Los 10 catalanes de Franco
Los 10 catalanes de Franco
 
Los industriales, miembros de la alta burguesía, militares y altos funcionarios de la Administración que tuvieron un papel más destacado durante el franquismo

1 Eduard Aunós y Pérez, el ministro leridano (Lleida, 1894 - Lausana, 1967)
 
Fue secretario político de Francesc Cambó en el Ministerio de Fomento. A partir de 1923 se alejó del catalanismo regionalista conservador y ocupó una cartera ministerial en la dictadura de Primo de Rivera. Exiliado en París durante la República, trabajó para el franquismo durante la guerra y posteriormente fue nombrado embajador en Bélgica y en Argentina. Del 1943 al 1945 fue ministro de Justicia, y así abría la relación de catalanes al gobierno que continuó con nombres como los de Pedro Gual Villalbí (ministro sin cartera, nacido en Tarragona), Laureano López y Redondo (Asuntos Exteriores, Barcelona) , Enrique Fontana Codina (Comercio, Reus), Enrique García-Ramal (Relaciones Sindicales, Barcelona), Gonzalo Fernández de la Mora (Obras Públicas, Barcelona), Cruz Martínez Esteruelas (Educación, Hospitalet) y Pedro Cortina (Asuntos Exteriores ,

 

2 Mariano Calviño de Sabucedo, el Divisionario Azul

Fotografía de Mariano Calviño de Sabucedo, el Divisionario Azul

Abogado y destacado falangista, fue jefe provincial del Movimiento en Barcelona durante un breve periodo en 1939, luchó con la División Azul y fue nombrado consejero directo de Franco, en el grupo conocido como los '40 de Aiete '. 

3 Laureano López y Redondo, el reformador (Barcelona, 1920 - Madrid, 2000)

Fotografía de Laureano López y Redondo, el reformador

Jurista y abogado, fue miembro destacado del Opus Dei y su ascenso político fue paralelo al crecimiento de la influencia política de este instituto religioso dentro del régimen franquista. Su carrera política siempre estuvo muy unida a la persona del almirante Luis Carrero Blanco, que en 1956 le nombró secretario de la Presidencia del gobierno. Se le considera uno de los principales propulsores de la política de desarrollo económico de los años 60 en España. Reformó la Administración Pública del Estado y, desde 1962 hasta 1973, dirigió los tres Planes de Desarrollo Económico y Social, con una tasa media de crecimiento del PIB del 7,2% anual. En 1973 se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores, cargo en el que sólo estuvo unos meses debido al asesinato de Carrero Blanco en diciembre de ese mismo año.

4 Josep Maria Marcet y Coll, el gran industrial (Sabadell, 1901 hasta 1963)

Fotografía de Josep Maria Marcet y Coll, el gran industrial

Fabricante vinculado a la industria textil lanera, fue alcalde de Sabadell durante veinte años. Lo era de forma accidental a finales del 1940 y tras el éxito de la recepción tributada a Franco fue confirmado en el cargo hasta 1960. En una gestión teñida de claroscuros, en 1957 presentó a Franco un memorando de quejas sobre la situación de las áreas industriales en Cataluña.

5 Miquel Mateu Pla, el alcalde preferido de Franco (Barcelona, 1898 hasta 1972)


Fotografía de Miquel Mateu Pla, el alcalde preferido de Franco

Primer alcalde franquista de Barcelona, ​​ocupó el cargo hasta 1945. Heredó el negocio familiar y era conocido como Mateo el de los hierros. Era sobrino del cardenal Pla y Deniel. La guerra le sorprendió en Peralada, de donde huyó para instalarse en Burgos, cerca de las jerarquías franquistas. Del 1945 al 1947 fue embajador en Francia, pero luego se dedicó a sus negocios. También heredó la fábrica de automoción La Hispano Suiza, que en 1946 fue expropiada por el INE para poner en marcha ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones). Entre otros cargos relevantes, Mateu presidió la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros y el Fomento del Trabajo Nacional.

6 Enrique Plá y Deniel, el teólogo de la 'cruzada' (Barcelona, 1876 - Toledo, 1968)

 
Fotografía de Enrique Plá y Deniel, el teólogo de la 'cruzada'

Obispo de Ávila y de Salamanca, cuando estalla la guerra ofrece a Franco el Palacio Episcopal de Salamanca y entrega su pectoral y el anillo para contribuir económicamente al triunfo del Alzamiento. Sus pastorales fundamentaron la Cruzada. En 1941 fue nombrado arzobispo de Toledo y primado de España. También fue procurador en Cortes, miembro del Consejo de Regencia y del Consejo del Reino.

