El rey republicano y olé


El rey republicano y olé: Las piruetas de Pedro Sánchez para tener contentos a los que mandan llegan al esperpento. De aquella entrevista que le hizo Évole en la que descubrió lo que era la izquierda y denunció las presiones terribles que había sufrido para no aliarse con Podemos, pasando por su uso de las bases de un partido mientras cantaba la internacional para luego olvidarse de las consultas a la militancia y de la limpieza orgánica tan necesaria tras el "golpe de Estado" que él mismo sufrió, y llegando al mismo punto en el que estaba: volver a dar la espalda a Podemos, a la izquierda y a todo lo que prometió no abandonar (de nuevo).

Sacar a Franco le está costando. Cumplir con lo que se había acordado en el Parlamento (democracia), no ha sido posible, pues aquí todo lo que se vota, a no ser que no moleste a los herederos del régimen, ha de pasar por la ventanilla del Supremo. Las togas mandan, los representantes políticos, depende. Daba igual que lo dijera la Ley de Memoria Histórica, daba igual que lo dijera la ONU, daba igual que lo apoyasen las mayorías parlamentarias necesarias. Hasta que no ha hablado el Supremo, no se ha considerado que lo de Franco va adelante. Y ojo, que todavía hay alguno que quiere seguir poniendo trabas con aquello de las licencias de obra. Pero tranquilos, que España tiene una firme democracia que cuida de los Derechos Humanos, de la dignidad y de la memoria de los cientos de miles de desaparecidos por un golpe de Estado y una dictadura; a su ritmo y de aquella manera. Pero lo es, que para eso hacen campañas de The Real Spain. 



La última de Sánchez para rizar el rizo ha tenido lugar en unas declaraciones realizadas para la CNN que no tienen desperdicio. En esta entrevista habla de los presos políticos de Venezuela, de Guaidó como presidente, pero el momento álgido ha llegado cuando precisamente le han preguntado por Franco. Sánchez ha preferido hablar de la república: ha enlazado la pregunta sobre Venezuela con los exiliados de la república en México, en Cuba. Dice que es bueno reivindicar una España republicana, cuyos valores fueron destrozados con la dictadura, pero recuperados hace cuarenta años.

Y ahí es cuando introduce la cuña: el rey Felipe VI recupera, según Sánchez, los valores republicanos que la dictadura destrozó. Lo suelta rápido, y uno casi no se da cuenta. Como no se ha debido dar cuenta de que la monarquía es absolutamente incompatible con los principios republicanos (de la segunda república que tanto le emociona ahora a Sánchez). Sobre todo si es Borbónica. Vaya, que venir a decir que el Rey Felipe, hijo del heredero directo de Franco de su corona, tiene algo que ver con los principios de la segunda república es como decir que un Tiranosaurio Rex encarna perfectamente los principios del veganismo.

Es momento de hablar de república, estoy muy de acuerdo. Y para ello, es preciso recordar que España tuvo la dignidad de decirle a su rey que no le quería. Y aquel rey tuvo, efectivamente, el respeto a esta decisión, y marcharse. Yo no le deseo a nadie el exilio, ni siquiera a los Borbones. Pero sí me parece que es hora de que este país de una vez por todas no tenga reyes, no tenga instituciones heredadas del franquismo. Los principios republicanos, Señor Sánchez, nada tienen que ver con lo que está pasando en este país ahora mismo; nada tiene que ver con un sistema monárquico que parece utilizar el parlamentarismo para conveniencia de sus propios criterios. En una república donde todos somos iguales ante la ley, no hay rey, Sánchez. No hay "a por ellos" por parte de un cuerpo militar como es la Guardia Civil, cuyo máximo jefe es el rey, Sánchez. Por mucho que queráis disfrazarle, es el rey quien firma las leyes; es el rey quien nombra, es el rey quien propone y ha sido el rey el que se ha saltado a la torera la Constitución para no respetar los plazos previstos por ella a la hora de convocar elecciones. Ha sido ese mismo rey el que no ha movido un dedo en todo el verano para promover debates de investidura. Ese rey altivo, que vive muy por encima de las posibilidades de cualquier súbdito, y que además lo hace porque lo pagamos entre todos. Eso no es republicanismo. Eso es una vergüenza. 

Y que Sánchez nos venga a contar milongas es insultante.


Fuente →  elplural.com

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