarde«. Ninguno de los dos partidos citados han puesto menor reparo a esos ultras para poder gobernar donde ni ganaron las respectivas elecciones.

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La promotora de los autobuses de la vergüenza… aquéllos de los de «un pene es un pene y una vulva es una vulva» (y espontánea eventual en algún «Desayuno Informativo») también lamenta que en los colegios ya no se habla de la historia de España a causa de un enfoque regionalista, separatista o independentista «como lo demostrado por los golpistas catalanes o por los nacionalistas y los amigos de los asesinos vascos que, al final nos lleva a realidades como las de Cataluña, donde cuando a unos niños les adoctrinas, les tienes en una cárcel ideológica, al final no son capaces de tener criterio para discernir y no son capaces de estar orgullosos y de entender el maravilloso país en el que han nacido«.

Tampoco es que le vaya a prestar más atención ya que, posiblemente, es lo que esta banda de franquistas pretende. La existencia de dicha formación política es más que discutible con la -aún vigente- «Ley de Partidos» en la mano. De hecho, se podría ilegalizar perfectamente pero no quieren en Zarzuela, no quieren en Moncloa, no quieren en Génova y, lo que es más grave, tampoco quieren en Ferraz.

Y esto es así se ponga quién se ponga como quiera ponerse.


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