7 José M. de Porcioles y Colomer, el longevo alcalde de Barcelona (Amer, 1904 - Vilassar de Dalt, 1993)

 
Fotografía de José M. de Porcioles y Colomer, el longevo alcalde de Barcelona

Jurista, notario y político. Designado alcalde de Barcelona en 1957, después de la segunda huelga de tranvías, ocupó el cargo hasta el 1973. Su mandato quedó marcado por el crecimiento urbano descontrolado, pero también para la obtención de un régimen especial para la ciudad, la Carta Municipal. El incremento de los movimientos vecinales en varios barrios y un pleito con el gobernador civil Garicano Goñi a raíz de la construcción de los túneles del Tibidabo en forzaron la destitución.

8 Juan Antonio Samaranch, el dirigente deportivo (Barcelona, 1920-2010)

Fotografía de Juan Antonio Samaranch Wikimedia Commons

Militante de la rama juvenil de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), Samaranch desertó durante la guerra y se pasó al bando fascista en 1938. En el terreno empresarial, comenzó su actividad en Malveny y brocados, aunque del ramo del textil, pero pronto se pasó al sector inmobiliario gracias a Urbanizaciones Torre Baró, de la que fue presidente del consejo de administración entre 1963 y 1973. en 1961 también fundó el Salón del Automóvil de Barcelona, y posteriormente fue consejero del Banco de Madrid y del Banco Catalán de Desarrollo antes de convertirse en presidente de la Caja de Ahorros Provincial de Barcelona, hoy "la Caixa", de la que sería presidente de 1987 a 1999. 

El deporte
 
Pero el campo que le dio más notoriedad es el del deporte. En 1943 ya entrenaba el equipo de hockey patines del RCD Espanyol, y más tarde la selección española de este deporte. Precisamente, en 1950 fundó y presidió la Federación Española de Patinaje, luego fue delegado nacional de deportes y jefe provincial de deportes de la FET y de las JONS. Su proyección política durante el franquismo recibió impulso con los cargos de representación deportiva que ocupó. Concejal de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona en representación de los falangistas (1954) y después delegado nacional de Deportes y presidente del Comité Olímpico Español (1967), también fue elegido procurador en Cortes. Entre 1973 y 1977 presidió la Diputación de Barcelona, antes de probar -sin suerte- un salto a la nueva política democrática del posfranquismo con el partido conservador Concordia Catalana. El nombramiento como primer embajador español en Moscú tras la guerra civil (1977) le abrió los contactos imprescindibles para llegar a la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI), que encabezó entre 1980 y 2001. Samaranch fue el artífice de la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona.

9 Santiago Udina Martorell, el organizador del Congreso Eucarístico (Barcelona, 1911 a 2006)

Fotografía de Santiago Udina Martorell, el organizador del Congreso Eucarístico

Abogado y político. Presidente de la Congregación Mariana, fue detenido por los republicanos durante la Guerra Civil y condenado a trabajos forzados. Udina apoyó el régimen franquista por la vertiente católico. Tuvo un papel fundamental en la organización del Congreso Eucarístico de Barcelona en 1952. En su posterior carrera política fue concejal y teniente de alcalde de Urbanismo en el Ayuntamiento de Barcelona y ocupó varios cargos ministeriales. Su oposición a la Ley Orgánica del Movimiento le impidió ser ministro.

10 Ferran Valls i Taberner, la exlligaire (Barcelona, 1888-1942)

Fotografía de Ferran Valls i Taberner, la exlligaire

Político e historiador medievalista, es uno de los ejemplos más radicales de la conversión al franquismo de los hombres de la Lliga Regionalista. Diputado en el Parlamento de Cataluña y en las Cortes con la República, durante la guerra se puso al servicio del gobierno de Franco y en enero de 1939 fue nombrado catedrático en la Universidad de Barcelona. El 15 de febrero de 1939 expuso su ideario en un artículo en 'La Vanguardia' donde, bajo el título "La falsa ruta", declaró que el catalanismo era un cadáver que "para el bien de Cataluña y de España entera no el podemos de ningún modo Dejar insepulto ".