La actriz que movilizó Hollywood a favor de la República Española

Progresista y ganadora de tres oscars, Luise Rainer fue un mito del Hollywood de los años 30 y compaginó su labor artística con un activismo a prueba de bombas

La actriz que movilizó Hollywood a favor de la República Española: Cuando el 11 de abril de 1983 José Luis Garci recibía el Oscar en el escenario del Dorothy Chandler Pavillion de Los Angeles, pocos en España sabían quién era esa veterana actriz que con tanto entusiasmo había anunciado 'Volver a empezar', casi arrebatándole el Oscar al entonces presidente de la Academia de Hollywood Jack Valenti. Ella era Luise Rainer, un mito del Hollywood de los años 30, y tenía motivos para su entusiasmo: era la actriz que fue capaz de movilizar a Hollywood a favor de la República Española durante la guerra civil. El franquismo la castigó prohibiendo no solo sus películas sino también que se citara su nombre.

Luise Rainer (Düsseldorf, 12 de enero de 1910 – Londres, 30 de diciembre de 2014) fue una de las intérpretes más progresistas del Hollywood de los años 30, e hizo historia al ser la actriz más joven, con 28 años, en ganar dos Oscar consecutivos (de los tres que obtuvo) en 1936 y 1937.

Nacida en Alemania y educada en Viena, su forja tuvo lugar en los teatros alemanes, pero fue el legendario director teatral Max Reinhardt el que la descubrió llevándosela a su compañía con sede en Viena. En sus memorias, la actriz escribió «parece ser que yo tenía mucho talento, él lo oyó y me reclutó en su compañía. Allí lo aprendí todo». A bordo de la compañía de Reinhardt, sometida a su fuerte tutelaje, se convirtió en la actriz más popular en Berlín y Viena en plena República de Weimar sin apenas haber cumplido los 20 años. «Luise Rainer en un escenario es pura poesía», dijo de ella Thomas Mann. En 1932 debutó en el cine en 'Sehnsucht' ('Pasión') y en Alemania rodó dos películas más. La escritora Anaïs Nin dijo de ella que «tenía luz propia y no se parecía a nadie». Pero la ascensión al poder de Adolf Hitler provocó que emigrase a Estados Unidos. Allí, Clarence Brown, el director favorito de Greta Garbo, la vio y se la llevó a Hollywood, donde firmó un contrato de siete años con MGM.

Su primera aparición en el cine americano fue reemplazando a Myrna Loy en 'Escapade'. En la película tuvo la suerte de compartir reparto con William Powell, quien se convirtió en su mentor y presionó a los ejecutivos del estudio para que le dieran vehículos a su medida. Durante el rodaje de aquella película, se enamoró del dramaturgo comunista Clifford Oddets, en la cumbre de su fama, quien más tarde se convertiría en su primer marido. No fue una unión feliz y se divorciaron a los tres años.

El primero de sus dos oscars consecutivos fue por 'El gran Ziegfeld' (1936),​ donde interpretaba a Anna Held, y el segundo por 'La buena tierra' (1937), donde interpretaba un papel completamente opuesto, la resignada campesina O-Lan. Si en la primera había vencido a las otras nominadas, Carole Lombard, Irene Dunne y Norma Shearer, en 'La buena tierra' se lo arrebató a la mismísima Greta Garbo, que era la gran favorita por 'La dama de las camelias' y de la que nadie dudaba que se lo llevaría, papel que la Rainer había rechazado.

Rainer, en 'La gran tierra'.

Mujer valiente, progresista y combativa, cuando estalló la guerra civil española fue una decidida militante a favor de la República y fue capaz de convencer para que se comprometieran a los actores más famosos de Hollywood. «De entre todas las figuras de Hollywood que se movilizaron contra Franco, sin duda alguna fue Luise Rainer la que más hizo por la España leal», según confesaría más tarde la escritora Lilian Hellman. La actriz recaudó fondos entre las gentes de Hollywood, habilitó un castillo en Francia para acoger a niños republicanos que huían de la guerra (se dice que cerca de 10.000) y sufragó en parte el rodaje de 'Tierra de España' (1937), la mítica película de Joris Ivens.

Luise Rainer pronunció un mítico discurso contra la invasión japonesa en China en el Madison Square Garden neoyorquino, y durante la II Guerra Mundial se involucró con las Fuerzas Armadas de Estados Unidos viajando por Europa para alentar a los soldados, por lo que obtuvo el título de 'teniente honorífico'. Llevaba libros a los soldados del Norte de África y de Italia, Sin embargo su trayectoria en la pantalla estaba en caída libre. Demasiado joven, demasiado éxito. Y una boda con un comunista. En Hollywood Rainer, además, mostraba un carácter rebelde y anticonvencional y rechazaba papeles sin calidad, recordando sus magníficos comienzos teatrales. Los grandes ejecutivos dejaron de apoyarla, algo que se agravó con la muerte de su mentor Irving Thalberg.

Fue así como decidió volver al teatro. La actriz ya se había forjado una carrera sobre las tablas en Alemania, Austria e Inglaterra antes de partir hacia América. Su primera aparición en los teatros ingleses había tenido lugar en el Palace Theatre, de Manchester, el 10 de mayo de 1929, con la obra 'Panorama desde el puente'; En Londres debutó en el Shaftesbury Theatre el 23 de mayo de 1939 con el mismo papel de la misma obra. Regresó a América y actuó en la obra 'A Kiss for Cinderella' de James M. Barrie en el Music Box Theatre de Nueva York en mayo de 1942. Entonces conoció al rico editor Robert Knittel con el que se casó y vivió 50 años, tuvieron una hija, Francesca, se retiraron a Suiza y Reino Unido y dejó de actuar.

No volvió a rodar una película en 53 años hasta que lo hizo en 'El jugador', con 87 años, en 1997, a partir del relato de Dostoievski. Antes, sí que había hecho algunas apariciones en televisión durante su estancia en Inglaterra: En un episodio de 'World War II', y en series como 'Combat!' en 1965, y en un doble papel en un episodio de 'Vacaciones en el mar' en 1983. Además rechazó trabajar con Federico Fellini en 'La dolce vita', en una secuencia que el director italiano escribió especialmente para ella y que nunca se rodó.

En 1986, aniversario del comienzo de la guerra española, el Festival de San Sebastián le rindió un homenaje al que acudió. La actriz siempre adoró todo lo relacionado con España y en sus encuentros con la prensa en Donosti rememoró sus campañas en Hollywood en apoyo a la República Española. Durante su estancia en el Festival, la organización decidió alojarla en el Palacio de Ayete. Pero cuando se enteró que el lugar había sido la residencia veraniega de Franco, exigió inmediatamente ser trasladada a un hotel más modesto. No quería dormir en la misma cama que el dictador.

Rainer, desde que enviudó en 1989, vivió entre Suiza y el exclusivo barrio londinense de Belgravia. Además del año de Garci, tuvo otras dos apariciones especiales en las ceremonias de entrega de los Oscar, en 1998 y 2003. Luise Rainer jamás se arrepintió de no haberse convertido en la estrella que pudo ser. Su muerte se produjo en Londres a los 104 años.


Fuente →  elcorreo.com

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